Ninguna administración se revela capaz de satisfacer la demanda de vivienda en la ciudad
Por Antonio Sempere
S. es militar profesional y ocupa una casa de 60 metros cuadrados junto a su esposa y sus tres hijos. El mayor, de 17 años, padece una gravísima enfermedad y tiene reconocido un grado de discapacidad del 71%. Ni el Ministerio de Defensa ni las promociones públicas de la Ciudad han sido capaces de garantizarle su derecho a una vivienda digna. Algunas estimaciones apuntan a que el número de demandantes de vivienda en Ceuta ronda los 3.000.
“Estoy derrotado psicológicamente”. S. está próximo a cumplir los 44 años. Los 60 metros cuadrados de la vivienda que actualmente comparte con su esposa y sus tres hijos se han convertido en el angosto escenario de las recientes desdichas de su familia.
“Al mayor, que ahora tiene 17 años, le diagnosticaron un tumor cerebral en 2012. La criatura tiene, además, dos tipos de diabetes que le descubrieron a los cuatro años”, explica S. mientras se deja fotografiar de espaldas a la cámara con el propósito de preservar sus anonimato. S. es militar de profesión y adopta esta prevención para evitar malos entendidos con sus superiores.
La familia de S. habitó durante una década una modestísima vivienda de 24 metros cuadrados en Reyes Católicos. En 2006, coincidiendo con el nacimiento de su hijo menor, Defensa le concedió un arrendamiento especial para ocupar una casa de apenas 60 metros cuadrados en Hadú.
Las complicaciones que trajo consigo para la vida doméstica la grave enfermedad de su primogénito y la evidencia de que el domicilio que ocupaba la familia resultaba insuficiente para sus necesidades llevaron a S. a reclamar una mejora de vivienda al ejército. “Fue en 2013, el niño había empeorado y me planteé que necesitábamos una casa mayor –continúa S.- Lo solicité a Defensa pero me dijeron que casas no había”.
La cicatería del Ministerio a la hora de facilitar viviendas en régimen de arrendamiento a sus militares tiene una explicación para la Asociación Militar de Tropa y Marinería (AMTM). “No hay casas porque el dinero no se destina a lo que se tiene que destinar, esto es, a rehabilitarlas para que puedan ser ocupadas –sostiene un portavoz de la entidad- A lo que se tiende, básicamente, es a procurar que estén libres para poder sacarlas a la venta”.
El hijo mayor de S. tiene reconocida a día de hoy una discapacidad del 71%. El niño ha sufrido tres intervenciones quirúrgicas para la extirpación del tumor y duros tratamientos para evitar su reproducción. “En lo que se refiere a la atención sanitaria del niño, lo tenemos todo cubierto, pero a lo que parece que no podemos tener acceso es a una vivienda mayor, algo que en nuestras circunstancias necesitamos”, lamenta S.
“En Ceuta hay más casas de Defensa vacías que ocupadas – prosigue el portavoz de la AMTM- Es decir, se obliga al personal a residir en su ciudad de destino, pero el Ministerio no cumple con su responsabilidad de proporcionar los medios para que eso sea posible”.
Viviendas de protección
S., como otros muchos ceutíes para los que la vivienda continúa constituyendo un problema que condiciona sus existencias, ha explorado todas las vías posibles. Incluida la formalización de una queja ante el Defensor del Pueblo.
Peticionario de vivienda de todas las promociones de protección oficial construidas por la Ciudad en los últimos años, S. también ha vivido una amarga experiencia con la burocracia durante el procedimiento abierto para la concesión de las 317 viviendas de protección oficial levantadas en Loma Colmenar.
Para su sorpresa, su solicitud no aparecía ni en las listas oficiales de admitidos ni en la de rechazados. “No aparezco en ninguna lista y me dicen que para el cupo de discapacidad precisaría que el niño tuviera reconocido el 80%”, se queja S.
Según algunas estimaciones, el número de demandantes de vivienda en Ceuta asciende a unos 3.000.