En los fundamentos del proyecto, que ya ingresó en la Comisión de Desarrollo Económico de la Legislatura, los autores destacan: «La violencia está presente en muchos de los aspectos de la vida cotidiana, a través de las más diversas formas [y que alguna de ellas] sin ser tan evidentes, contribuyen inconscientemente a la generación de la misma violencia. Tal es el caso de las armas de juguete, o de juguetes de carácter bélico. Con ellos, los niños pueden jugar a matar, pueden recrear situaciones ficticias de violencia, que los hacen familiarizarse, acostumbrarse a escenarios que no generan ningún valor positivo en el proceso de su crecimiento».
Los diputados Claudio Presman y Rubén Campos, autores de la iniciativa, propusieron que en el plazo de un año el Ejecutivo junto con el Ministerio de Educación de la ciudad, realicen la recuperación de la mayor cantidad de juguetes bélicos que ya estuvieran en mano de los particulares, y canjearlos por libros y otros juguetes que promuevan el desarrollo de actividades creativas pacíficas.
Los que no cumplan la normativa, sufrirán multas de 1000 a 50.000 pesos, el decomiso de la mercadería y hasta la clausura del establecimiento para los casos de reincidencia.
En Argentina hay antecedentes de leyes similares en las provincias de Córdoba y Santa Fe. La primera fue pionera en este sentido, con la prohibición de las armas de juguete en noviembre de 2004 (ley N° 9198), y la segunda sancionó una norma con el mismo contenido en 2006 (ley N° 12.677).
En la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los distintos bloques tienen consenso con la aprobación pronta del proyecto de ley que ayudará a disminuir la violencia desde la niñez.