Trabajadores campesinos nucleados en la organización Familias Productoras de Cañuelas (Provincia de Buenos Aires, Argentina) impulsa la campaña latinoamericana por la Soberanía Alimentaria “Come Sano, Seguro y Soberano”. La misma se apoya en los Sistemas Participativos de Garantía (SPG), que involucra tres actores: las organizaciones de productores, las de consumidores, ecologistas, etc. y el Estado.
“La Agroecología abarca mucho más que la producción orgánica, pues mira y tiene en cuenta al hombre, su comunidad y el medio. Entendemos la soberanía alimentaria como la capacidad de nuestro pueblo para definir políticas propias que garanticen el derecho a la alimentación sana segura y soberana para toda la población. Comer es el primer derecho que deben conjugar todos los hogares. La comida no es un derecho exclusivo de un segmento de la población ni propiedad privada y mercancía que se exporta para satisfacer intereses y bolsillos de unos pocos. El alimento también debe ser bueno para nuestro cuerpo, que nos provea una nutrición integral y natural, que no nos envenene. Y que sea buena también para la tierra en la que se produce”, señalan los productores.
Y agregan: “Cuando hablamos de seguridad nos referimos a que podamos confiar en tener alimento en la mesa cada día a través del establecimiento de mecanismos basados en la equidad y reciprocidad, mejorando el acceso y la estabilidad de la comida local. Y cuando hablamos de soberanía apuntamos a que podamos controlar el proceso de elaboración de alimentos, como productores y consumidores. Que los alimentos respondan a nuestras necesidades y cultura, con acceso y control de los insumos para generarlos. Que posibilite reconstruir las relaciones entre el campo y la ciudad. Que responda a nuestros intereses, no a los ajenos”.
La organización Familias Productoras de Cañuelas es miembro del Movimiento Agroecológico de Latinoamérica y el Caribe (MAELA), que desde 1989 viene trabajando en la certificación de productos y procesos agroecológicos de la agricultura familiar. Hoy nuclea a alrededor de 180 organizaciones en 20 países, entre organizaciones no-gubernamentales, organizaciones campesinas y de agricultores/as, organizaciones de consumidores, organizaciones indígenas, movimientos y redes de agroecología, instituciones de Educación y Universidades. Su fin principal es fomentar la agroecología como componente fundamental de un modelo alternativo de desarrollo sustentable, un enfoque que comprende la conservación de los recursos naturales, la producción y comercialización sustentable, la soberanía alimentaria y la valoración y conservación de la vida y el conocimiento rural.
En Argentina, el MAELA está compuesto por 17 organizaciones e instituciones, que vienen construyendo propuestas para un campo distinto, basado en la revalorización de saberes de los campesinos y pueblos originarios, generando tecnologías apropiadas, defendiendo el ambiente y la diversidad cultural desde una concepción agroecológica.