Por Rodolfo Schmal S.
Al llegar, Fidel me saludó efusivamente, lo que no dejó de sorprenderme. Él sabía que no era santo de mi devoción, por el simple hecho que – como chileno que soy – rechazo todo tipo de dictadura, venga de donde venga, cualquiera sea su origen, su contexto.
El encuentro fue en los días previos a la conmemoración de sus 90 años, poco después de cumplirse un año desde la reanudación de relaciones diplomáticas con EEUU, y a una década de delegar el poder político en su hermano. Luego de acomodarnos, como una forma de iniciar la conversación, le consulté si era cierto que alguna vez, allá por el 73 había afirmado que «Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano». Luego de mirarme fijamente me respondió le era imposible recordarlo, pero si dicen que dije eso, así habrá sido.
RS: ¿Siempre fuiste comunista o te hiciste comunista?
FC: Nadie nace comunista, uno se hace comunista, cada uno por distintas razones, por ver tanta injusticia, o por vivir uno mismo la injusticia originada por el imperio yanqui.
RS: pero cuando iniciaste rebelión contra Batista, ya lo eras?
FC: Mi formación es católica, estudié en un colegio jesuita. Fue el imperio el que me forzó a abrazar el comunismo, ese imperio que respaldó la dictadura de Batista, fuente de todos los males del pueblo cubano y de todos los pueblos latinoamericanos. Todas las dictaduras de entonces, y las posteriores como la que te tocó vivir en Chile fueron impulsadas por los yanquis, quienes solo admiten gobiernos que adhieran a sus intereses, aún a costa de los intereses de los pueblos.
RS: Sin embargo, los EEUU no vieron con malos ojos tu ascenso.
FC: Claro, al ver que Batista no tenía defensa alguna, lo dejaron caer, convencidos que nosotros íbamos a seguir las pautas que nos dictarían los norteamericanos. Vieras tú la cara que nos pusieron cuando les dijimos que todas las riquezas mal habidas las íbamos a confiscar, expropiar, porque esas riquezas eran las responsables de la pobreza de nuestro pueblo, una pobreza que no te puedes imaginar, expresada en un pueblo sin educación, sin salud, desnutrida. Les dije en su cara, acompañado de Camilo (Cienfuegos) y del Ché, que no nos íbamos a dejar pautear por ellos. Y bueno, además de ponernos mala cara, nos amenazaron con hacernos la vida imposible restándonos todo apoyo.
RS: Esperabas acaso otra reacción?
FC: No lo sé, pero yo no podía actuar guiado por la reacción de ellos. Dime Rodolfo ¿te parece que uno deje de hacer lo que uno cree que hay que hacer, y ponerse a hacer aquello que uno no quiere para no contrariar a un poderoso? El espíritu revolucionario del que estábamos imbuidos nos permitía toda clase de sacrificios para dejar de vivir de rodillas.
RS: Eso no justifica que luego te hayas convertido en un comunista e impusieses una dictadura.
FC: Ubícate en el contexto existente a fines de los 50. Acá la dictadura de Batista estaba al servicio de los norteamericanos, particularmente de la mafia norteamericana. Al Capone tenía su mansión en Varadero donde hacía de las suyas dándose la gran vida, mientras los cubanos no tenían qué comer. Esta isla era el prostíbulo de los norteamericanos, quienes venían como amos y señores, dueños de este país. Apenas triunfa la revolución, EEUU me empieza a condicionar su apoyo amenazándonos con represalias y embargos si adoptaba decisiones que afectaban sus intereses, y de la amenaza pasaron a la acción. Ahí tienes la fracasada invasión en Bahía Cochinos en tiempos de Kennedy, el embargo que persiste hasta el día de hoy y todos los intentos por asesinarme. He perdido la cuenta de ellos y acá me tienes conversando contigo. Eran tiempos de guerra fría, cuando el mundo era repartido entre EEUU y la URSS, tiempos de polarización total, sin espacio para terceras posiciones. Y la URSS me tendió la mano cuando más la necesitábamos, apoyándonos totalmente. Frente a esta realidad no tenía por dónde perderme y me hice comunista.
RS: No por ello tenías que pasar a encabezar una dictadura.
FC: Rodolfo, sé que te choca el tema de la dictadura, pero otra cosa es con guitarra, sobre todo cuando tienes encima al imperio dispuesta a invadirte, cuando tienes a los poderosos que no estaban dispuestos a tolerar que les confiscaran sus propiedades mal habidas y que solo atinaron a arrancar a Miami.
RS: Pero llevas ya más de 50 años con ese discurso.
FC: No te imaginas lo que es vivir en una isla a frente a los EEUU con un embargo total y más encima con las relaciones diplomáticas rotas por los gobiernos latinoamericanos, por órdenes de ese organismo títere de los EEUU llamado OEA. Bajo esta realidad tú comprenderás que nos es imposible tener una democracia como la vuestra, donde quien pone el dinero pone la música.
RS: Para remate no se te ocurre nada mejor que te sustituya tu propio hermano, lo que indica que no tienen resuelto el tema de la sucesión. Y después de tu hermano ¿quién?
FC: Rodolfo, al final del día ¿en quién podía confiar más? Raúl no solo es mi hermano, ha sido el comandante en jefe de las FFAA cubanas y quien me ha acompañado toda mi vida. ¿qué habrías hecho tú en mi lugar?
RS: Pero Fidel, por favor, esto no es un asunto de familia, esto concierne a todo un país. ¿Acaso no eres capaz de confiar en la decisión del pueblo cubano después de más de 50 años de revolución?
FC: Confío plenamente, y de hecho tenemos elecciones.
RS: Claro, pero no tienen ninguna gracia bajo un sistema de partido único.
FC: No sigamos con esta cantinela.
RS: Bueno, y dime, con una mano en el corazón, estás satisfechos con los resultados alcanzados luego de todas estas décadas de revolución? En relación a la evolución mundial no veo bien parado a Cuba. Veo logros en educación y salud, pero veo colas, tarjetas de racionamiento, deterioro en la infraestructura física.
FC: Vuelvo a recordarte que no te olvides del despiadado bloqueo norteamericano secundado por la ruptura de relaciones diplomáticas de los gobiernos títeres de EEUU.
RS: Bueno, gracias Fidel por esta conversación. No sabes cuánto te agradezco. Se me quedan interrogantes en el tintero, particularmente las relativas al futuro. Espero que tengamos otra oportunidad antes de pasar a mejor vida.
FC: Encantado Rodolfo, será hasta la victoria siempre, perdón, hasta la próxima!