/Texto y Fotografías: Felipe Pino Guerrero/
El Instituto Nacional ha estado en constante toma desde el mes de junio. Donde sus estudiantes han manifestado su descontento ante las autoridades por la pronta reforma educacional. Los jóvenes han sostenido esta movilización por diez años, donde todos los años una nueva toma comienza.
Este 2016 no fue la excepción y los estudiantes han tomado y retomado el colegio más de diez veces en lo que va del año.
En esta ocasión decidí entrar a la toma, para mostrar como es su realidad. La organización estudiantil, el compañerismo, la diversión, las angustias y la lucha contra el hambre y el frío. Quizás muchos crean que las tomas están obsoletas o que estas son sólo destrozos. Sin embargo, estos jóvenes día a día buscan demostrar que aun hay una lucha que dar y que este es su único mecanismo. Mateos, porros, desordenados, piolas, capuchas, revolucionarios o delincuentes. Apodos ellos siempre tendrán muchos, ya sea por sus profesores o los medios, pero ellos aun son estudiantes que creen que este país necesita una enseñanza por parte de ellos.
Felipe Pino Guerrero es alumno de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago de Chile