Además de esa ayuda para sus medios de vida a las personas, incluye la reactivación económica, desarrollo rural y seguridad alimentaria.
Sus dos últimas prioridades, aunque no necesariamente en ese orden, son la adaptación y mitigación al cambio climático y el fortalecimiento institucional.
El primero de esos ejes, según la CONRED, consiste en asegurar agua y alimentos, brindar techo mínimo, proveer la energía eléctrica, restablecer la infraestructura vial y restablecer los servicios de salud y educación.
Después, como reactivaciones, menciona la productividad no agrícola, servicios turísticos, pesca y actividad portuaria, acceso a la esfera financiera, abastecimiento energético y mantenimiento de la estabilidad macroeconómica del país.
Respecto al tema medioambiental, tiene como objetivo optimizar la capacidad de respuesta ante las amenazas del cambio climático en esferas de ordenamiento territorial, gestión de riesgo y ecológico.
Dicho plan, en su cuarto aspecto, espera fortalecer la presencia institucional de la CONRED y sus sistemas de operaciones de emergencia, capacidad de gestión y respuesta ante urgencias.
Está incluida en ese acápite la presencia privilegiada del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología.
Las últimas cifras ofrecidas por la CONRED indican que 158 personas murieron, 98 están desaparecidas y 147 resultaron heridas como consecuencias de la perturbación climática.
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