El 31 de mayo se conmemora el Día Mundial sin Tabaco y las más de 12 organizaciones sociales que componen la Coalición por la Ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) preparan una movilización al Congreso para exigir al Senado de la Nación Argentina su ratificación e inmediata reglamentación. El CMCT es el primer tratado mundial de salud pública auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Busca proteger a las generaciones presentes y futuras de las devastadoras consecuencias de la producción y consumo de tabaco. Hasta el momento, Argentina es el único país de Sudamérica y uno de los pocos del mundo que aún no forma parte de dicho Convenio, al que hasta hoy adhieren más de 167 naciones, listado al que acaba de sumarse Cuba.

En América Latina, vienen acumulándose serias denuncias contra las empresas tabacaleras por presión, por un lado, y por precariedad laboral y explotación infantil, por otro. Tal como ocurre con los monocultivos intensivos y extensivos de soja, los de tabaco requieren manipulación diaria de plaguicidas y fertilizantes que dañan la salud de los cultivadores de tabaco y las poblaciones vecinas, produciendo intoxicaciones, vómitos, debilidad, irritación de la piel y los ojos, daño renal y respiratorio. Los trabajadores tienen mayor probabilidad de enfermar y morir en sus años más productivos, dejando a sus familias sin fuentes de ingresos. Tal como ocurre con la producción, el consumo también castiga a los más pobres, que gastan un alto porcentaje de sus ingresos en su subproducto comercial.

Al mismo tiempo, los agrotóxicos que se derraman sobre las plantaciones luego se filtran en los cursos de agua y napas subterráneas, perjudicando irreversiblemente el ecosistema y la salud de las familias trabajadoras y poblaciones aledañas. Entre las sustancias químicas asociadas a la producción industrial de cigarrillos comerciales sobresalen el cianuro de hidrógeno, amoníaco, dióxido de carbono, propano, metano, acetona, anilina, naftaleno, fenol, pireno, alquitrán y 2-naftilamina, entre varios otros agentes cancerígenos. Se calcula que la industria tabacalera tala cerca de 200 mil hectáreas de bosques al año y produce 209 millones de kilos de desechos químicos.

El desarrollo del mercado internacional del cigarrillo es la historia de un continuo proceso de concentración de empresas y monopolización; de hecho, el mejor ejemplo de empresa manufacturera concentrada mundialmente es la industria tabacalera. Una sola empresa como la argentina Nobleza Piccardo (y que hoy ya forma parte del holding British American Tobacco), comercializa las marcas Jockey, Derby, Camel, Lucky Strike, Pall Mall, Parisiennes, Viceroy y Winston.

En la actualidad, el consumo de tabaco es la principal causa de mortalidad evitable en el mundo. Habida cuenta de los 4,9 millones de defunciones anuales relacionadas con el tabaco, ningún otro producto de consumo es tan peligroso ni mata a tantas personas. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el tabaco degrada 200 mil millones de dólares anuales de los recursos de la economía mundial que no son compensados por los ingresos tributarios. La atención de salud para tratar las enfermedades causadas por el tabaco constituye entre el 6% y el 15% de todos los gastos sanitarios, sin contar los tratamientos por dependencia física, psicológica y conductual, que podrían ser derivados a otras actividades de ayuda social y de prevención de otras enfermedades.

El día 31 de mayo, organizaciones de la sociedad civil encabezadas por pacientes enfermos de cáncer, EPOC, enfermedades cardiovasculares, laringuectomizados y otros, se concentrarán desde las 10 de la mañana hasta las 12 del mediodía en el Congreso Nacional de Argentina para hacer entrega de cartas a los senadores nacionales firmadas por todas las organizaciones miembros de la coalición con el objetivo de solicitar la urgente ratificación del CMCT.