Esta semana comienza el quinto año de residencia de Julian Assange en la embajada ecuatoriana en Londres, luego de que lo acusaran de violación, en Suecia. Por temor a que las autoridades suecas lo metieran en el primer avión con destino a los Estados Unidos, el australiano fundador de Wikileaks, que se declara inocente, decidió arriesgarse y pedir asilo a Rafael Correa.
Su hogar en la embajada ha estado bajo vigilancia de la policía británica la mayor parte del tiempo durante estos cuatro años, lo que ha costado varios millones de libras que han sido pagadas por los contribuyentes británicos. Sin embargo, hace algunos meses el grupo de trabajo de la ONU dedicado a las detenciones arbitrarias declaró que Assange estaba siendo arrestado arbitrariamente y que el arresto debiera terminar, pero el Reino Unido decidió no tomar en cuenta la declaración.
El Centro Internacional de Estudios Superiores para América Latina (CIESPAL) organizó una serie de seminarios y paneles de discusión de una semana acerca de temas relacionados con su arresto, por cumplirse ya cuatro años de cautiverio:
- El caso de Assange y temas relacionados con las leyes internacionales y los derechos humanos
- Geopolítica y respuestas desde el sur
- Tecnopolítica y ciber-guerra
- De los Pentagon Papers a los Panama Papers
Muchas figuras reconocidas a nivel regional y mundial de estas diversas áreas vinieron a participar a Quito, y el jueves en la mañana el mismo Assange participará desde Londres con una video-conferencia acerca de los Panama Papers.
El evento fue inaugurado el lunes en la mañana por el lingüista y activista político Noam Chomsky, que le envió un video previamente grabado a los delegados de la reunión. En el video alabó el enorme servicio que Assange le ha hecho al mundo, y luego procedió a explicar cómo los gobiernos funcionan ocultándole secretos a la gente. Dijo que el crimen de Assange fue “violar los principios fundamentales del gobierno: retiró el velo de secretismo que protege al poder del escrutinio”.
El texto completo del mensaje de Chomsky sigue después del video.
Video de Noam Chomsky en CIESPAL
Julian Assange les hizo un enorme servicio a todas las personas del mundo que valoran la libertad y democracia, y que por lo tanto exigen el derecho de saber qué hacen los representantes que eligieron. Y por esa misma razón, es considerado uno de los criminales más peligrosos en la faz de la tierra, y es perseguido salvajemente por los dirigentes de las sociedades libres y democráticas.
Y existe un razonamiento, un principio básico de gobierno que los analistas serios comprenden muy bien. Samuel Huntingdon, el distinguido cientista político liberal y consejero gubernamental, también profesor de Ciencia de Gobierno de la Universidad de Harvard, lo explica bastante claramente. Él hace la observación de que (lo cito) “los arquitectos del poder en los Estados Unidos deben crear una fuerza que se pueda sentir, pero que no se pueda ver; el poder es fuerte mientras permanezca en la oscuridad. Si se expone a la luz solar, se va evaporando”.
Y dio algunos ejemplos esclarecedores al respecto, relacionados con la verdadera naturaleza de la Guerra Fría. Estaba hablando acerca de las intervenciones militares en el extranjero de los EE.UU. y comentó: “Puede que tengan que disfrazar la intervención u otras acciones militares de manera que dé la falsa impresión de que su enemigo es la Unión Soviética”
Eso es lo que ha estado haciendo Estados Unidos desde la Doctrina Truman y ha habido muchos ejemplos de ese principio que los dirige. Bueno, Julian Assange cometió el grave crimen de exponer al poder a la luz del sol, lo que podría hacer que el poder se evapore, si la población toma la oportunidad de convertirse en ciudadanos independientes de una sociedad libre, y dejar de estar sujetos a un Amo que opera en secreto.
Es una decisión, y hace tiempo lo sabemos. De hecho, hace tiempo sabemos que la gente puede hacer que el poder se evapore. El pensador ideal para explicar este hecho tan importante es David Hume. Hace casi 250 años escribió acerca de los principios de gobierno, en una de las primeras obras modernas de teoría política. Su fórmula es tan clara y pertinente que simplemente la citaré:
“Nada es más sorprendente que ver con qué facilidad la mayoría es gobernada por la minoría, y observar cómo los hombres desisten de sus propios deseos y pasiones al someterse a sus dirigentes. Cuando nos preguntamos cómo se logra esta cosa asombrosa, descubriremos que, siendo que la fuerza siempre yace con los gobernados, los gobernantes sólo pueden apoyarse en la opinión. Por lo tanto, los gobiernos tienen sólo a la opinión como cimiento, y esta máxima se aplica tanto a los gobiernos militares más déspotas como a los más libres y populares”.
En realidad, Hume subestima la eficacia de la violencia, pero sus palabras son particularmente apropiadas en el caso de las sociedades en las que se ha conseguido un grado considerable de libertad, después de muchos años de lucha popular. En estas sociedades, como la nuestra, la fuerza está efectivamente del lado de los gobernados, y los gobernantes sólo se pueden apoyar en la opinión.
Esta es la razón por la que la inmensa industria de las relaciones públicas, la más grande agencia de propaganda de la historia de la humanidad, alcanzó su forma más desarrollada y sofisticada en las sociedades más libres: los Estados Unidos y Gran Bretaña. Esta institución surgió hace cerca de un siglo, cuando las elites se dieron cuenta de que el pueblo había conseguido demasiada libertad y ya no podía ser controlado por la fuerza, así que comenzó a ser necesario controlar las opiniones y actitudes. Las elites intelectuales liberales también lo comprendieron; por ello ponen énfasis en que “debemos descartar la idea del dogmatismo democrático que dice que el pueblo es el que mejor puede decidir sobre sus propios intereses. No lo es. El pueblo es ignorante y mediocre, y por lo tanto debe ser puesto en el lugar que le corresponde. Por sus propios intereses, por supuesto”, por citar a algunos intelectuales liberales muy respetados.
Un mecanismo para controlar a la población es operar en secreto, para que los ignorantes y mediocres se queden en el lugar que les corresponde, lejos de las manivelas del poder, que no son asunto suyo. Ése es el propósito principal de clasificar documentos internos.
Cualquiera que haya estudiado los documentos que han sido desclasificados sin duda se dio cuenta rápidamente de que lo que se mantiene en secreto casi nunca está relacionado con temas de seguridad, excepto con asegurar su propio liderazgo frente al enemigo local: su propia población. La práctica es tan común que dar ejemplos es innecesario. Sólo mencionaré un caso actual. Considera los acuerdos de comercio mundial: en el Pacífico y el Atlántico, que son, en realidad, acuerdos de derechos de inversión disfrazados de libre comercio.
Se negocian en secreto, junto a una intención de ratificarlo por el parlamento, como el estilo de Stalin. Sí o no. Lo que por supuesto significa un sí, sin discusión ni debate. Lo que en los Estados Unidos se llama “fast track”. Para ser preciso, no se negocian totalmente en secreto. Los abogados de las grandes empresas están enterados, y también los que hacen lobby, quienes se encargan de escribir los detalles de tal manera que se protejan los intereses del grupo de personas que representan, que no es, por supuesto, el pueblo, sino que al contrario: el pueblo es un enemigo que debe permanecer en la ignorancia.
El crimen de Julian Assange es violar los principios fundamentales de gobierno, retirar el velo de secretismo que protege al poder del escrutinio y evita que se evapore. Como dije antes, los poderosos entienden bien que retirar el velo puede hacer que el poder se evapore. Hacerlo podría incluso traer consigo a la auténtica libertad y democracia, si un pueblo en rebelión llega a comprender que la fuerza está del lado de los gobernados, y que pueden apropiársela si deciden controlar su propio destino.
Todos debiéramos agradecer la valentía e integridad que tuvo Julian al entregarnos este valioso regalo, que, desgraciadamente, sólo pudo darnos haciendo un gran sacrificio personal.
Traducción al español por: Emilio Stanton