De acuerdo al informe de la UNEP, cada día 2 millones de toneladas de residuos de alcantarillado y desechos industriales y agrícolas se arrojan a las aguas de ríos y océanos del mundo, 1,8 millones de niños con menos de cinco años -uno cada 20 segundos- mueren cada año por enfermedades causadas por el agua. 2.600 millones de personas, de ellos 280 millones con menos de cinco años, viven sin condiciones sanitarias básicas, problema de tal magnitud que se estima está vinculado con más pérdidas de vidas humanas que las guerras.
El informe fue presentado este lunes 22 de marzo, al celebrarse el Día Mundial del Agua. Dos días antes había dado comienzo la conferencia con las palabras de un niño keniano, Trevor Gitonga, de 13 años, quien al dirigirse a la audiencia expresó «los niños de África y de todo el mundo sufren por falta de agua”. Sostuvo además, que “el 97 por ciento del agua del mundo es salada, el 2 por ciento helada y el 1 por ciento es para el consumo. Si el consumo de agua continúa creciendo, dos de cada tres personas no tendrá agua. Más de la mitad de la población lo sufrirá”
La responsabilidad mayor de este desastre radica en la falta de controles sobre la industria en el mundo, la cual es responsable del vertido cada año de entre 300 y 400 millones de toneladas de metales, disolventes, sustancias tóxicas y otros desechos en el agua.
El presidente de la Junta de Asesores del Secretario General de la ONU en Agua y Sanidad, el príncipe Guillermo de Holanda explicó en su discurso que «el agua debe ser protegida localmente”, subrayando la necesidad «de tratar el agua que usamos antes de devolverla a la naturaleza». Para el Príncipe de Orange, la tecnología existente en el mundo para tratar los desechos de agua es bastante eficaz, lo que hace falta es aplicarla de forma extensa, y advirtió que «la revolución del agua» tomará tiempo y esfuerzos.
Por su parte, el director ejecutivo de UNEP, Achim Steiner, declaró que «contaminación es ignorancia y arrogancia», defectos que a menudo han llevado a la humanidad a cometer grandes errores.
A todo esto desde Bolivia, el presidente de ese país, Evo Morales Ayma, sostuvo que la ONU debe reforzar la lucha de los movimientos sociales para que el agua y los servicios básicos sean declarados un Derecho Humano.
El mandatario boliviano señaló que si es que el mundo no considera como derecho el acceso de la humanidad al agua y a los servicios básicos, estará sometido a una permanente explotación irracional de los recursos naturales que ponen en peligro la sobrevivencia del planeta.