Manifestantes del movimiento Noche en pie, nacido en esta capital de la protestas contra le reforma laboral del gobierno, se concentraron hasta la madrugada de hoy en varias ciudades de Francia.

La iniciativa, que tuvo su origen en las protestas contra ese plan impulsado por el Ministerio de Trabajo y rechazado por sindicatos y organizaciones estudiantiles, está en pleno auge.

Cada noche desde el 31 de marzo, varios centenares de manifestantes ocupan plazas públicas para debatir e intercambiar sobre problemas disímiles que golpean a la sociedad, pese a que representantes de partidos políticos, sobre todo de derecha, piden la disolución del movimiento.

Con la realización de asambleas populares y conciertos, la iniciativa se extiende a varias ciudades del país como Nantes (oeste), Rennes (oeste), Lyon (este) y Toulouse (sur), donde cientos de personas se reúnen principalmente en las plazas.

La iniciativa amplía sus reivindicaciones. Los manifestantes realizan programas en los que debaten tópicos como democracia participativa, hablan de «destrucción global del sistema capitalista» e insisten en el combate por el derecho a la vivienda.

Se trata de construir un movimiento social fuerte que reúna a todos los necesitados frente a la oligarquía, un movimiento ciudadano pero no político, un proyecto muy ambicioso, explican sus organizadores.

Jóvenes, sindicatos de trabajadores, minorías y muchos otros se movilizan. Todos tienen en común un descontento cada vez más visible y el deseo y la necesidad de cambios y mejoras palpables.

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