El Gobierno de Bolivia denunció la campaña sistemática y política de EE.UU. contra los países de América Latina por la presencia de China y Rusia en estos territorios.

“En el continente Estados Unidos no ve de buen agrado que China tenga presencia económica en América Latina, está claro que Estados Unidos no ve con buenos ojos que Rusia tenga presencia económica en el continente”, sentenció el vicepresidente boliviano, Álvaro García, en una rueda de prensa celebrada el lunes en La Paz (capital política de Bolivia).

El número dos del Ejecutivo boliviano argumentó que EE.UU. está preocupado por el riesgo que siente en cuanto a la dominación geopolítica que mantiene tradicionalmente en la región, por lo que la presencia de los países mencionados en la zona “les estorba y les molesta”.

De igual manera, rechazó una idea que considera a América Latina como el patio trasero del país norteamericano: «Hay gente que cree que América Latina es el patio trasero, el cuarto patio de Estados Unidos. Les decimos a esos pocos señores que América Latina no es patio de nadie, América Latina es una casa donde viven los latinoamericanos”, afirmó.

García hizo hincapié en que los Gobiernos latinoamericanos saben cómo gestionar sus intereses políticos y económicos sin tener que estar bajo el sometimiento de país alguno.

“Si Estados Unidos quiere someterse a esa lógica de respetar nuestros intereses bienvenido”, apostilló.

Al final de sus declaraciones alzó su voz para enfatizar que cualquier país que le interese invertir en Bolivia tiene que respetar la soberanía nacional del país.

Hace dos días el presidente de Bolivia, Evo Morales, alertó de que la derecha boliviana pretende, por instrucciones de EE.UU., aumentar los ataques contra las empresas chinas y rusas que invierten en el país sudamericano.

Morales destacó que la situación económica de Bolivia es mejor en ausencia del apoyo del país norteamericano, que ha suspendido la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (ATPDEA, por sus siglas en inglés), así como la denominada Cuenta del Milenio, después de la expulsión de su embajador.

Bolivia y Estados Unidos carecen de relaciones diplomáticas a nivel de embajadores desde que Morales expulsara en 2008 al entonces embajador de EE.UU. en La Paz, Philip Goldberg, por injerencias en los asuntos internos de Bolivia. Washington respondió recíprocamente expulsando al entonces embajador boliviano, Gustavo Guzmán.

Además, en 2008 Morales expulsó de Bolivia, por conspiraciones contra su Gobierno, a la Administración para el Control de Drogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés) y en mayo de 2013 hizo lo mismo con la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, en inglés).

El 18 de febrero, la página Web de filtraciones Wikileaks desveló planes de sabotaje de EE.UU. en Bolivia mediante la financiación de grupos opositores, preparación de actos violentos y organización de campañas de calumnias para derrocar a Morales.

El artículo original se puede leer aquí