(Respuesta a algunas críticas)
Por Jordi Arcarons, Daniel Raventós y Lluís Torrens
En el año 1986 se fundó la Basic Income Earth (entonces European) Network (BIEN). En el 2001 lo hizo la Red Renta Básica (www.redrentabasica.org) que entonces fue la cuarta sección reconocida de la BIEN. Hoy ya existen más de 20 secciones en todos los continentes. Tanto cuando se fundó la BIEN como después cuando se legalizó nuestra asociación, que recientemente ha realizado su XV simposio, la renta básica incondicional (RB) era una propuesta muy desconocida. Actualmente se habla y se debate mucho sobre ella en distintos foros internacionales. Y despierta pasiones. A veces se discute sobre la RB con mucha racionalidad y con ánimo de entender las razones de la persona que no opina igual, y en otras ocasiones se debate de forma demagógica y sin la menor intención de analizar los argumentos contrarios. Afirmación que sirve tanto para la izquierda política más o menos extrema, más o menos moderada, como para la derecha más ultraneoliberal.
Las críticas más frecuentes que han sido vertidas contra la RB son: a) es injusta que la reciban los ricos, y es mejor centrarse en los subsidios dedicados a combatir la pobreza; b) mantendríamos a vagos (o la gente no querría trabajar, o aumentaría el parasitismo, o cualquier otra variante del mismo estilo); c) no se puede financiar. Y más interesante aún: d) una vez presentado un estudio sobre cómo se puede precisamente financiar una RB y contestando en consecuencia a la crítica anterior, entonces se han descubierto algunos objetores agarrándose a un clavo ardiendo “crítico” sobre la propuesta de financiación. Veamos en qué queda todo esto.
En www.redrentabasica.org y www.sinpermiso.info se han publicado muchos artículos y materiales audiovisuales en donde se contestan detenidamente a las tres primeras críticas y algunas más. Pero ahora vamos a referirnos aquí a unas recientes variantes relacionadas con las críticas que se han apuntado.
La RB es una propuesta contra la pobreza, pero va más allá de acabar con esta lacra. Quizás a alguien puede resultarle paradójico, pero siendo una medida que tiene más objetivos que el del muy venerable de acabar con la pobreza, es una propuesta que resultaría más efectiva en este combate que los subsidios condicionados dirigidos a combatir la pobreza. Estos han demostrado, entre otros defectos, su incapacidad para eliminar la pobreza allá donde han sido practicados. Por ello algunos autores han hablado de la “pobreza de los subsidios dedicados a la pobreza”. Forman parte del grupo las propuestas del PSOE del “ingreso mínimo vital”, el “plan de garantía de rentas” (PGR) de Podemos (que tan buenas propuestas, por otra parte, ha presentado de política económica), y el complemento salarial de Ciudadanos. La propuesta del “trabajo garantizado” de Izquierda Unida ya es otra cuestión a la que hemos dedicado algunos comentarios no especialmente favorables.
Y si hemos afirmado un poco antes que la RB es más que una medida contra la pobreza, ¿qué es ese más? En pocas palabras ya que sobre este particular se ha escrito mucho y bien: ese más se refiere a que aumentaría la libertad de la gran mayoría de la población no estrictamente rica. Aumentaría el poder de negociación de los trabajadores y el de muchas mujeres que dependen materialmente de sus parejas. Además, dotaría de los medios de existencia material a la parte de la población que hoy no los tiene. Porque quien vive bajo el miedo (a perder un puesto de trabajo, a perder un subsidio por escaso que sea, a tener que estar viviendo a merced del marido, por poner solamente tres casos) no es libre. Que es como decir lo que algunos venimos insistiendo desde hace tiempo: quien no tiene la existencia material garantizada no es libre. Garantizar la existencia material a toda la población convierte a la propuesta de la RB en difícilmente tolerable para los que hoy gobiernan la UE. La libertad de toda la población que posibilita tener la existencia material garantizada no es algo que jamás haya entusiasmado a burócratas, poderosos, dirigentes corruptos y partidarios de que gobiernen las camarillas ligadas a los intereses oligopólicos. Ni a muchos académicos que adornan con quisicosas más o menos ingeniosas lo que es defensa de intereses minoritarios. Ni a muchos peritos en legitimación que no “ven” la verdad porque, como dejó escrito Upton Sinclair, es muy difícil que alguien vea la verdad cuando se cobra para no verla. Garantizar la existencia material a toda la población supondría unos aires de libertad para la población que es perfectamente previsible que merezca la oposición de quienes tienen muchos intereses materiales en que la realidad no sea así.
¡Sí, se puede financiar!
¡Y claro que se puede financiar! Como hemos mostrado en un estudio del que se ha publicado un avance y en el que se ha partido de una base de datos de casi 2 millones de IRPFs, una RB de 7.500 euros anuales (el umbral de la pobreza) se puede financiar. Se trataría de una inmensa redistribución de la riqueza de aproximadamente el 20% más rico de la población al 80% restante.
Algunas críticas parciales a este estudio, merecen ser incorporadas y lo serán cuando se publique el libro que agrupará todos los detalles de la investigación. Pero también hemos podido leer algunas críticas que, cuando menos, resultan sorprendentes. Una de ellas hace referencia a que entre este 20% más rico están incluidas personas que no pueden ser consideradas de ninguna manera ricas. Veamos esto más de cerca. En el actual IRPF (datos de 2010, pero los de 2015 si han variado es a menores cantidades aún de las que se van a ofrecer) la mediana de renta bruta, el valor central es de 16.080 euros, mientras que la media se sitúa en 23.000 euros. Esta discrepancia de ambos valores indica una clara concentración de los valores elevados en la cola superior de la distribución. Así, un declarante cuyos rendimientos totales consignados en el IRPF superen los 42.000 euros forma parte del 10% de los declarantes más ricos. Y si el declarante supera los 55.000 euros está ya en el grupo del 5% más rico. ¿Cómo es eso posible? Cuando sabemos, por el último informe de OXFAM (que algunos ponen en duda porque es demasiado duro para ciertas escuelas económicas tener que admitir estas barbaridades que se dan en el capitalismo realmente existente) que 20 personas del Reino de España tienen una riqueza equivalente a la que disponen 15 millones de personas del mismo Estado[1], y contrastamos con los datos del IRPF mencionados, ¿qué ocurre? Bueno, algo que cualquiera puede comprobar: la enorme elusión y fraude fiscal de los más ricos. Si sus fortunas quedaran debidamente detectadas y gravadas en el IRPF, no hay la menor duda que aún sería más fácil financiar una RB y el tipo o tipos impositivos necesarios serían mucho menores que el que se propone en el mencionado avance de financiación.
Otra crítica que nos ha llegado es que con la RB los trabajadores se conformarían con cobrar menos. Es una crítica que curiosamente se parece a la que hace Podemos al programa complementario de rentas de Ciudadanos, que por supuesto merece ser criticado… pero la realiza quien en su programa ¡también propone una renta con complemento para los trabajadores! ¿Han pensado donde lleva este supuesto razonamiento? A defender, entre otras lindezas, también la abolición del salario mínimo porque, según esta catastrófica argumentación, tiraría hacia abajo los salarios de convenio[2] (!)
Críticas triviales
También se nos ha hecho la crítica de quienes consideran que la RB debería ser financiada no solamente mediante una reforma del IRPF sino mediante otros impuestos. Vaya, muy original. Nosotros disponíamos de una muestra de casi 2 millones de contribuyentes al IRPF aportados por el Instituto de Estudios Fiscales y por ese motivo se trabajó con este material y porque permitía comprobar el enorme efecto redistribuidor de la RB que dejaba el índice Gini al mismo nivel que las economías más igualitarias del mundo. Pero es evidente que hay fuentes alternativas o complementarias para financiar una RB. Por ejemplo:
- Revisión del cálculo de las bases IRPF (cambiar módulos por estimación directa).
- Impuestos adicionales: Impuesto a las Transacciones Financieras, impuestos ambientales (actualmente los menores de toda la UE), revisión impuesto patrimonio u otros impuestos a la propiedad.
- Revisión IVA: eliminación tipos reducidos y compensación mediante RB (hasta 6.000 millones adicionales).
- Eliminación topes cotización a la S.S. (hasta 10.000 millones adicionales).
- Armonización Impuesto Sucesiones y Donaciones.
- Mejora en la lucha contra el fraude.
Y recordemos que el Reino de España está 8 puntos del PIB por debajo del promedio europeo en recaudación fiscal, más de 85.000 millones de euros, cuando la renta per cápita de este Reino está rozando la media europea. Con esto podríamos pagar la RB (incluso asegurando que hasta como mínimo la decila 8, es decir el segundo 10% más rico de ingresos de la población, nadie perdería, quedándose algunos así, esperamos, sin su argumento de que “pierden algunos que no deberían perder”), cumplir con el déficit exigido por la UE (sin evaluar ahora su grado de injusticia), revertir los recortes del PP, ponernos al día en estado del bienestar y sostenibilidad generando millones de puestos de trabajo y desarrollarnos científica y culturalmente como toda racionalidad demanda. No debería ser una utopía, como todos los partidos desde el PSOE hacia la derecha argumentan de manera indecente.
Incluso la crítica de que eliminamos las pensiones por debajo de la RB en el cálculo de su financiación es trivial. Paguémoslas y que contribuyan a la financiación de la RB como el resto de rentas: las pensiones más bajas saldrán ganando y se necesitará que los ricos paguen más (y aun seguiríamos por debajo del promedio la UE).
La RB no parece una medida desenfocada. Menos aún radical. Quien así califica la propuesta de la RB, debe tener una idea de la radicalidad realmente curiosa. Que una propuesta que permite que toda la población salga de la pobreza mediante una redistribución de la renta y la riqueza sea calificada de radical, es algo atrabiliario. Más bien, la RB es de todo punto racional, o ¿es más racional que la riqueza esté cada vez más desigualitariamente repartida? Cuesta de creer.
Pero bien avanzado el siglo XXI resulta decepcionante ver cómo algunos partidos (no solamente los tradicionales monárquicamente dinásticos como firmes partidarios del régimen surgido de la Transición sino algunos de creación más o menos reciente), siguen haciendo propuestas que son variaciones más o menos ingeniosas de un modelo fracasado: el de los subsidios condicionados. Vamos a referirnos brevemente a la propuesta de Podemos, el PGR. Las propuestas del PSOE y de Ciudadanos, aunque tienen mucho en común con la de Podemos, son aún más restrictivas.
Quizás la mejor forma de abordar el PGR es que se trataría de implantar, con alguna variante, el modelo que se ha aplicado en la Comunidad Autónoma Vasca que, todos los analistas coinciden, es el más generoso del Reino de España. Hay quien además añade que no por grandes méritos del modelo vasco sino por deméritos evidentes de las otras comunidades autónomas, si bien la comunidad Navarra tampoco saldría tan mal parada como las restantes.
El balance de la experiencia vasca
La política de renta para pobres, que ha recibido distintos nombres a lo largo del cuarto de siglo de experiencia, contiene tres tipos de prestaciones: renta de garantía de ingresos (RGI), la prestación complementaria de vivienda (PCV) y las ayudas de emergencia social (AES). Para hacer el balance de lo que ha conseguido la política para pobres, es imprescindible el artículo crítico con el significativo título de “No es una buena idea extender el sistema de rentas mínimas condicionadas de Euskadi al conjunto del Reino de España” del economista Iñaki Uribarri, buen conocedor de este sistema, que ha sido asesor desde hace más de 20 años de gente pobre que ha utilizado si ha podido estas prestaciones. Después de analizar los resultados de “Las Encuestas de Pobreza y Desigualdades Sociales” (EPDS) de 2012 y 2014 del propio Gobierno Vasco, sus conclusiones son las siguientes.
La pobreza de mantenimiento, que mide la dificultad de hacer frente, con los ingresos que se perciben, a gastos vitales, ha pasado del 5,7% en 2008, al 7,3% en 2012 y al 8,2% en 2014.
La pobreza de acumulación (precariedad relacionada con las condiciones de vida a largo plazo y que expresa la forma más dura de pobreza económica), que se situaba entre el 3,65 y el 4,2% en el periodo 1996-2004, que descendió mucho en el periodo 2008-2012 (1,5% y 1,4%, respectivamente en estos años), ha repuntado en 2014 al 2%.
En el periodo 2012-14, la crisis empieza a poner en entredicho los avances observados hasta 2008, apareciendo por primera vez desde que se realiza la EPDS (final años 1980) procesos destacados de movilidad descendente en Euskadi.
Aunque el sistema RGI/PCV/AES sigue teniendo un impacto positivo que previene el avance de las expresiones más graves de la pobreza, contribuyendo a mantener en niveles bajos los indicadores de percepción subjetiva de presencia del fenómeno, aparecen aspectos estructurales que plantean sin embargo dudas respecto al rendimiento futuro del sistema de protección. La más significativa se vincula al incremento de la población en riesgo que no accede al sistema de prestaciones: de 47.542 personas en 2008 a 50.313 personas en 2012 y 56.307 personas en 2014. Este colectivo representa el 27,1% del total de personas en hogares en riesgo.
Pero además hay que anotar otro rasgo y es que en los últimos años en este grupo, se acentúa la distancia existente entre los ingresos disponibles y el umbral de pobreza de mantenimiento. Esta distancia pasa así del 21,3% en 2008 a 24,9% en 2012 y 30,5% en 2014. La situación de este grupo de personas, caracterizado ante todo por el acceso a los bajos salarios o bajas pensiones, tiende por tanto a deteriorarse en términos comparativos respecto a la población beneficiaria de la RGI.
Y Uribarri concluye de forma contundente:
En las CAV no ha fallado la gestión de un modelo de rentas mínimas garantizadas y condicionadas, ha fallado el modelo en sí. Quien no lo quiera ver después de una experiencia de 26 años, de cinco cambios legislativos, de los resultados que hemos presentado sobre la realidades de pobreza en auge, de gestiones desastrosas a pesar de los cambios radicales de traspasar la administración desde los servicios sociales a Lanbide-Servicio Vasco de Empleo, solo puede ser porque está guiado/a por el inmovilismo. Porque no quiere asumir que aceptar las críticas señaladas en este artículo obligan a un cambio de rumbo radical, a la búsqueda de otro modelo. Uno que se aparte de cualquier exigencia de condicionalidad, sobre todo que se desligue absolutamente del empleo, que establezca un nivel de renta garantizada con carácter universal y dotada con un importe superior al umbral de la pobreza, única forma de erradicar la misma. Ese es el modelo de quienes defendemos la Renta Básica Universal.
Si este es el balance del sistema de rentas condicionadas para pobres indiscutiblemente mejor del conjunto del Reino de España, es fácil imaginar para cualquier persona sin prejuicios cómo debe ser el de los más deficientes. Y hay algunos estudios comparativos en donde se muestra con detalle las enormes diferencias. Delante del argumento de “bueno, extendamos el modelo vasco que es mejor”, cabe un argumento más racional: pongamos en marcha un modelo que garantice a toda la población salir de la pobreza y que garantice su existencia material. ¿Por qué se sigue proponiendo lo que ya se ha mostrado que, en el mejor de las casos es insuficiente, y en el peor, tiene efectos perversos? Creemos que se debe a varias razones, pero nos referiremos solamente a dos: una, entre mucha gente se dispara el miedo a lo desconocido y, en consecuencia, se prefiere lo conocido aunque sea deficiente; dos, hay personas que no estando conformes con la actual situación social y económica, se limitan a proponer medidas que, en su opinión, son realistas porque son compatibles con las limitaciones que impone la UE. Eso ya no es de recibo. ¿Realmente estamos dispuestos a aceptar este razonamiento? Porque la conclusión a la que lleva este razonamiento no ofrece dudas: lo más “realista” es aceptar lo que actualmente está realizando la actual UE. Y la UE, por cierto, no pide que estemos 8 puntos por debajo de lo que “nos tocaría” en presión fiscal.
No creemos que sea muy necesario añadir que la RB es incompatible con las políticas económicas que se vienen practicando especialmente en los últimos años que han atacado las condiciones de vida y trabajo de una gran parte de la población.
Recuérdese lo que se explicaba en las facultades de economía de todo el mundo hasta no hace muchos lustros: la política económica es primero política y después económica. Ahora en cambio se enseña a los alumnos que la política económica es una cuestión meramente técnica. A la defensa de los intereses de los más ricos se la suele vestir con ropajes de pretextos técnicos, a la defensa de los intereses de la mayoría de la población se acostumbra a calificarla de “radical”, “populista”, “utópica”, “irrealista”, “demagógica”… o cualquier poco amistosa palabra del mismo tenor.
La RB, como apuntábamos antes, es una propuesta de política económica, no es “una” política económica. Una política económica es un conjunto de muchas medidas y la RB solamente sería una, para nosotros de las más importantes, de esta política económica que apuesta por la inmensa mayoría de la población no rica, justamente lo contrario de lo que está haciendo la actual UE.
[1] Sea dicho de pasada: hemos leído críticas al informe de Oxfam en el sentido que está mal calculado que 20 personas tengan la fortuna equivalente a 15 millones. Si fueran el doble, 40, o 10 veces más, 200, ¿cambiaría mucho el hecho fundamental que es la gran desigualdad que atenta contra la libertad de la mayoría?
[2] Que es el mismo argumento por el cual los sindicatos italianos se oponen a que el gobierno Renzi instaure un SMI en Italia. Como puede constatarse desgraciadamente una vez más, el rigor es lo que menos importa. Argumentos que sirven tanto para un roto como para un descosido, no son argumentos, son demagogia que puede servir para salir del paso en el corto plazo. En el largo, bueno, ya es suponer que algunos piensen en alguna perspectiva política, económica o social más allá del próximo año.
*Jordi Arcarons es catedrático de Economía Aplicada de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona. Es miembro de la Red Renta Básica.
*Daniel Raventós es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de sinpermiso y presidente de la Red Renta Básica. Es miembro del comité científico de ATTAC. Su último libro es ¿Qué es la Renta Básica? Preguntas (y respuestas) más frecuentes (El Viejo Topo, 2012).
*Lluís Torrens es economista, profesor asociado de la Escuela Superior de Comercio Internacional-Universitat Pompeu Fabra y Director de servicios de planificación e innovación en el Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona. Colabora con iniciatives pel decreixement que impulsa un nuevo modelo económico sostenible y estacionario. Es miembro de la Red Renta Básica.
Fuente: www.sinpermiso.info