Por Thalif Deen
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemorará el Día Internacional del Migrante este martes 18 en medio de informes de una creciente xenofobia, especialmente en Europa.
El drástico incremento del odio hacia los inmigrantes se debe a varios factores, entre ellos la crisis económica, la propagación de la islamofobia y, sobre todo, la emergencia de partidos políticos de derecha en varios países, como Alemania, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Holanda, Italia, Noruega, Suecia y Suiza.
A pesar del importante papel que desempeñan los migrantes y sus remesas en el desarrollo económico a largo plazo, la ONU continúa dejando de lado una vieja propuesta de realizar una conferencia internacional sobre las migraciones, como sugiere una resolución de la Asamblea General de 1993.
La conferencia sigue sin concretarse principalmente debido a la oposición de naciones occidentales.
Joseph Chamie, ex alto funcionario de la ONU y actual director del Centro para Estudios sobre las Migraciones, con sede en Nueva York, dijo a IPS que los países más ricos y los que más atraen extranjeros se han resistido constantemente a realizar una conferencia de esas características.
«Una conferencia probablemente limitaría su soberanía sobre temas relacionados con migraciones internacionales», dijo.
Como resultado, afirmó, es poco probable que la ONU organice un encuentro intergubernamental en un futuro inmediato.
En cambio, sostuvo, el foro mundial «seguirá recurriendo al diálogo de alto nivel, que es voluntario, y a foros no vinculantes para tratar el tema».
«No habrá una conferencia mundial de la ONU en el futuro inmediato», predijo.
Entre los partidos y grupos políticos de derecha y conservadores en su mayoría reacios a la inmigración se incluyen «Amanecer dorado» de Grecia, el Partido Popular de España, el Partido Nacional Democrático de Alemania, el Partido Nacional Británico y el Frente Nacional Francés.
Además, la Liga del Norte, de Italia, el Partido Nacional Irlandés, el partido Demócratas, de Suecia, el Partido del Progreso, de Noruega, el Partido de la Libertad, de Austria, el Partido Popular Suizo, el Primer Partido Australiano, el partido Verdaderos Finlandeses y el Tea Party, de Estados Unidos.
La Asamblea General, de 193 miembros, tiene previsto realizar un diálogo de alto nivel sobre migraciones y desarrollo el año próximo. El último fue llevado a cabo en 2006.
Jean-Philippe Chauzy, jefe de medios y comunicaciones de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dijo a IPS el diálogo previsto en 2013 presenta una única oportunidad para darle relevancia el tema a nivel nacional, regional y mundial.
«Es también una oportunidad única para promover y defender la protección de los derechos humanos de todos los migrantes, incluyendo los indocumentados», indicó.
Una resolución de la Asamblea General de 2011 invita a la OIM a participar de los preparativos y procedimientos para el diálogo de alto nivel.
Chauzy dijo a IPS que la OIM insiste en un cambio fundamental en la percepción pública de los inmigrantes, y destacó que ese fue el enfoque fundamental que adoptó su informe del año pasado.
A nivel programático, «continuamos lanzando campañas de información para promover un mejor entendimiento de las migraciones y de las contribuciones que hacen los inmigrantes a las sociedades, más recientemente en Sudáfrica, con la campaña ‘Yo también soy un inmigrante’», añadió.
También destacó la importancia de PLURAL+, iniciativa conjunta de la OIM y de la Alianza de Civilizaciones, de la ONU, que insta a jóvenes a registrar en cortometrajes sus experiencias como inmigrantes.
En tanto, Chamie dijo a IPS que la situación de los migrantes se había vuelto de vital importancia en el marco de la incertidumbre económica mundial.
En una declaración en vísperas del Día Internacional del Migrante, la OIM subrayó que la evacuación de más de 200.000 trabajadores extranjeros en Libia el año pasado llamó la atención mundial sobre la situación de decenas de miles de inmigrantes en ese país.
Estos procedían fundamentalmente de países de bajos ingresos, y eran víctimas de crisis políticas, sin dinero ni empleo ni documentación, incapaces de regresar con sus familias.
Su marginación en Libia y su obvia vulnerabilidad movió a donantes internacionales, que decidieron ayudar a agencias como la OIM y a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados para montar una masiva operación de repatriación.
Entre los donantes se incluyó el Banco Mundial, que aportó 10 millones de dólares para que la OIM pudiera trasladar a 35.000 inmigrantes a Bangladesh.
La situación en Libia dejó aun más en evidencia que los conflictos y los desastres naturales o causados por el hombre pueden impactar en esa población ya vulnerable y desencadenar crisis humanitarias.
Para el director general de la OIM, William Lacy Swing, el tema presenta desafíos multifacéticos, y para afrontarlos se requiere de fuertes asociaciones.
Esas alianzas deben estar integradas por organizaciones internacionales, estados y una gran variedad de actores no gubernamentales, como grupos de la sociedad civil, medios, el sector privado y grupos religiosos.
«Todos compartimos la responsabilidad de proteger los derechos humanos de todas las personas», subrayó.