Comunicado de Comisión Interna AGEA-Clarín

Del personal periodístico

La Comisión Gremial Interna de Clarín/AGEA se ve obligada a aclarar algunas cosas luego de conocida una nota de la Gerencia de Recursos Humanos dirigida “al personal periodístico”, fechada el 19 de enero de 2016. Esa nota nos endilga a los trabajadores la responsabilidad de que no avancen al ritmo pretendido por la empresa “los cambios que exige la actualización de nuestra redacción”.

Esto, hay que reconocerlo, tiene parte de verdad. La asamblea de trabajadores de Clarín votó en varias ocasiones una medida de solidaridad que consiste en que nadie (aún aquellos que están de acuerdo o pueden hacerlo) aceptaría cambios en sus horarios, sus días francos o de sus condiciones de trabajo mientras alguno de sus compañeros de redacción sienta que sus derechos son avasallados. Solidaridad es la palabra.

La Asamblea, también en varias ocasiones, pidió a la empresa que extremara sus esfuerzos para conciliar posiciones en aquellos sectores más sensibles de la redacción, para que nadie se sintiera atropellado por los cambios. En algunos casos esto sucedió y los resultados fueron positivos. Pero en otros no pasó nada: no hay autoridad con quien hablar o se niegan a hacerlo. Por lo tanto, todavía hay compañeros de trabajo que se sienten avasallados. Y solidaridad continúa siendo el mandato.

Es ahí donde hay responsabilidades compartidas. Los trabajadores somos responsables de la demora en los cambios porque hemos votado ser “solidarios” entre nosotros. Pero la empresa también es responsable, porque no ha hecho casi nada para conciliar y resolver los problemas que aún persisten.

El comunicado sostiene que en la web hemos “retrocedido en los lugares de liderazgo”. Esto es verdad también. De hecho, nosotros fuimos quienes lo advertimos hace muchos años, cuando la empresa comenzó la política de desmantelar y reubicar el plantel original de Clarín.com, reduciéndolo a un número que apenas le permitía subsistir. Ahora, con el paso de los años y el vaiven del péndulo, vemos con temor que la nueva política es ir a ciegas todos hacia la web con el peligro de desmantelar el papel.

En este punto nos encontramos. Nos dice la nota de la empresa que los cambios han de hacerse igual a pesar de nuestra decisión solidaria, y que “al no contar con Uds. nos obligaría a concretar incorporaciones para enfrentar y aprovechar las oportunidades y desafíos que todo cambio representa”.

¡Genial! La decisión de la empresa es sencillamente “genial”: incorporar más cantidad de empleados sería un camino para comenzar a solucionar este intríngulis en el que nos encontramos.

Explicamos: En los últimos dos años de la redacción de Clarín se han ido cerca de 200 profesionales y casi nunca ingresaron reemplazos. En consecuencia, quienes nos quedamos hemos visto como se iba incrementando geométricamente nuestra carga de trabajo. Hoy, se pretende cubrir con dicho plantel diezmado una franja horaria mucho más amplia, además de duplicar las tareas de muchos con la doble exigencia de producir materiales para el formato Web y el Papel. De allí que muchos nos sintamos avasallados con las nuevas exigencias de cambios. Y de allí que hayamos decidido ser solidarios.

Por eso no podemos dejar de saludar calurosamente la iniciativa de la empresa de contratar personal periodístico que pueda salvar los baches que se presentan en esta nueva reorganización de la redacción. Hace rato que la sábana quedó corta. Nosotros queremos y apoyamos los cambios, no nos negamos a ellos. A lo que sí nos negamos es a que se avasallen algunos de nuestros derechos.

En tren de poder llevar adelante estos cambios nos permitimos recomendarle a la empresa que comience por regularizar la situación de los trabajadores de Web TV (de los pocos que trabajan 100% para la web) y a otros colaboradores permanentes que continúan precarizados o tercerizados. También le sugerimos que lleve adelante la tan demorada recategorización del personal periodístico, para que quienes cumplen tareas que exceden a su categoría, tengan el cargo y cobren lo que corresponde.

Los trabajadores de Clarín hemos decidido en asamblea ser solidarios entre nosotros. También la empresa puede ser solidaria con sus trabajadores. La solidaridad es la fórmula más adecuada, si no la única, para llevar adelante grandes cambios.

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