Por Alberto Vargas

Las reivindicaciones no son producto de un gobierno de turno, sino de un activismo trans, de años del esfuerzo de muchas personas, y en honor a eso tenemos que seguir… (Nua Fuentes).

El pasado 30 de diciembre de 2015, en respuesta a la aprobación del proyecto de ley Orgánica del Servicio Nacional de Gestión de la Identidad y Datos Civiles, Pacto Trans Ecuador manifestaba, La realidad es más compleja: en la ley tal como fue aprobada hay un avance rotundo, que como tal debe ser rotundamente celebrado; y hay, simultáneamente, un efecto discriminatorio rotundo, que como tal debe ser rotundamente lamentado. Este «celebrar honestamente y lamentar honestamente» es la postura del Pacto Trans. Refiriéndose a uno de los puntos del proyecto de ley que determina: la opcionalidad de cambiar el campo que indica sexo, por la palabra género en el DNI con el fin de garantizar el derecho a la identidad de género y evitar discriminaciones.

Nua Fuentes, vocera de Pacto Trans y parte de Cuerpos Distintos; una asociación que ha practicado el activismo desde una perspectiva transfeminista, comentó al respecto.

¿Cómo debe ser entendida la postura de Pacto Trans Ecuador frente a la aprobación del proyecto de ley; este celebrar honestamente y lamentar honestamente?

Puede entenderse desde el compromiso que tenemos como activistas, desde la necesidad que existe de un activismo coherente, fuera de la polaridad política que vive el país, donde los movimientos sociales han sido presionados a ubicarse de un lado o de otro. En el Pacto Trans hay gente que está a favor del gobierno y gente que no lo está, pero lo importante realmente no es eso, sino que estamos unidos por la causa trans y la coherencia política.

El hecho de que exista la posibilidad de elegir el género en el Documento nacional de Identidad – DNI nos abre una campo grande para seguir trabajando, para seguir exigiendo políticas a favor de nuestra comunidad, y en ese sentido es un avance, es innegable. Pero el hecho de que sea opcional abre puertas a discriminaciones a las que no podemos dejar de lado, no podemos ser ciegos a ellas, no podemos decir que no existen.

El género opcional crea espacios de discriminación, crea una diferenciación entre una cédula fuerte con un dato como el sexo y una cédula opcional y débil, con un dato débil, que sería el género, y eso a su vez crea un tipo de discriminación formal.

Nosotros seguiremos firmes en la idea de exigir el género universal, lo vamos a seguir discutiendo y proponiendo, porque es de la manera en que se garantizan nuestros derechos. No es cuestión de un capricho, sino que nace de una necesidad real de protección de nuestra identidad. Entonces si no hay género universal, el género opcional nos da a entender que el género es algo que decides tener, cuando no es así, cuando en realidad es algo que está presente en todos. Jurídicamente y socialmente crea confusiones, hace pensar que solo las personas trans tenemos género, por lo tanto se nos da una cédula especial. Cuando ser hombre o ser mujer es una combinación de sexo y género, y por lo tanto todos lo tenemos. Con el género opcional lo que se hace es disminuir la capacidad de la ley y convertirla en una propuesta de minoría, cuando realmente era una propuesta de mayoría, porque estaba pensada para todos, para generar un todos mucho más inclusivo.

¿Cómo se constituye Pacto Trans Ecuador y con qué propuesta se impulsó la idea sustituir la categoría sexo, por la de género en el DNI?

Es importante mencionar que Cuerpos Distintos ha estado presente en las reivindicaciones trans por más de 15 años. Pero es hace tres, que se logra un fuerte activismo trans en unión con otros muchos colectivos como Yerbabuena, Silueta X, ConfeTrans y también organizaciones del sector rural, porque para nosotros es importante la base rural-comunitaria, además de organizaciones en provincia como Horizontes Diversos en Manabí, esto hizo posible consolidar a Pacto Trans como una plataforma real, jurídicamente existente. Ahí se hace la propuesta “mi género en mi cédula”

Para inicios del 2015, ya habíamos logrado agrupar a un total de 19 organizaciones con presencia legal. Al inicio con un activismo más personal y ahora ya mucho más formal.

¿Qué es Mi género en mi cédula y desde cuándo existe la propuesta?

Formalmente, “mi género en mi cédula” tiene tres años. Pero un año antes ya se hicieron sensibilizaciones en la Asamblea y en otros lugares. Desde el 2013 comenzamos un amplio proceso de cabildeo político y de propaganda sobre la ley, con instituciones públicas como ONU Mujeres y el Parlamento Andino.

Existieron instancias en las que se intentó parar jurídicamente a la ley, aduciendo que iba a ser un problema por el asunto del matrimonio igualitario. Y a través de la valiosa asesoría jurídica de Elizabeth Vázquez logramos crear documentos que dijeran que eso no era así, y que el objetivo de la comunidad trans era el derecho básico de tener una identidad, de ser respetados. La segunda fue en una reunión con el Presidente y su secretario jurídico, que nos dijo que la ley iba a ocasionar caos en las cárceles. Y para responder a eso, también hicimos un documento legal en el que dijera que se seguiría usando la categoría sexo para las prisiones.

Uno de los logros más grandes que se ha conseguido con «mi género en mi cédula» es articular a la categoría sexo como un derecho ligado a la intimidad, dentro de nuestra partida de nacimiento, y el de la introducción del término género en el marco jurídico, que nos permite una idea de identidad que esté en concordancia con el DNI, cosa que no se da en las personas trans. Lo que buscamos entonces es el derecho a una identidad y el derecho a la protección de nuestra intimidad.

¿Cuál es la postura de Pacto Trans con respecto al veto presidencial del 14 de enero de 2016 a la Ley Orgánica del Servicio Nacional de Gestión de la Identidad y Datos Civiles?

El veto responde, no solo a la presión de grupos conservadores que se han encargado de cargar el tema con la paranoia del matrimonio igualitario y la adopción homoparental (a pesar del candado constitucional ya existente) como si la normativa del género en la cédula fuese una puerta a estos temas, sino a una predominante visión conservadora y tradicionalista del ejecutivo en estos temas.

Como resultado el Presidente ha reforzado los impedimentos sobre el matrimonio igualitario y la adopción. Además de reformar esta visión binaria que impera en la ley: sexo: hombre-mujer, matrimonio: hombre-mujer. Pero más grave aún, y con énfasis en el tema trans, pone tutela de 2 presentes sobre el cambio de sexo a género, cuando el género sea contrario al sexo del solicitante.

Las visiones de tutela refuerzan la idea de que estos actores (en este caso, las y los Trans) no tienen decisión, ni autonomía por sí mismos. Es como si su libertad dependiera de alguien más. Lo que hacen estas visiones de tutela es atentar con el derecho a la autodeterminación que las personas trans tienen como sujetos autónomos e independientes, lo que constituye un acto discriminatorio y degradante, como si por ser persona trans no tuviera la capacidad de elegir por mí misma y necesitara de un tercero para ejercer la libertad sobre mi identidad.

Nua Fuentes asegura que aún quedan dos dudas que son muy peligrosas para el proyecto y para la comunidad trans. Una tiene que ver con el tutelaje. Si las personas trans necesitan representantes para realizar su cambio de género, qué será de las personas cisgénero ¿ellas también tendrán que llevar testigos que den fe de su masculinidad o feminidad?

Otra se refiere a que la rectificación del sexo, -en palabras del presidente-, solo sería admisible en tanto se intente para modificar el error en que se haya podido incurrir, entre otros casos, por hermafroditismo” Para Fuentes, usar el término «hermafrodita» denota un estado patológico, ya que refuerza las visiones de enfermedad.

Finalmente, Nua Fuentes señala que para entender el conflicto es necesario reconocer que existen grupos trans simpatizantes del gobierno, que han querido robar la voz de la comunidad para decir que estas medidas son buenas y revisten de prestigio nuestros procesos. “Personalmente no entiendo como un pensamiento como tal puede ser coherente con la causa trans y los derechos que hemos peleado; la autodeterminación de la identidad, la universalidad el género, el derecho a la intimidad y el derecho a que mi identidad no este tutelada por el estado y sea yo quien decida y pueda hacer validos todos estos derechos. Estos son los fines que persigue y propuso originalmente el Pacto Trans con su propuesta “mi género en la cédula».