Por: Alberto Vargas
La decisión tomada por la Asamblea Nacional del Ecuador, el pasado martes 15 de diciembre de 2015, en la que se aprobó, con 83 votos a favor, 1 en contra y 23 abstenciones, una resolución en la que se declaraba la urgente necesidad de impulsar un tratado internacional de prohibición de armas nucleares, dio lugar al foro público “Hacia la prohibición de las armas nucleares: Un camino necesario para asegurar la vida humana en nuestro planeta” que se realizó en el Salón de los Ex Presidentes de la Asamblea Nacional al día siguiente de aprobada la resolución.
La asambleísta María Augusta Calle; Vicepresidenta de la comisión de soberanía, integración, relaciones internacionales y seguridad integral de la Asamblea, dio la apertura al evento enfatizando sobre las implicaciones políticas que tendría que los países de la región andina y caribeña dieran mayor peso en su agenda a temas como la prohibición y la no proliferación del armamento nuclear en el mundo “En la resolución que se tomó ayer, la Asamblea Nacional hace un pedido a la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, para que de un paso adelante en su postura frente al tema de las armas nucleares” (…)
Carlos Umaña, de La Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, habló sobre las consecuencias de la existencia y posible utilización de armas nucleares.
Tony Robinson, co-director de la agencia internacional de prensa, Pressenza y miembro de la organización Mundo sin Guerras y sin Violencia, habló del estancamiento del Tratado de la no proliferación nuclear, que se dio por primera vez en el año 1970, y el rol de la CELAC en la abolición de las armas nucleares.
¿Qué es y cómo funciona el Tratado de la No Proliferación nuclear, TNP?
En el año 1970, entró en vigencia el Tratado de la No Proliferación Nuclear – TNP. Este tratado tiene 3 pilares fundamentales que son: El desarme, la no proliferación de armas nucleares a otros países y el derecho de todos los Estados que forman del TNP a hacer uso pacífico de la tecnología nuclear, por ejemplo; en energía y medicina nuclear.
A partir de 1995, todo progreso en el proceso de desarme nuclear se vio interrumpido debido a varias dificultades. La primera de ellas es que hay 4 países con armas nucleares que no han accedido a formar parte del tratado: Israel, por ejemplo, tiene armas nucleares, aunque niega tenerlas, y se niega a firmar el TNP. India y Pakistán nunca firmaron el tratado y realizaron ensayos nucleares exitosos en 1998. Corea del Norte firmó el TNP en 1985 y se retiró del mismo en 2003. Para 2006 realizó su primer ensayo nuclear, y aún se encuentra en estado de guerra con Corea del Sur.
Además, los Estados que forman parte del tratado, en sus conferencias de revisión cada 5 años, han identificado algunos pasos necesarios para crear las condiciones para el desarme, en los que se incluye: Un Tratado para prohibir a los ensayos nucleares, fortalecer el tratado sobre misiles antibalísticos del 1972 y reducir el número de armas nucleares que poseen los EEUU y Rusia, que es el 90% de las armas nucleares existentes en el mundo, el resto está en manos de países como China, Francia, Reino Unido, Israel, India, Pakistán, y Corea del Norte.
Todos estos pasos y otros están atascados.
¿Qué papel ha jugado la CELAC en los últimos años frente al TNP?
Ecuador y todos los países de la región tienen una trayectoria muy larga en cuanto a su posicionamiento en contra del armamento nuclear en el mundo, y han sido protagonistas en el llamado a 116 países participantes del TNP, de otras regiones, para avanzar en el tratado, como ya lo hicieron el pasado 26 de setiembre de 2013, cuando la CELAC reafirmó la necesidad urgente de avanzar hacia el desarme nuclear y lograr la eliminación total de las armas nucleares de forma transparente, irreversible y verificable, e instó a trabajar para avanzar hacia la negociación de un instrumento jurídico universal y vinculante que prohíba las armas nucleares. Así mismo; en enero de 2014 y abril de 2015, en que ratificó su postura de que la integración regional fortalece la visión de un orden internacional justo, afirmado en el derecho y en una cultura de paz, y además destacó la relevancia del Tratado de Tlatelolco para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, siendo esta una contribución a la paz y la seguridad regional e internacional.
¿Qué repercusiones políticas tendrá, a nivel de la región y a nivel mundial, que la Asamblea Nacional del Ecuador haya aprobado la resolución para la prohibición de armas nucleares?
El hecho de que la Asamblea nacional haya aprobado una resolución respecto del tema es en gran parte simbólico. Ecuador no tiene armas nucleares, claro, y la región tampoco. Pero lo que hace esta resolución es fortalecer la postura del gobierno ecuatoriano, en cuanto al desarme nuclear, en sus negociaciones con otros países del mundo y en sus negociaciones con sus socios en la CELAC.
¿Qué posibilidades reales existen de que un pronunciamiento respecto del TNP, desde la región y nuestro país, en la próxima cumbre de la CELAC en enero de 2016, haga considerar a los países con potencial nuclear, la posibilidad del desarme?
(…) Un pronunciamiento de la región en la próxima cumbre de la CELAC enviará una señal fuerte a los gobiernos con armas nucleares y a sus aliados, que durante los últimos 45 años, estos países han impedido cualquier avance hacia un desarme nuclear real, tal como hicieron en otras campañas en contra de las minas antipersonales y las bombas de racimo.
En 2013 y 2014, cuando se celebraron tres conferencias sobre el impacto humanitario de la utilización de armas nucleares, para investigar el tema, actualizar el conocimiento y ver los más recientes estudios sobre: el cambio climático, el derecho internacional, los riesgos de accidentes, y la capacidad de dar una respuesta humanitaria; los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se negaron a participar. Es decir: que un tema tan importante como el que una guerra nuclear pudiera acabar con la civilización humana no les importa. No quieren escuchar. Preferían tapar sus oídos a las razones de por qué el desarme es imprescindible.
Lo que realmente temen, los estados con armas nucleares, es que los países sin armas elaboren un tratado de prohibición y esto repercuta en sus relaciones internacionales. Por esto, es tan necesario que los países sin armas nucleares insistan con un tratado de prohibición hasta que los países armados cumplan sus obligaciones bajo el Tratado de la no proliferación nuclear y desarme. Esta es la única salida.
¿Qué esperamos de la próxima cumbre de la CELAC?
Sin duda el conocimiento del riesgo latente que existe con respecto a la utilización de armamento nuclear, en el contexto bélico en el que se desarrolla actualmente el mundo, nos hace desear, o al menos esperar que en enero de 2016, la CELAC, como organismo representativo de la región, no solamente haga escuchar su voz clara contra la tenencia y aún más, contra la posible utilización de armamento nuclear, como lo ha venido haciendo, sino que demuestre su preocupación frente a un problema que puede significar el fin de la especie humana delineando, por fin, los pasos para en lo posible eliminar y prohibir las armas nucleares, y así aminorar el ambiente de guerra tan presente en el diario vivir del mundo. Y que se sepa que la voz de la región, no es una voz en el desierto, o un grito en medio de la noche, sino que es una voz que se junta a miles y miles de activistas y organizaciones que claman en el mundo por la paz y la vida.