La coordinadora de la Coalición Colombiana por el Derecho a la Educación comenta los principales desafíos que enfrenta la realización del derecho humano a la educación en Colombia y destaca: la inversión pública en educación sigue siendo insuficiente.
¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta la realización del derecho humano a la educación en Colombia actualmente?
Tenemos una apuesta muy grande sobre la gratuidad del derecho humano a la educación, en la cual venimos trabajando hace casi cuatro años. Ese trabajo empezó con una demanda que llevamos a la Corte Constitucional del país en el 2009 y que fue ganada en el 2010. A partir de esa demanda, la Corte obligó al Estado a implementar la gratuidad. De hecho, la gratuidad la determinó el Estado este año, pero el aporte que el gobierno ha venido haciendo para que este derecho se cumpla es demasiado pequeño. No cubre todas las necesidades de las escuelas que, con eso, se están empobreciendo bastante. Entonces, como Coalición tomamos la decisión de hacer una investigación dentro de las escuelas para indagar cuánto está cubriendo el Estado y cuánto no respecto al derecho humano a la educación. Ese es un tema central nuestro, la primera apuesta que tenemos.
¿Cuáles son los mayores problemas que se pueden observar en las escuelas colombianas debido a la baja inversión en educación?
Antes, la ley permitía el cobro de dinero por servicios relacionados a la educación. Aunque a partir del 2012 el Estado se vio obligado a no cobrar por matrícula y otros derechos estudiantiles, asumiendo esos costos, en realidad lo que está pasando es que el Estado no los está asumiendo en su totalidad. Además, lo que viene aportando llega muy tarde a las escuelas. La matrícula en las escuelas en Colombia se hace en los últimos meses del año, noviembre y diciembre para que las y los estudiantes empiecen su año escolar a finales de enero. Pero este año el dinero sólo llegó a las escuelas a mediados de Junio y Julio, lo que hizo que las escuelas estuvieran muy descapitalizadas en el primer semestre.
En ese contexto, le faltan materiales básicos a las escuelas y su infraestructura viene deteriorándose. Además, la situación general del país, que incluye el desplazamiento y las condiciones de pobreza de buena parte de la población, es otro problema. Casi la mitad de la población del país vive en situación de pobreza y esto hace que muchos niños y niñas no vayan a la escuela. Aunque en los porcentajes parezca muy alta la cantidad de niñas y niños que está ingresando en la educación, los porcentajes de deserción escolar y abandono de la escuela son igualmente muy altos. Muchos niños y niñas salen de la escuela porque tienen que trabajar para ayudarle a sobrevivir a su familia y otros debido a la distancia que encuentran entre la estructura y el currículo de la escuela y la realidad de las comunidades donde viven.
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