En marzo de 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar 2025 Año Internacional de la Paz y la Confianza.
Según la declaración de las Naciones Unidas, el Año Internacional de la Paz y la Confianza será
un medio de movilizar los esfuerzos de la comunidad internacional en favor de la paz y la confianza entre las naciones, en particular sobre la base del diálogo político, la comprensión mutua y la cooperación, a fin de lograr una paz duradera, la solidaridad y la armonía.
Creo que es de vital importancia destacar y apoyar los esfuerzos en favor de la paz y tender puentes de diálogo y comunicación entre los pueblos, las culturas y las personas. Al mismo tiempo, olvidamos con demasiada frecuencia que la paz duradera no puede lograrse mediante un enfoque violento de la gestión de los conflictos colectivos e individuales.
En mayo de 1969, Silo pronunció un discurso sobre la curación del sufrimiento* en medio de la nada, en la cordillera de los Andes. En su discurso, explicó cómo el sufrimiento, el temor y la violencia no podían ser resueltos por el progreso de la ciencia o la justicia. Silo explica que el temor y el sufrimiento son inherentes a la mente.
Cuando hablo de violencia, no creas que me refiero sólo al hecho armado de la guerra con el que los hombres destruyen a otros hombres; ésta es una forma de violencia física. Pero también hay una violencia económica que te hace explotar al otro: surge cuando robas al otro, cuando ya no eres su hermano, sino un ave de rapiña para el otro. También hay violencia racial: ¿crees que no la ejerces cuando persigues a alguien de una raza distinta de la tuya? Hay violencia religiosa: ¿crees que no estás siendo violento cuando no das trabajo a alguien, cuando le cierras las puertas o lo despides porque no comulga son tu misma religión? ¿Crees que no eres violento cuando calumnias a los que no comparten tus principios? Y cuando lo encierras en su familia o entre sus seres queridos porque no comparte tu religión, ¿crees que no estás siendo violento? Hay otras formas de violencia, como las que impone la moral filistea: si quieres imponer tu modo de vida a otro, imponer tu vocación. Pero, ¿quién te ha dicho que eres un ejemplo a seguir? ¿Quién te ha dicho que puedes imponer un modo de vida sólo porque a tí te place? ¿Dónde está el molde, dónde está el tipo para que tú lo impongas? Esta es otra forma de violencia.
Sólo a través de la fe interna y la meditación interna puedes poner fin a la violencia en ti mismo, en los demás y en el mundo que te rodea. No hay falsas salidas a la violencia. Este mundo está por estallar y no hay forma de salir de la violencia. No busques falsas soluciones. No hay política capaz de resolver esta violencia enloquecida. No hay partido ni movimiento en el planeta que pueda poner fin a la violencia. No hay falsas soluciones a la violencia en el mundo…
(…)
Luego, al final de su discurso, invitó a todos a llevar la paz en el propio interior y a llevársela a los demás.
¡Hermano mío! Sigue reglas sencillas, como son sencillas estas piedras, esta nieve y este sol que nos bendice. Lleva la paz en ti y llévala a los demás. ¡Hermano mío! Ahí, en la historia, hay un ser humano que lleva el rostro del sufrimiento. Mira ese rostro lleno de sufrimiento… Pero recuerda que es necesario avanzar, que es necesario aprender a reír y que es necesario aprender a amar.
A ti, hermano mío, te ofrezco esta esperanza, esta esperanza de alegría, esta esperanza de amor, para que eleves tu corazón y eleves tu mente, y para que no te olvides de elevar tu cuerpo
(Silo, Arenga sobre la Curación del Sufrimiento, colección Nouvel humanisme, Édition Références, París, 2007).
Esperemos que el mensaje de paz y esperanza de Silo resuene en todo el mundo durante el Año Internacional de la Paz y la Confianza.
*Fuente: El 4 de mayo de 1969, en una zona montañosa cerca de Mendoza conocida como Punta de Vacas, Silo habló a un pequeño número de personas que estaban siendo acosadas por hombres armados. Sin embargo, la CBS transmitió el mensaje más allá de las piedras a 250 canales de televisión de todo el mundo. (Habla Silo, 2014, p 293)