Zoran Milanovic ha sido reelecto este domingo en Croacia con el 74% de los votos, venciendo en la segunda vuelta al candidato conservador Dragan Primorac.
El actual presidente, de tendencia socialdemócrata, se había manifestado contrario al involucramiento de la OTAN en apoyo a Ucrania y denunciado la falta de democracia en la Unión Europea, comandada por funcionarios no electos.
Croacia tiene un sistema de democracia parlamentaria en el que es el primer ministro quien lleva la política diaria. Sin embargo, el presidente ostenta autoridad política y actúa como comandante militar supremo, con voz y voto en asuntos de política exterior, defensa y seguridad.
En ese carácter, Milanovic bloqueó el envío de cinco oficiales croatas a la misión de la OTAN en Alemania, que debían servir en tareas de Asistencia y Entrenamiento en Seguridad para Ucrania. Asimismo, expresó que nunca aprobaría el envío de soldados croatas como parte de misiones de la OTAN a Ucrania.
Si bien según los analistas la preocupación de los electores ha estado más centrada en problemas como la inflación, la desocupación y la corrupción, lo que se habría expresado en un voto de protesta contra la actual gestión del primer ministro conservador Andrej Plenkovic, los resultados de las últimas elecciones en los países de Europa Oriental se han vuelto adversos a las pretensiones de la OTAN de consolidar un bloque antiruso en el frente bélico y diplomático.
En Rumania, tras la sorpresiva victoria en la primera vuelta de un candidato ultraderechista, también crítico de la OTAN y la Unión Europea, el Tribunal Constitucional anuló los resultados por existir presunta interferencia extranjera a través de campañas de desinformación por las plataformas digitales y financiación de fuentes dudosas.
En ese país, miembro tanto de la alianza militar encabezada por los Estados Unidos de América como de la Unión Europea, se votará nuevamente el 23 de Marzo.
En Georgia, el partido gobernante Sueño Georgiano obtuvo casi el 54% de los votos frente al 37,79% obtenido por la alianza de partidos opositores, según los resultados validados por la Comisión Electoral Central. La oposición pro-occidental denunció prácticas fraudulentas con la utilización de “metodología rusa” y alentó protestas ciudadanas apoyadas en sus líneas editoriales por los medios hegemónicos de Estados Unidos y Europa occidental.
En Bulgaria, en un panorama de alta inestabilidad por la falta de mayorías políticas suficientes para sostener al gobierno, en las elecciones de octubre de 2024 resultó más votado el partido conservador GERB, de clara tendencia europeísta. Sin embargo, sus insuficientes 69 escaños en un parlamento de 240 y una participación de tan solo 39% del electorado, revelan que su apoyo en la población sigue siendo limitado.
Por su parte, la formación ultranacionalista Renacimiento, crítica de las posturas euroatlantistas, ha venido creciendo, llegando al tercer lugar con 37 escaños, apenas dos menos que la coalición liberal Continuamos por el Cambio-Bulgaria Democrática. Así las cosas, es posible que también en este país se acepten posturas más neutralistas que favorezcan un entendimiento de seguridad con Rusia.
En este contexto, cabe recordar el atentado que sufrió el primer ministro eslovaco Robert Fico en el mes de mayo pasado. Fico ocupa el cargo de primer ministro nuevamente desde 2023, reemplazando a un gobierno pro-occidental. Durante su campaña manifestó su intención, de resultar electo, de poner fin al apoyo militar a Ucrania. Y efectivamente, desde su vuelta al poder, su gobierno se ha negado a unirse a prestar ayuda militar para Ucrania. Postura que casi le cuesta la vida.
Ante esta creciente resistencia de las poblaciones de varios países europeos, que frente a la evidente decadencia social que atraviesan, no ven con buenos ojos que se dilapiden recursos en gastos militares, es altamente probable que la continuidad de apoyo bélico a Ucrania fomentada por el aparato militar industrial atlantista llegue a su fin, dando paso a las largamente ansiadas negociaciones de paz con Rusia reclamadas por las grandes mayorías.