El Gobierno mexicano de Claudia Sheinbaum ha dado inicio al Plan Nacional de Desarme voluntario ‘Sí al desarme, Sí a la paz’, un programa que apunta a que la población entregue sus armas de fuego a cambio de una compensación económica.

La Presidenta, acompañada por los secretarios de la Defensa Nacional, Marina, Seguridad, Guardia Nacional, Gobernación y varias autoridades locales y religiosas ha presidido este viernes el acto oficial en la explanada de la Basílica de Guadalupe. “Las armas son un símbolo de violencia y de muerte. No queremos que ninguna familia tenga un arma en su casa”, declaró Sheinbaum, buscando atender a las causas de la violencia en el país desde la primera infancia.

Se instalarán varios puntos de recolección de armas en las iglesias de todas las creencias, para luego destruirlas. La campaña comienza en el DF y de ahí se trasladará a otros Estados fuertemente castigados por la violencia como Guanajuato, Baja California, Estado de México, Tabasco y Guerrero. Es la primera vez que un plan así se llevará a cabo a escala nacional, después de que fuera implementada en la capital, cuando Sheinbaum fuera jefa de Gobierno. La mandataria busca ahora llevarla a otros municipios especialmente problemáticos.

La finalidad es contribuir a la prevención y la disminución de los homicidios y los feminicidios, pero también de las lesiones y las muertes accidentales por arma de fuego, en su mayoría protagonizadas por menores de edad.