El 11 de diciembre, el Parlamento de Zimbabue aprobó el proyecto de ley de abolición de la pena de muerte.

Era una decisión esperada, después de que el gobierno aprobara el proyecto de ley en principio en febrero y tras el voto favorable de Zimbabue hace unas semanas en Naciones Unidas a una resolución para la moratoria de las ejecuciones.

La medida espera ahora la ratificación del presidente Emmerson Mnangagwa, algo casi seguro dado que ha conmutado todas las penas de muerte desde que llegó al poder en 2017. Además, él mismo había estado a un paso de la ejecución durante la lucha por la liberación.