La tercera edición de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia eligió Senegal como escenario de un recorrido simbólico y significativo, articulado en torno a dos ejes principales: Norte y Sur.
Eje Norte: Saint-Louis, Tattaguine, Malika, Yeumbel.
El 3 de diciembre de 2024, el equipo central de la Marcha fue recibido en Saint-Louis tras su paso por Mauritania. En el marco evocador de la plaza Baya, una reunión de artistas sirvió de telón de fondo a una serie de significativos discursos: Amandine llevó los saludos del equipo local, Ndiaga Diallo explicó el sentido de la Marcha y Rafael de La Rubia subrayó la urgencia de movilizarse contra la amenaza de una tercera guerra mundial, esta vez nuclear, promoviendo la paz y la no violencia.
Al día siguiente, 4 de diciembre, la Marcha se detuvo en Tattaguine, en el departamento de Mbour. Allí, los alumnos del jardín de infancia humanista y las jóvenes realizaron atractivas representaciones artísticas, acompañadas de discursos del personal docente, el jefe del pueblo y representantes de asociaciones locales. La paz y la no violencia fueron los temas centrales de los intercambios.
El 5 de diciembre, en Yeumbeul (Dakar), el acto comenzó con una marcha de madres y alumnos del jardín de infancia humanista «Le Petit Polyglot», que culminó en una emotiva ceremonia marcada por evocadoras canciones. Personalidades locales, entre ellas el imán, el jefe de distrito y el responsable sanitario, compartieron reflexiones sobre los valores de la Marcha Mundial, mientras que Martine Sicard, del equipo de base, hizo hincapié en la importancia de construir una cultura de paz.
El 6 de diciembre, la Marcha llegó a Malika, también en Dakar. Allí, una procesión de estudiantes marchó por la ciudad hasta la sede municipal, donde el alcalde, en consonancia con los temas del evento, dirigió un sentido discurso a los jóvenes. La jornada terminó en el campo de deportes municipal, con discursos dedicados a la construcción de un futuro libre de violencia.
Eje Sur: Bandoulou Touculeur, Tanda Bar, Ziguinchor, Serrekunda.
El 3 de diciembre de 2024, el segundo grupo del equipo central de la Tercera Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, formado por 19 personas, llegó a la aldea de Bandoulou (departamento de Kaolack), donde profesores, alumnos y los miembros más jóvenes del jardín de infancia y la escuela primaria humanistas les ofrecieron una calurosa bienvenida. En el gran jardín del pueblo, todos los participantes formaron juntos un símbolo de la no violencia, que culminó con un emotivo grito colectivo de «¡Paz! ¡FUERZA! ALLEGRÍA!», expresado en francés, italiano y wolof. La energía del momento unió a todos los presentes, rompiendo todas las barreras y alimentando un profundo sentimiento de solidaridad.
Posteriormente, varias intervenciones enriquecieron el acto, abordando las múltiples facetas de la violencia: doméstica, psicológica, física, de género y económica. Entre los testimonios más conmovedores, los de los manifestantes de la Marcha del Tercer Mundo calaron hondo en el público, inspirando la reflexión y el diálogo. A continuación, los voluntarios del servicio civil de Energia per i diritti umani Italia ilustraron los proyectos vinculados a la asociación, en consonancia con los ideales de paz y no violencia. Durante el debate surgió un tema crucial: los conflictos familiares, a menudo en la raíz de los comportamientos violentos. Se propuso mejorar la comunicación en el seno de las familias como solución para construir relaciones más sanas y pacíficas.
Tras la parada en Bandoulou, la Marcha se dirigió al pueblo de Tanda Bar (departamento de Kaolack), donde los manifestantes fueron recibidos con entusiasmo por jóvenes, chicos y chicas. La procesión atravesó el pueblo, deteniéndose en el espacio situado frente a la escuela construida por Energia per i Diritti Umani APS.
El jefe de la aldea, Mamadou Diouf, subrayó en su discurso de apertura la importancia de estos momentos de encuentro, capaces de alimentar profundas reflexiones sobre cuestiones fundamentales como la paz y la no violencia. Los discursos, centrados en la urgencia de abrazar una cultura de paz en una época amenazada por la sombra de las armas nucleares, fueron seguidos con gran interés.
La jornada concluyó con una visita a la escuela y al centro de salud, ambos de reciente construcción y ya operativos, símbolos tangibles de progreso y esperanza para la comunidad.
La fuerte participación de todos los habitantes, desde los niños hasta los adultos, hizo del acto un momento inolvidable de unidad y solidaridad. Las sonrisas, los aplausos y el calor humano sellaron el éxito de esta etapa de la Marcha del Tercer Mundo, dejando una profunda huella en el corazón de todos los presentes.
El 5 de diciembre, el equipo de base llegó a Casamance, a la ciudad de Ziguinchor, donde tuvo lugar una marcha por la paz y la no violencia, que partió de la plaza de Gao y terminó en la Alianza franco-senegalesa, Conferencia pronunciada por el profesor Cissé Makalou, una conferencia del profesor Cissé Makalou, catedrático de literatura moderna en el instituto Ibou Diallo de Sédhiou, espectáculos culturales, entre ellos un teatro foro a cargo de la Troupe Lii de Kolda, una danza tradicional de la Troupe Silabacoto de Sédhiou y una actuación de slam del colectivo Ziguinchor.
Los caminos se encuentran: Pikine y Thiaroye
Por último, los dos equipos principales se reunieron en Pikine el 7 de diciembre. Aquí, un panel sobre el origen del conflicto en Casamance, dirigido por la historiadora Bassène, ofreció una visión original del problema e imaginó soluciones. La jornada continuó con talleres para niños, representaciones artísticas y una charla del jurista Mbaye sobre los derechos de la mujer.
El 8 de diciembre, última etapa de la Marcha en Thiaroye-sur-Mer, el tema de la emigración clandestina dominó los discursos. La asociación local «Takku Ligueye», formada por mujeres y madres de desaparecidos en el mar, habló de sus esfuerzos por producir zumos de frutas para mantener a sus familias. A esta iniciativa se sumaron asociaciones que trabajan en la reinserción de jóvenes emigrantes. Los representantes de la Marcha y de las organizaciones locales lanzaron un mensaje de esperanza, invitando a continuar en el camino hacia un futuro más justo.
Por último, Insa Tamba, presidenta de Énergie pour les Droits de l’Homme, dirigió un agradecimiento especial a todos los que han hecho posible este extraordinario viaje. Ha sido un viaje inspirador, trazando nuevos caminos para un mundo de paz y no violencia.