IGUALADA: Una «igualada», término despectivo (basado en la clase, la raza y el género) utilizado para designar a alguien que actúa como si mereciera derechos y privilegios que supuestamente no le corresponden.
Pressenza presenta una entrevista con Juan Mejía Botero, director de la película Igualada, que retrata esa trayectoria de lucha de Francia Márquez por el medio ambiente y por el territorio, la película es una trayectoria de sus luchas, no solo la campaña a la presidencia, también traza la trayectoria de ese movimiento social, un movimiento liderado por jóvenes, por mujeres jóvenes sobre todo, por comunidades diversas LGBTQ+, y por los pueblos étnicos.
¿Quién es Juan Mejía Botero?
Nací en Colombia, pero desde los 17 años he vivido en alternancia entre mi país de origen y otros lugares del mundo. Durante estos últimos 11 años estoy viviendo en Nueva York. Es el trazo más largo de mi vida que he vivido fuera de Colombia. Estoy casado y tengo dos hijos.
Estudié antropología, luego hice una maestría en estudios latinoamericanos, específicamente en política latinoamericana, y más tarde estudié cine.
Desde mis inicios he retratado mucho el tema del desplazamiento forzado en Colombia, sobre todo en el Pacífico colombiano, entonces tengo una serie de cortometrajes y largometrajes sobre desplazamiento. El primero fue en el 2009 y se llama “Desterrados”, luego produje “La Toma” que fue después de conocer a Francia Márquez, luego en el 2010 hicimos “Independencia ¿para quién?” que protagoniza Francia Márquez, con otros tres personajes y después hice un largometraje llamado “La lucha por la tierra” que trata el desplazamiento en el Pacífico y la palma aceitera.
En el 2016, hice “Muerte por mil cortes”, un documental filmado en la frontera entre Haití y República Dominicana que tiene que ver con la destrucción de los bosques en República Dominicana y el tráfico de carbón entre República Dominicana y Haití, pero obviamente es un tema de justicia social, de inequidad y de justicia racial. Desde ese momento he hecho muchas cosas acá en Estados Unidos alrededor de la justicia racial y el sistema carcelario. En el 2020 me llamó Francia Márquez y me dijo que se lanzaba como candidata a la presidencia de Colombia, entonces retomamos la trayectoria de vida de Francia e hicimos la película Igualada.
¿Nos podrías contar qué te motivó a realizar la película Igualada sobre Francia Márquez?
Bueno yo quedé muy impresionado con Francia desde muy temprano. En el año 2005 estuve trabajando con el Proceso de comunidades Negras (PCN), a través de una campaña muy bonita que se llamaba “Las caras lindas de mi gente”. Era la primera ocasión en la que el censo incluyó la categoría “afrocolombiano” y fue gracias a ese momento que conocí a Francia Márquez.
En el 2008, viajé con ella por Estados Unidos, yo estaba presentando uno de los documentales sobre desplazamiento forzado y ella contaba sobre el momento que estaba viviendo su comunidad en el pueblo de La Toma y cómo estaban luchando por permanecer en su territorio.
Ya estaba muy impresionado por Francia, sobre todo por la convicción que mostraba una persona tan joven ―en el 2006 ella habrá tenido 17 o 18 años― y ya dispuesta a arriesgarlo todo (en Colombia claramente arriesgarlo todo es arriesgar la vida) por su comunidad y por su territorio. Y para mí, que alguien tan joven estuviera ya dispuesta a arriesgarlo todo me dejó muy impactado.
Desde esos momentos ella me dijo que quería hacer algo para documentar y mostrar lo que estaba pasando en La Toma, ya en el 2009 se dio la oportunidad y con una directora colombo-americana, Paola Mendoza, produjimos juntos este cortometraje que se llama “La toma”, en ese momento Francia era una de las lideresas, estaba empuñando esa lucha, entonces ella protagoniza esta película.
En el 2011 hicimos “Independencia ¿para quién?” en donde ella también es una de las protagonistas. Entonces yo ya tenía esa trayectoria con ella, un largo camino. Cuando ella me llamó en el 2020 y me dijo que se lanzaba como candidata a la presidencia de Colombia, pues era muy natural para mí continuar a documentar, hasta dónde llegue Francia, esto va a ser histórico y hay que documentarlo.
Al principio ella no estaba tan segura, me tocó convencerla un poco y al final ella dijo ―me acuerdo muy bien― “no se hacen películas sobre comunidades como la mía, ni sobre mujeres como yo, entonces ‘hágale’ ”. Ahí arrancamos, desde 2020, con un equipo maravilloso, una tarea muy comunitaria.
Y desde el 2020 hasta que llegó a la vicepresidencia… qué cosa… qué suerte tuve de haber empezado con ella y que haya podido llegar hasta la vicepresidencia de la República, increíble, es una gran fortuna, no puedes imaginarte eso, eso uno no lo puede esperar, y si uno lo espera, no llega…
Créditos foto: Darwin Torres. humanpictures.me
¿Nos podrías hacer en pocas palabras la sinopsis de la película Igualada?
Igualada retrata esa trayectoria de lucha de Francia Márquez por el medio ambiente y por el territorio, es una trayectoria de sus luchas, no solo la campaña a la presidencia, también traza la trayectoria de ese movimiento social, un movimiento liderado por jóvenes, por mujeres jóvenes sobre todo, por comunidades diversas LGBTQ+, y por los pueblos étnicos.
Igualada es un retrato de esperanza, en realidad, de un momento muy histórico que yo creo que marca un antes y un después para Colombia y que quién sabe si se vuelva a repetir en nuestro país.
Pero es un retrato de la esperanza en un país tan golpeado y tan alienado de la política tradicional como Colombia, con Francia se da la oportunidad de volver a creer que otro tipo de política es posible. Entonces es un momento muy lindo, ya que en Colombia, con el tiempo, va a adquirir más y más valor, como un documento histórico.
¿Quién es Francia Márquez en privado lejos de esa esfera pública?
Como te dije Francia Márquez es una mujer con una convicción inquebrantable con la justicia, una mujer de muy buen humor que lleva una artista por dentro, le encanta cantar, le encanta componer, actuar, pero es una persona que le ha tocado una vida muy dura. Estar amenazada de muerte desde los 18 años es un peso muy muy grande para cargar y es una mujer que ha recibido muchos golpes y mucho odio, yo creo que quizás eso sí la ha endurecido, pero bueno, a quien no.
Créditos foto: Darwin Torres. humanpictures.me
Ella me dijo una vez que es como una barra de acero que se pone en el fuego y le dan con un martillo, luego se enfría y termina endureciéndose. Pero a mí no me parece cuando escucho que dicen que está llena de odio, que es una resentida.
Francia Márquez no tiene odio ni resentimiento. Ella sí tiene rabia, pero para mí lo raro es uno vivir en un país como Colombia toda la vida y no tener rabia, somos uno de los países más desiguales y más violentos del mundo, pues es natural para una mujer como Francia Márquez, que lleva toda la vida luchando por el medio ambiente y por la justicia racial y por la equidad, tener rabia, yo creo que eso también la motiva. Pero por dentro lleva fuerza y valentía, también es una mujer con muy buen sentido del humor, una mujer de convicciones, con un carácter fuerte y crítico. Todos deberíamos tener rabia. Sí, yo pienso que sí, pues yo creo que crecer en Colombia y no tener rabia es como estar uno muy desconectado de la realidad.
Vamos a la película. ¿Cuáles fueron los momentos más difíciles de esa grabación? Porque me imagino que estar detrás de activistas en Colombia como tú lo dices, es difícil, y debía haber muchos. Seguramente hubo muchos momentos complejos.
Quiero ante todo decir que fue un trabajo colectivo, no me acuerdo quién dice ese dicho tan lindo “La lucha es un poema colectivo” (1), así mismo fue esta película.
Tenemos un equipo de mujeres basado netamente en Colombia: Sonia Serna Botero, nuestra productora, Gómez, nuestra directora de fotografía y Eliana Carrillo, nuestra productora de campo; y desde Nueva York estamos Juan Yepes que es mi gran productor, con el que siempre trabajo. Juancho y yo viajamos constantemente a Colombia, pero ahí en la lucha diaria estaban Sonia, Gómez y Eliana.
Al principio de la película fue muy difícil, porque nosotros teníamos muy pocos recursos y la campaña de Francia para presidenta tenía aún menos. Entonces mucho de ese trabajo inicial era realizado por ellas con Francia, no había plan de seguridad todavía, pues no había recursos para la campaña, entonces ellas atravesaron todo el Caribe colombiano y parte del Pacífico en esas condiciones.
Mientras Francia se comenzaba a dar a conocer nosotros con Juan Yepes viajábamos y las relevábamos, algunas veces viajábamos todas juntas, otras veces nos dividíamos, pero todo eso fue muy difícil, los inicios fueron muy difíciles. Además, porque fue en pleno estallido social y en plena pandemia.
Entonces estábamos lidiando con la pandemia, lidiando con el estallido social en Colombia y tratando de seguir a Francia entre el encierro y después el estallido social. Francia salió a las marchas, ella acompañó el paro muy de cerca, entonces nosotras también la acompañamos muy de cerca, siguiéndola a ella, y eso fue muy duro. Lo otro fue la campaña para presidenta en sí, una campaña de jóvenes muy comprometidos, con muy poca experiencia política, con muy pocos recursos.
La película, yo creo que se terminó tres veces… tres veces nosotros dijimos ‘hasta aquí llegó la campaña’, simplemente ya no había plata o simplemente no se consiguieron las firmas necesarias, entonces ahí ya se acababa la película, y había que pensar cómo cerrarla, sin que fuera desesperanzadora porque siempre sentimos que fue un proceso esperanzador de todas formas.
Y de repente llegó el aval de AICO (Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia), entonces arrancó la película otra vez, y después se cayó el aval de AICO, entonces se volvió a terminar la película. Llega después el aval del Polo (Partido político Polo Democrático) y entonces volvíamos a comenzar a grabar y bueno, ahí sí seguimos hasta el final del camino, pero momentos duros hubo bastantes.
El financiamiento de la película, entonces, se iba encontrando poco a poco, a medida que se iba avanzando, no se tenía visibilidad a largo plazo, había que reaccionar casi que cotidianamente. Nosotros arrancamos con una beca del Instituto de Sundance y eso nos dio para los primeros viajes de rodaje, pero poco a poco teníamos que ir levantando más dinero, la película se financió con esta beca y con otras becas de fundaciones en Estados Unidos: las fundaciones Luminate, Open Society y Perspective, esos fueron los financiadores. Pero claro, llegaba el dinero de alguno de los financiadores y ya cuando se estaba acabando la plata, entraba otro para la parte siguiente de la película, y así se dio hasta el final… hubo entonces mucha dificultad para ir hasta el final…
Hablando de los momentos difíciles, se ve en la película un momento en el que Francia está en un evento público de su campaña, y de pronto las personas de la seguridad empezaron a protegerla y a retirarla de la tarima porque había un láser que le apuntaba directamente. ¿Qué nos puedes contar de esta situación?
Claro que fue un momento de miedo y de mucha confusión porque nadie sabía lo que estaba pasando. Finalmente se descubrió que era un láser que estaba dirigido por un joven desde un edificio cercano. Es algo que puede asustar y generar pánico claramente, pero en realidad no resultó siendo nada grave. Yo siento que los momentos más duros fueron los de más largo aliento, pues a medida que la campaña de Francia fue tomando impulso, los actos de odio se fueron intensificando. Sobre todo aquellos de tipo racista, elitista, misógino. Al inicio había también como un poquito de condescendencia, y la gente decía: “Ay Miren la negrita tan linda luchando por superarse“, ese tipo de racismo más paternalista. Pero cuando de repente Francia tuvo de verdad una posibilidad de llegar al poder, todo se transformó en odio puro, en insultos, en ataques. Francia Márquez es fuerte y logra absorber la mayoría de estos, pero algunas veces todo esto termina afectando y desanimando. Sin embargo, en general, ella logra mantenerse muy firme, y claro si ella se mantiene firme, pues uno siente que también tiene que seguir.
Hay otro momento de la película en el que se ve a Francia algo afectada emocionalmente porque el trabajo de la campaña no está generando las firmas necesarias para impulsar su candidatura. Francia toma el celular y empieza a recibir un montón de mensajes de odio, que tú decides mostrar simultáneamente en la pantalla. En la cara de Francia se puede percibir mucha desilusión, pero al mismo tiempo, una gran determinación. ¿De dónde crees que saca ella la fuerza?
La verdad, yo no sé, pero siento que es una lucha que ya lleva empuñando desde que era adolescente. Hay inclusive una entrevista muy linda de Francia, no me acuerdo ahora quién la realizó, en donde la muestran muy joven luchando para evitar que la transnacional Unión Fenosa desvíe el río ovejas para aumentar el embalse de la represa la Salvajina, eliminando así las opciones de vida de miles de indígenas y afrodescendientes de la región. Desde esa época, ya se sentía una gran fuerza interior y un gran entendimiento de lo que significa la lucha y los problemas de su región y de su país.
Entonces yo creo que Francia ha tenido muchísimas veces ganas de abandonar, pero también siento que tiene una convicción y un aguante que sólo pueden generarse con una larga trayectoria de lucha, y sobre todo de un entendimiento de lo que eso significa. Además, Francia es una mujer supremamente inteligente y que entiende muy bien el entorno colombiano. Yo creo que eso también ayuda.
Cuando uno estudia la vida de algunas personas que han marcado la historia del mundo, pienso en Gandhi, en Martin Luther King, y en otras personas que han producido una acción social fuerte, se observa que se han alimentado también de una vida espiritual profunda, no sé si puedas decir algo al respecto sobre Francia Márquez…
Francia es una mujer muy espiritual y yo sé que ese asunto es demasiado importante para ella. Se recarga energéticamente a través de esa espiritualidad.
¿Has hablado con Francia sobre la experiencia vivida en esos dos primeros años en el poder?
Hace algunos meses, organizamos un estreno privado de la película para su familia y el equipo de campaña de Soy porque Somos.
En dicha ocasión, Francia dijo algo muy fuerte: “Tenemos el Estado, pero eso no significa que tengamos el poder“. A mí eso me impresionó bastante, y creo que tiene mucho sentido. Colombia ha sido uno de los únicos países latinoamericanos que nunca ha tenido un gobierno progresista, de izquierda. Básicamente, se ha mantenido la misma gente en el poder. Siempre han sido las mismas familias las que han gobernado en la historia de nuestro país— así que aunque cambie el estado, no es tan fácil cambiar las estructuras de poder.
Imágenes de la película Igualada. Mujeres, Campesinas, Indígenas, Jóvenes.
Esas estructuras de poder en Colombia están cementadas desde hace siglos y yo siento, y esta es mi visión personal, que esperar cambiar en 4 años esas instituciones es muy complicado. Son siglos del mismo poder. Los dueños de la industria, los dueños de los medios de comunicación, etc. Para ella y para el gobierno actual, ha significado golpearse contra las paredes, y yo sé que eso también ha sido muy difícil para Francia, porque es consciente de que había mucha esperanza en ella y la angustia el no poder responder como ella quisiera, pero pues es que es una misión muy complicada.
Cuando presentamos la película, la gente nos comentaba que era muy difícil no dejar pasar lo que uno escucha todos los días en Caracol, en RCN o en otras radios de los medios dominantes, que son ataques constantes al gobierno. Los cuestionamientos a Francia Márquez, quien no se puede gastar 10 pesos sin que la cuestionen. Esto no pasaba con la vicepresidenta pasada que se iba de viaje y nadie le calculaba cuánta gasolina se gastaba. Entonces yo creo que para los colombianos que creían en este proyecto es un reto el no dejarse permear por todos esos ataques.
Esta mañana en Blu Radio (que pertenece a uno de los medios dominantes) se dijo esto, literalmente, lo escribí: “Francia Márquez es la gran decepción del gobierno Petro, completamente invisible, con una falta de liderazgo que no le ha permitido sobresalir un Ministerio de la igualdad que no ha hecho nada y una tasa de ejecución de proyectos del orden del 1%. Imagínese usted que Gustavo Petro muriera como le pasó a Rodolfo Hernández (candidato a presidente en 2022), ¿quién sería nuestro presidente? Todos los periodistas del panel de la radio empiezan a golpear más y más a Francia. Uno se pregunta, ¿dónde están las noticias? Es decir, ¿Hay realmente fuentes creíbles de noticias acá en Colombia? ¿Cómo hacer para no dejarnos influenciar por toda esa desinformación que nos llega?
Sí, es muy difícil. Respecto a lo del Ministerio, la gente no tiene ni idea de lo que toma armar un ministerio nuevo. ¿Cuándo fue creado el último Ministerio de Colombia? Creo que fue el Ministerio de trabajo, eso es muy complejo, la burocracia que viene con un ministerio nuevo es una cosa tremenda. Yo me acuerdo que llevaban meses en el Ministerio de la Igualdad y todavía no tenían computadores, y nadie habla de este tema de la burocracia. No es que Francia no quiera ejecutar, es que esos ministerios vienen con una burocracia gigante para poder comenzar a operar, eso toma meses y meses, es muy difícil, muy difícil.
¿Cómo ha sido la reacción del público desde el lanzamiento de la película Igualada aquí en Colombia?
Por el momento el recibimiento de la película ha sido muy bonito, sin embargo, sabemos que los que fueron a la primera presentación, pues eran personas que ya estaban de acuerdo. En Cali, en Bogotá, en Medellín y en Manizales las salas han estado muy llenas, cinematecas como la Tertulia en Cali ha estado llena, creo que en todas las funciones en Bogotá también hemos tenido un público grandísimo. Al final siempre la gente está muy muy emocionada, muy emocionada, hay llanto pero hay mucha esperanza. Eso era lo que buscábamos con la película. Creo que nos recuerda mucho ese momento de tanta esperanza, y de pensar que con la lucha sí se pueden cambiar las cosas. Entonces, eso ha sido muy lindo, muy bonito hablar con la gente después de las proyecciones, ha sido muy lindo, muy bonito. Me encantaría que fuera a ver la película la gente que no es simpatizante de este gobierno [N.d.E.: Entre 2022 y 2026, Gustavo Petro es el presidente de Colombia y Francia Márquez la vicepresidenta], creo que igual sería muy muy valioso. Para ese público sería ver un retrato de nuestro país, ayudaría a entender un poco más nuestro país. Es una película también esperanzadora, y creo que para todos los colombianos, sin importar la posición política necesariamente. Además, la película da la oportunidad de conocer mucho más a fondo un personaje histórico para nuestro país, sin importar si uno está de acuerdo o no con la posición política de Francia.
Francia Márquez marca un antes y un después en la política colombiana, no solamente para todas las niñas y adolescentes negras en nuestro país, que ahora crecen con un referente como ella en la vicepresidencia. Es simplemente el hecho de ver que en un país con la estructura social que tiene Colombia, con la desigualdad social que tiene Colombia, con ese racismo estructural tan establecido, ver que una mujer negra, rural, que no creció con la élite, que no se educó con la élite, que no habla como la élite, llega a la vicepresidenta de Colombia: eso es algo casi inimaginable.
Entonces creo que sería muy lindo que fuera más gente a ver la película, gente que no es un público ya simpatizante. Aquí en Estados Unidos, en Nueva York, me acuerdo que durante una de las primeras presentaciones un señor dijo: “yo soy uribista, pero a mí me gustó mucho esta película”. Creo que sí, que la película es muy valiosa para todo público.
En Colombia acceder a salas que no son íntimas, sino a salas más comerciales ha sido muy difícil, las grandes empresas de exhibición no han querido distribuir la película, y ellos tienen casi un monopolio sobre las salas en el país. La realidad es que en Colombia poca gente va a cine, y si van a cine, generalmente no es a ver cine nacional, y si ven cine nacional generalmente no es cine documental. Entonces tuvimos mayor exito en salas más alternativas.
« No somos descendientes de esclavos. Somos descendientes de hombres y mujeres libres que fueron esclavizados.» Francia Márquez
Claro que la película sigue presentándose en Bogotá, en Cali y en Medellín, también se buscan más escenarios. Esperamos que a finales del 2024 podamos lanzar una campaña de impacto, que busca llevar la película tanto a la periferia rural como a la periferia urbana. Ese es un compromiso que nosotros tenemos desde el inicio de la película, de verdad poder llevar la película a los territorios, también queremos llevarla a muchas universidades y colegios en el país.
La película ha tenido un muy buen recorrido en el circuito de festivales. Acabamos de terminar un recorrido en Europa (Noruega, Alemania, España, Finlandia, Holanda, Suecia), y ya se ha mostrado mucho en Estados Unidos, Canadá y en Asia. En África vamos a estar en cerca de 14 países, en la televisión; y hemos estado ya en festivales en Zimbabwe, Mozambique, Angola y Ghana.
En Sudamérica, en Uruguay, Bolivia, Ecuador, Argentina y Chile.
¿Qué pensó Francia Márquez de la película?
Ella vio la película en un momento muy difícil para el gobierno y creo que a ella le dio muy duro recordar toda esa esperanza, precisamente por lo que les dije: ella siente ese peso de tratar de cumplir con toda esa esperanza. También me criticó el hecho de que ella no quería una película sólo sobre ella: que dónde estaban el resto de liderezas, dónde estaban las mujeres de Cali, del distrito,… Yo hice la película que nos propusimos hacer, ahí la protagonista era Francia, pero ella no es una mujer a la que le guste mucho ese protagonismo, así sea la vicepresidenta de Colombia. Entonces por eso fueron nuestras discusiones iniciales cuando ella vio la película. Pero creo que ella ya lo aceptó y ya está comenzando a apreciarlo más y más. Creo que Francia Márquez en realidad no dimensiona todavía lo que significa su vicepresidencia, la magnitud de ese logro, creo que Colombia no lo dimensiona, y con los años nos vamos a dar más y más cuenta de la magnitud de lo que eso significa, con eso la película va a tener más valor para todo el mundo, y también para Francia Márquez.
Gracias Juan por esta película, es algo que nos llena de esperanza a muchos. No importa que mucha gente no vaya a ver la película por las razones que se quiera, creo que es esa noción de apertura a lo que está pasando lo que nos puede centrar, ver el cotidiano de una persona que se la jugó toda y que desde muy jovencita tenía esa llama, es increíble, se ve en la película desde las primeras imágenes cuando era una niña, pero ya tenía todo el mundo que la escuchaba.
Ficha y Equipo de la película Igualada:
Una producción de HUMAN PICTURES en coproducción con NO FICCIÓN
Género: Documental
Duración: 81 minutos
Idioma: Español
Director: Juan Mejía Botero
Productoras: Juan E. Yepes, Daniela Alatorre Benard, Sonia Serna Botero
Productoras ejecutivas: Paola Mendoza, Marco Williams, Felipe Estefan, Juan Pablo Ruiz
Productora de campo: Eliana Carrillo
Edición: Andrea Chignoli
Diseño de sonido: Aldonza Contreras Castro
Música Original: Richard Córdoba – La Muchacha
Dirección de Fotografía: Gómez
Con la participación de Francia Márquez Mina, Comunidad de La Toma, Movimiento Soy porque Somos
(1) Joshi Leban, autora de la frase “la lucha es un poema colectivo”, es activista feminista y defensora de los derechos humanos. Estudió relaciones públicas, pero se dedica a la comunicación digital.