Etiopía acoge desde el 5 de noviembre la Conferencia Mundial sin Hambre, un evento de gran importancia en la lucha global contra el hambre. Más de 1,500 participantes, entre ellos jefes de Estado, responsables políticos, científicos, representantes de empresas, agencias de la ONU y otros actores claves, se reúnen en este encuentro que se extenderá hasta el 7 de noviembre. El Gobierno etíope, en colaboración con la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) y la Unión Africana, ha organizado la conferencia, que cuenta también con el apoyo técnico de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El principal objetivo de la conferencia es impulsar soluciones sostenibles para el hambre, aprovechando la tecnología, la innovación y la inversión en los sectores alimentario y agrícola. Este evento culminará con un foro político de alto nivel en el que los Gobiernos y el sector privado declararán sus compromisos y acciones para enfrentar el hambre a nivel global.

El ministro de Industria de Etiopía, Melaku Alebel, destacó la importancia de situar la inversión sostenible en agronegocios y sistemas alimentarios en el centro de las políticas gubernamentales. Según Alebel, alcanzar un mundo sin hambre —uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU— requiere transformar profundamente los sistemas alimentarios, promover la infraestructura adecuada, y aplicar la innovación y la digitalización en el sector agrícola. El ministro también subrayó la importancia de abordar temas como la transición energética, el comercio justo y el cambio climático en esta lucha.

Para Alebel, la Conferencia Mundial sin Hambre representa una plataforma ideal para reafirmar los compromisos internacionales contra el hambre y encontrar formas de superar los nuevos desafíos, como la desaceleración económica, las crisis medioambientales y los conflictos, que han revertido los avances logrados en los últimos años.

Dejene Tezera, director de Agronegocios e Infraestructura de la ONUDI, recalcó que “el hambre está lejos de terminar” y que la inversión en agroindustrialización es esencial para transformar las prácticas agrícolas y construir sistemas alimentarios resilientes. Para Tezera, invertir en estos sectores no solo ayuda a producir más alimentos, sino que también fomenta prácticas sostenibles y fortalece la capacidad de los países para resistir crisis alimentarias y ambientales en el futuro.

La ONUDI, junto con la FAO y otras agencias de la ONU, está comprometida en esta conferencia a proporcionar una visión estratégica que permita la expansión de los agronegocios sostenibles y la adopción de tecnologías innovadoras. Estas soluciones buscan abordar la inseguridad alimentaria, promoviendo a la vez el desarrollo rural y la generación de empleo en las comunidades agrícolas.

Un Foro para la Acción Global contra el Hambre
La Conferencia Mundial sin Hambre no solo servirá para el intercambio de conocimientos y experiencias, sino también como un foro para que los participantes puedan comprometerse públicamente con acciones concretas. En el foro de cierre, representantes de los Gobiernos y del sector privado expondrán sus esfuerzos y planes para reducir el hambre y crear sistemas alimentarios inclusivos y sostenibles.

La colaboración entre el sector público y privado, así como la coordinación internacional, serán factores esenciales para alcanzar los objetivos propuestos. En un momento en que el hambre afecta a millones de personas y las crisis climáticas y económicas dificultan el acceso a los alimentos, la Conferencia Mundial sin Hambre representa una oportunidad crítica para que el mundo actúe de manera coordinada y efectiva.

La Conferencia Mundial sin Hambre subraya la urgencia de actuar ante una problemática global que exige respuestas integradas y un compromiso renovado. Los líderes que participan en esta conferencia están llamados a adoptar y aplicar políticas que apoyen a los pequeños productores, promuevan la sostenibilidad y aumenten la resiliencia de los sistemas alimentarios en los países más vulnerables.

Mientras el evento continúa, las expectativas crecen sobre los acuerdos y planes que emergerán de este encuentro, esperando que marquen un antes y un después en la lucha global contra el hambre.