PIA Global. Por Micaela Constantini* –
Los eventos posteriores tras los resultados de las elecciones parlamentarias en Georgia no causan sorpresa.
El 26 de octubre los georgianos eligieron a los 150 miembros del Parlamento, en una jornada que desplegó el nuevo sistema electoral proporcional y electrónico, cambios incluídos en la última reforma constitucional del país como parte de las acciones que buscan cumplir con las exigencias de Bruselas.
En esta ocasión, la población no votó por un candidato en específico sino por la lista del partido.
Con una participación electoral del 58.9%, el partido Sueño Georgiano obtuvo el 54% de los votos asegurándose la mayoría parlamentaria con 88 escaños, en segundo lugar quedó Coalición por el Cambio que obtuvo un 11% y 19 escaños, mientras que Movimiento Nacional Unido alcanzó el 10% y unos 16 escaños. Georgia Fuerte se hizo de 14 escaños y Gajaria por Georgia 13 bancas. El resto de partidos no superaron el umbral del 5% necesario.
Cabe aclarar que Coalición por el Cambio es una alianza de partidos creada específicamente para estas elecciones. No obstante como en Georgia, está prohibido que las coaliciones electorales presenten una lista única, si bien lograron formar la Coalición cada partido miembro tuvo que competir bajo su propio nombre y en listas separadas.
Participaron «más de 1.700 observadores de 76 organizaciones internacionales, más de 23.000 observadores de 111 organizaciones locales observarán el proceso electoral y más de 2.800 representantes de 199 organizaciones de medios cubrirán el proceso», de acuerdo a Giorgi Kalandarishvili, presidente de la Comisión Central Electoral.
No obstante, los acontecimientos inmediatos no sorprenden a quienes vienen siguiendo la historia reciente del país del Cáucaso.
El no reconocimiento de los resultados por parte de toda la oposición, incluyendo a la misma presidenta que profundizó la apuesta y comenzó su accionar golpista; el llamado al boicot y movilización por parte de los partidos opositores que obtuvieron escaños; las denuncias por supuesta injerencia de Rusia; el intento de generar un enfrentamiento civil; la participación de agentes extranjeros desestabilizadores como el ucraniano Oleksiy Goncharenko; las reacciones de la élite europea y las instituciones de la UE, como así también de los Estados Unidos; la cobertura mediática ejecutando la guerra de la información; la hipocresía y el doble rasero de occidente; las presiones/extorsiones de la UE; la construcción de Sueño Georgiano como “proruso” y por ende “enemigo”; la participación/injerencia de ONGs…
Ninguno de estos eventos comenzaron como consecuencia de una reacción genuina del pueblo gerogiano ante los resultados electorales. Este accionar comenzó hace mucho tiempo y ejecuta cada paso de la planificación dirigida y coordinada desde los grupos otanistas.
Estos acontecimientos sólo remarcan la importancia geoestratégica de Georgia en los intereses otanistas y develan el accionar guerrerista imperial sobre Europa del Este que sólo tiene como objetivo utilizar a Georgia como títere, como nuevo frente de guerra contra Rusia, y como punto de desestabilización para frenar la avanzada del proyecto chino en Europa.
Reacción nacional: no reconocimiento de los resultados e intento de golpe institucional
El presidente del Parlamento de Georgia, Shalva Papuashvili, ya había advertido previo a las elecciones que se observaban “señales de que hay preparativos para el 27 de octubre para repetir el escenario de 2020, cuando hubo un intento de cambiar el gobierno de manera antidemocrática mediante acciones conjuntas de las ‘ONG’ y la oposición debido ‘a la activación partidista de organizaciones no gubernamentales y al hecho de que la oposición en realidad no llevó a cabo una campaña electoral”.
El líder de Coalición por el Cambio fue uno de los primeros en rechazar y no reconocer los resultados argumentando fraude y afirmando que no iban a aceptar los mandatos. De acuerdo a Gvaramia, el fraude consistió en que “una persona votó en muchos distritos electorales.
“Los resultados de las elecciones serán anulados, se celebrarán nuevas elecciones, ganará quien gane. Esto no puede ser un «sueño georgiano, ya lo verás», sentenció el líder de la «Coalición para el cambio», Nika Gvaramia.
«Ayer hicimos una declaración sobre el rechazo de los mandatos. Tan pronto como sea posible abrir las listas, como es posible después de la declaración de resultados, abriremos esas listas también. En esto todo el mundo está de acuerdo», afirmó Nika Gvaramia.
La Comisión Central Electoral realizó una declaración para desmentir la información errónea sobre el número de votantes que acudieron a las elecciones, ya que parte de la campaña de no reconocimiento implicó dar a entender que participaron más personas de las que se encontraban en la lista presentada por el Servicio Nacional de Estadísticas.
“Declaramos categóricamente que la información difundida es mentira. Las cifras publicadas por los interesados no coinciden con los datos reales de la lista unificada de electores. Está claro que todo esto sucede a propósito. En realidad, el proceso electoral fue tan transparente que los interesados intentan desacreditarlo con hechos irreales. La lista unificada de votantes, incluso por distrito, es pública ahora y lo era para todos los partidos involucrados antes de las elecciones. Durante el año electoral, los partidos políticos y las organizaciones no gubernamentales solicitaron a la administración electoral la lista unificada de votantes en diferentes momentos, lo que confirma que la disponibilidad de la lista de votantes se ajustaba a la legislación y las normas internacionales”, se afirmó en la declaración.
Aunque no novedoso, lo más preocupante ha sido el accionar golpista de la mismísima presidenta del país, Salomé Zurabishvili, quien no sólo no ha reconocido los resultados y ha gritado fraude sino también ha incitado a la movilización en las calles.
Recordemos que Zurabishvili, nació en Francia e inició y construyó su carrera política en las relaciones internacionales trabajando en el ministerio francés de asuntos exteriores y en distintas embajadas. En 1986 ‘volvió’ a Georgia y en 2004 asumió como ministra de Relaciones Exteriores elegida por el entonces presidente Mikheil Saakashvili, preso desde 2021 y líder de Movimiento Nacional Unido.
Movimiento Nacional Unido es fuertemente proocidental, atlantista, que busca abiertamente la adhesión a la UE y a la OTAN, de hecho el enfrentamiento de Georgia con Rusia se dió en el marco de gobernanza de Saakashvili.
Recordemos también que la reforma constitucional que comenzó a implementarse en estas elecciones, establece que el presidente ya no será elegido mediante el voto directo de la población sino que será a partir del colegio electoral mediante votación abierta y sin debate. Es decir, la composición parlamentaria legislativa resuelta en las elecciones es clave para la elección presidencial en el Colegio Electoral.
Por lo que los resultados no sólo no agradan a Zurabishvili como opositora de Sueño Georgiano, sino porque corre en riesgo su puesto en el poder.
Durante un mitin frente al Parlamento en la capital, Tiflis, la presidenta aseguró a los manifestantes: “debemos iniciar una investigación y llevarla hasta el final. Tal vez así consigamos apoyo internacional. Esta investigación debe ser exhaustiva. No debemos dejar ninguna pregunta sin respuesta”. Además, reiteró que va a reconocer los resultados de las elecciones parlamentarias por estar “totalmente falsificados”.
El siguiente paso luego de las declaraciones de fraude, no reconocimiento y boicot, son las protestas.
En la capital del país, en donde Sueño Georgiano ha perdido vale aclarar, manifestantes se han reunido frente al Parlamento.
El presidente del Parlamento, Papuashvili declaró que la oposición sigue el escenario de un golpe de Estado, va en contra del orden constitucional y de las elecciones democráticas.
«Todo va exactamente según el escenario que, como dijimos anteriormente, fue redactado por la oposición. Decíamos esto porque hablaban del gobierno técnico, lo recordamos de los años 90, o de otros países, cuando intentan tomar el poder por la fuerza y traer algunos gobiernos técnicos. Por eso habían preparado todo este escenario, declarándolo ilegítimo, formando un gobierno técnico, lo habían preparado todo al respecto. El escenario golpista es lo que están siguiendo y eso es, por supuesto, ir en contra del marco constitucional y de las elecciones democráticas. Por supuesto, el pueblo georgiano no permitirá tales acciones», afirmó Shalva Papuashvili.
El Primer Ministro de Georgia, Irakli Kobakhidze, aseguró que los opositores no estaban contentos con el informe resumido y la evaluación hecha por la OSCE/ODIHR.
«Vimos que nuestros oponentes seguían descontentos con la evaluación hecha por la OSCE/ODIHR sobre las elecciones. A menudo escuchamos a nuestros oponentes decir que cuando se trata de socios europeos, allí ni siquiera se permiten críticas. En este caso, nuestros oponentes salieron y se opusieron directamente a la principal misión de vigilancia, la misión de la OSCE/OIDDH, porque no les gustó el informe resumido. Observé que los canales de la oposición cortaron la respectiva conferencia de prensa a mitad de camino, porque estaban muy descontentos con la evaluación positiva de las elecciones», dijo el Primer Ministro.
Mientras que la Comisión Electoral Central de Georgia se encuentra realizando un recuento de los votos de cinco centros de votación elegidos al azar, con la presencia de representantes de todas las formaciones políticas, la Fiscalía de Georgia citó a la presidenta Salome Zurabishvili por sus comentarios sobre un posible fraude electoral, esperando que presente las pruebas correspondientes de dichas acusaciones.
Pero, según France 24, Zurabishvili rechazó la citación, alegando que ya se disponía de numerosas pruebas de fraude electoral y que los fiscales debían centrarse en su investigación y “dejar de hacer ajustes de cuentas políticos con la presidenta”.
https://twitter.com/Zourabichvili_S/status/1851658667197710545
Los partidos de la oposición, Coalición para el Cambio, Unidad-Movimiento Nacional y Georgia Fuerte han llamado nuevamente a protestar el próximo lunes en la Avenida Rustaveli, calle principal del centro de Tiflis. Mientras que el partido Por Georgia, ha tomado distancia de dicha propuesta.
Por su parte, Mamuka Khazaradze, uno de los líderes de la coalición «Georgia fuerte», afirmó en su cuenta de facebook que las coaliciones de oposición prooccidentales se están trasladando a una sede unificada.
«Las coaliciones de oposición pro-occidentales están avanzando hacia un trabajo general unificado; protesta continua – acciones callejeras; «Investigación internacional sobre elecciones totalmente amañadas», escribió Khazaradze.
Reacción internacional y la injerencia occidental/otanista
Parte de una ejecución eficaz del plan injerencista y golpista es la intervención desde el exterior.
La Unión Europea es uno de los principales actores con intereses en desestabilizar a Georgia.
«Durante muchos años, el pueblo de Georgia ha estado luchando por la democracia, tiene derecho a saber lo que pasó este fin de semana, el derecho a que las violaciones se investiguen de forma rápida, transparente e independiente, porque las elecciones libres y justas son la base de la democracia europea. valores», afirmó la reelecta presidenta dela Comisión Europea, Ursula von der Layen.
https://twitter.com/vonderleyen/status/1850914667868365072
Unos 13 ministros de Estados miembros de la UE (1) emitieron un comunicado en donde expresan su “profunda preocupación por la situación actual en Georgia” asegurando que existieron violaciones de la ley que “socavaron los estándares internacionales de elecciones libres y justas” y exigiendo una investigación imparcial, además de chantajear al país caucásico con su proceso de adhesión.
«La violación de la integridad electoral es incompatible con los estándares que esperamos de un candidato a la UE. Se trata de una traición a las legítimas aspiraciones europeas del pueblo georgiano. La protección del Estado de derecho y unas elecciones libres y justas son una condición necesaria para el progreso de Georgia en el camino hacia la UE. Criticamos la visita prematura del Primer Ministro Orban a Georgia. No habla en nombre de la Unión Europea».
El gobierno sueco suspendió rápidamente la cooperación con el gobierno georgiano, según indicó el Ministro de Comercio Exterior de Suecia, Benjamin Dusa, debido a que «los intentos de obstaculizar el papel democrático de la sociedad civil del país, incluso mediante legislación restrictiva, van en contra de las normas y valores de la Unión Europea».
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Matthew Miller, afirmó durante una sesión informativa que el “entorno electoral desigual y socavó la confianza pública e internacional en la posibilidad de un resultado justo”.
Exigió la investigación de las irregularidades y también presionó al gobierno georgiano advirtiendo “a los funcionarios del gobierno de Georgia para que consideren qué tipo de relación quieren con la comunidad euroatlántica, en lugar de reforzar las políticas que los autoritarios elogian».
«La constitución de Georgia, propuesta y apoyada por el actual partido gobernante, establece la aspiración de unirse a estas instituciones euroatlánticas. Todos los partidos apoyaron este objetivo durante la campaña, pero el partido gobernante tomó medidas incompatibles con este rumbo. El gobierno de Georgia puede reafirmar su trayectoria democrática euroatlántica respetando el Estado de derecho, corrigiendo las fallas en el proceso electoral, derogando la legislación antidemocrática y haciendo esfuerzos significativos para recomendar reformas para la membresía en la UE. Durante el año, llamamos constantemente al gobierno de Georgia a retirarse de las acciones antidemocráticas y regresar a la vía euroatlántica. No descartamos mayores consecuencias si el rumbo del gobierno georgiano no cambia. Nos gustaría que se investigara el proceso” advirtió Matthew Miller.
Uno de los principales discursos construídos tanto por la oposición nacional y sostenida por la guerra de la información internacional es que el partido Sueño Georgiano es prorruso y por ende un enemigo. De entrada comprender que esto sucede en todos los países y niveles de la región ‘euroatlántica’, como le gustó denominar la región al portavoz de EEUU.
Cualquier líder, partido en gobierno o no, con poder o no, que haga una crítica o cuestione a las instituciones europeas respecto a las decisiones que han tomado sobre Rusia; cualquier partido gobernando o no, que anteponga los intereses nacionales y por lo tanto adopte una postura pragmática no suicida que implica no aplicar sanciones a Rusia o no busque meterse en el conflicto ucraniano, es tildado de agente ruso, o prorruso. Y ni bien colocaron a esa categoría en el cuello del actor, se lo comienza a tratar como enemigo, aunque por supuesto que lo disfrazan bajo el lema: “ir en contra de los valores europeos”.
El Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell lo dijo muy claramente: “no se puede tener relación con Rusia o mantener contactos como si nada y esperar que tu país pueda ser parte de la UE. Es una cosa o la otra”.
La visita de Viktor Orbán en Georgia, inmediatamente después de los resultados y los movimientos golpistas, como primer ministro de Hungría pero en especial como presidente del Consejo de Europa, provocó fuerte críticas de la comunidad euroatlántica, lo que constata aún más el accionar básico e intencional de ubicar del lado prorruso=enemigo que poseen en Bruselas.
“No hay nada nuevo en el debate sobre las elecciones en Georgia. En todas partes es la misma historia: si ganan los liberales, las elecciones son democráticas; si pierden, es el fin de la democracia”, tuiteó Orbán.
https://twitter.com/PM_ViktorOrban/status/1851754342358864341
No obstante, ni Sueño Georgiano es un partido prorruso, ni Rusia ha interferido en la campaña o elecciones. Al contrario, los partidos opositores son declarados públicamente europeístas y otanistas, y las injerencias de Bruselas salen en comunicados oficiales, y son financiados con fondos públicos.
Sueño Georgionado ha asegurado que aún continúa con el interés de formar parte de la comunidad europea, pero sólo ha puesto límites, y esos límites están fijados en los propios intereses nacionales. De hecho fue bajo el mandato de este partido que Georgia obtuvo el estatus de candidato a la adhesión a la UE.
“Un gran número de fuerzas de países europeos y de diversas instituciones europeas intentaron influir en el resultado de la votación. Nadie ni siquiera lo ocultó, pues hubo declaraciones públicas. […] Al contrario, no interferimos en los asuntos internos de Georgia y no tenemos intención de hacerlo”, afirmó Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin.
“Se ha vuelto común que muchos países se apresuren a acusar a Rusia de interferencia en cada oportunidad. Sin embargo, esto no es cierto; No hubo ninguna interferencia y estas acusaciones son completamente infundadas”, subrayó Peskov.
Por el contrario, la Unión Europea y Estados Unidos han sido los principales actores que han influido y presionado al país caucásico. Desde la “revolución rosa” en 2003, o en el conflicto con Osetia del Sur en 2008, con el incontable financiamiento de ONGs, la desestabilización en 2023 por la Ley de Agentes Extranjeros, con la ley Megobari.
La Ley Megobari de los Estados Unidos, introducida en el Congreso de EEUU en mayo de este año (Ley de Movilización y Mejora de las Opciones de Georgia para Fomentar la Responsabilidad, la Resistencia y la Independencia), tiene como objetivo “fortalecer” la relación EEUU y Georgia, “promoviendo la democracia, la soberanía y la independencia de Georgia frente a la influencia rusa” y “estableciendo medidas de respaldo en áreas de seguridad, economía y derechos humanos”. Entre otras cosas, la Ley autoriza sanciones contra actores rusos, proporciona asistencia financiera y militar, y apoya el desarrollo de instituciones democrática, independencia judicial y derechos humanos.
Por supuesto que al momento que Georgia decidió no imponer las sanciones contra Rusia como lo exigía la UE y EEUU, resultó en uno de los puntos importantes para que el partido gobernante empezara a ser tildado de prorruso. Sueño Georgiano afirmó que Ley Megobari “chantaje e intimidación” contra la política independiente de Georgia, y rechazó la posibilidad de adherirse a la Ley, afirmando que “no pretendemos negociar sobre el soberanía y seguridad de nuestro país, y ningún chantaje puede obligarnos a ir contra nuestro país”.
Como respuesta el Departamento de Estado de EEUU impuso restricciones de visa a 60 funcionarios del gobierno georgiano y a Bidzina Ivanishvili, fundador del partido Sueño Georgiano.
De acuerdo al informe especial desde Tiflis de George Trenin, periodista y politólogo ruso “desde que obtuvo su independencia en 1991, Georgia se ha convertido en un importante receptor de ayuda estadounidense. En la década de 1990, el país recibía un promedio de $96 millones al año, en la década de 2000, antes de la breve guerra de 2008, $135 millones al año, y luego del conflicto militar, se incrementó el monto de la asistencia. En los años fiscales 2008-2009, Georgia recibió asistencia estadounidense en varias áreas por un monto de $1.04 mil millones. De 2010 a 2016, Georgia recibió hasta $77 millones anuales, desde 2017, hasta $123 millones en promedio. Para 2020, se planeó proporcionar a Tbilisi $120 millones a través del Departamento de Estado y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)”.
Según cálculos de la politóloga Beka Chedia, sólo la Fundación Soros invirtió más de 10 millones de dólares en el tercer sector georgiano en cuatro años (de 2003 a 2006). La Fundación Nacional para la Democracia, vinculada a la CIA, según sus propios informes, distribuyó 1,2 millones de dólares en subvenciones en 2013 entre tres docenas de proyectos de ONG georgianas. Las principales áreas de su trabajo fueron los programas de educación cívica, el apoyo a los medios de comunicación, incluido el periodismo de investigación, la supervisión de elecciones y el control civil de las actividades del poder legislativo ejecutivo, entre otros”, explica Trenin.
Importancia geopolítica de Georgia
Georgia se encuentra ubicada en la región del Cáucaso y comparte frontera con Armenia, Azerbaiyán, Turquía y Rusia. Es uno de los seis países que posee salida al Mar Negro.
De acuerdo a Andrey Petrov, Director General Adjunto en Vestnik Kavkaza, durante el gobierno de Sueño Georgiano, “como única ruta Este-Oeste abierta en el Cáucaso Sur en medio del conflicto armenio-azerbaiyano y dadas las tensas relaciones entre Teherán y Bakú, Georgia se aseguró su participación en proyectos económicos globales como el Corredor Meridional de Gas, que ayuda a la UE a importar gas azerbaiyano (11,5 bcm en 2022), y el ferrocarril Bakú-Tbilisi-Kars BTK (432 mil toneladas de carga transportadas por él en 2022).
El BTK se convirtió en el billete de entrada de Georgia a los proyectos de transporte interregional de China (Un Cinturón, Una Ruta y el Corredor del Medio) debido a la posibilidad de transportar cargas por ferrocarril desde Bakú a puertos tanto turcos como georgianos. Tiflis entró en la turbulenta década de 2020 como un Estado regional de éxito centrado en los intereses nacionales y en la cooperación mutuamente beneficiosa con todos”.
Georgia, al igual que otros países del este europeo y ex territorio de la Unión Soviética, se encuentra entre el avance guerrerista de EEUU/OTAN contra Rusia.
Mientras que las instituciones euroatlánticas extorsionan y castigan a Georgia, (por ejemplo cuando Tiflis no impuso sanciones contra Rusia, y la Comisión Europea dijo que no iba a recomendar que se le otorgara el estatus de candidato pero sí una lista de 12 puntos obligatorios en los que debía trabajar), las relaciones entre Georgia y Rusia se intensificaron.
“La cifra de negocios del comercio ruso-georgiano en 2022 aumentó un 50% interanual, alcanzando los 2.500 millones de dólares, un nuevo récord para el comercio bilateral. Este enero, Rusia encabezó por primera vez la lista de socios comerciales de Georgia, superando a Turquía; y su cuota en las exportaciones-importaciones georgianas alcanzó el 18% (263,6 millones USD)”, replicó Petrov.
Mientras el bloque otanista busca utilizar como títere a Georgia en su guerra contra Rusia, como otro punto de desestabilización en la frontera rusa, como un nuevo frente que, incluso como dijo un periodista, “salve las apariencias en Ucrania”; mientras el bloque otanista utiliza su arsenal guerrerista y financia desestabilización sobre los países de Europa del Este también para frenar el avance chino en Europa, China se encuentra en la plena construcción de un puerto en Anaklia, Georgia, en la costa del Mar Negro, ubicando al país caucásico como parte esencial en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. El puerto de Anaklia es un componente clave para el «Corredor Medio», una ruta de transporte que conecta China y Europa a través de Asia Central, el Mar Caspio y el Cáucaso.
La inversión china cubrirá inicialmente alrededor de $600 millones y se estima que el puerto podría manejar hasta 600,000 contenedores al año, beneficiando a la economía local a través de la creación de empleos y el desarrollo de infraestructura logística.
Para el analista, Petrov, puede ser que Georgia pueda cambiar su rumbo euroatlántico por un futuro fortalecimiento de la relaciones regionales en donde “el desarrollo del Corredor Medio de China y el centro de gas turco, que incluirá gas azerbaiyano y turkmeno además del ruso, el papel de Georgia como Estado de tránsito de mercancías y suministros energéticos irá en aumento. Esto significa que la imposibilidad de entrar en la UE dejará de importar a Tiflis en algún momento, y entonces será muy posible una revisión de la estrategia de política exterior de Georgia”.
Mientras tanto, el bloque otanista busca desestabilizar al país y colocar un gobierno servil a sus intereses, que esté dispuesto a servir como nuevo frente de guerra contra Rusia, que frene el avance chino en la región, también asegurándose una zona estratégica del comercio euroasiático.
Nota:
- La declaración fue firmada por Martin Dvorak, Ministro de Asuntos Europeos de la República Checa, Marie Bere, Ministra de Asuntos Europeos de Dinamarca, Anna Lührmann, Ministra de Estado para Europa y Asuntos Climáticos de Alemania, Margus Tsahkna, Ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Joakim Strand, Ministro de Asuntos Europeos y Gestión Inmobiliaria de Finlandia, Ministro Delegado para Asuntos Europeos de Francia Benjamin Haddad, Ministro de Estado para Asuntos de la UE de Irlanda Jennifer Carol McNeil, Ministra de Asuntos Exteriores de Lituania Gabrielius Landsbergis, Ministro de Asuntos Exteriores de los Países Bajos Caspar Veldkamp, Ministro de Asuntos Exteriores, Comercio Exterior, Cooperación al Desarrollo y Asuntos Humanitarios de Luxemburgo Xavier Bettel, Ministro de la Unión Europea de Polonia Adam Szpalka, Ministro de Asuntos Europeos Secretaria de Estado de Portugal Ines Domingos, Ministra de Asuntos de la Unión Europea de Suecia Jesica Rosenkranz.
*Micaela Constantini, periodista y parte del Equipo de PIA Global.