El relato mediático negacionista se impone
Hace cinco años atrás, las calles de cada ciudad del país recibían a la gente en marchas masivas de millones de manifestantes, nunca antes vistas. La normalidad del día a día se quebró, y surgió una nueva forma de habitar, de relacionarse, de experimentarse, abriendo una incertidumbre respecto a los escenarios posibles para el país. Paralelamente surgieron espacios de diálogo y debate a nivel de barrios o poblaciones, en plazas, parques, escuelas o locales vecinales de distinto tipo, en que vecinas y vecinos hicieron contacto humano, y se reconocieron, más allá de sus diferencias, como víctimas de un sistema que con todas sus violencias les abusaba como un acto normalizado y cotidiano. De estos espacios llamados cabildos o asambleas populares, surgen síntesis como “Chile despertó” y “Hasta que la dignidad sea haga costumbre”.
Es cierto que, en las manifestaciones masivas, frente al intento de las fuerzas especiales antimotines de la policía uniformada de realizar su habitual trabajo de disolver las manifestaciones, surgen grupos que bloquean los accesos hacia los espacios de reunión masivo, generando enfrentamientos de resistencia, evitando que se usaran contra la gente los disparos de chorros de agua, de gases lacrimógenos y los escopetazos de balines de goma. Esos pequeños grupos fueron conocidos como “la primera línea”. También ocurrieron saqueos en mercados y tiendas, por gente que se aprovechó de la situación. Pero, lo realmente masivo, inédito, desestabilizador del statu quo del Estado, fueron las Marchas y Las Asambleas con su despertar.
Hoy, todos los voceros del establishment, todas las editoriales de los medios, certifican que aquello descrito jamás ocurrió, y que fue exclusivamente una ola de delincuencia, lumpen y extrema violencia que asoló los espacios públicos atentando contra la gente de buen vivir. Y este es el relato oficial, cuando está en curso la formalización de los generales de la policía uniformada, en un juicio por su responsabilidad de mando, en las violencias, mutilaciones oculares y transgresión de los derechos humanos de los manifestantes.
Mientras, se mantienen la negación de los derechos y una suma de promesas incumplidas por parte de quienes “gobiernan”, con la casi nula posibilidad de movilidad social a través de la educación, la percepción de vulnerabilidad frente a los ajustes económicos y a la ausencia o deficiencia de los servicios públicos.
También las oportunidades laborales marcadas por distancias sociales impuestas por origen, geografía, etnicidad, informalidad y género, y la insufrible incertidumbre de una vejez digna. Sin olvidar la inseguridad ciudadana, y la deriva en altos niveles de corrupción de la elite, desdibujando derechos políticos y libertades civiles, como indicadores nefastos de la vida de las mayorías que las padecen.

Elecciones del poder local en este actual octubre
Se realizaron este fin de semana elecciones simultáneas para definir 16 gobernadoras(es) regionales; 302 consejeras(os) regionales; 346 alcaldesa(es) comunales; 1932 concejalas(es) municipales. Bajo amenazas de multas elevadísimas, los electores participantes aumentaron en más del 100% (en el anterior votó un poco más del 40% del padrón y esta vez más del 80%). Los nulos y blancos de los obligados a votar, según el tipo de elección, variaron entre 12 a 25 % del padrón.
Los resultados arrojan en términos generales, la recuperación de cabezas regionales por parte de las derechas, lo cual era previsible dado que en la anterior elección sólo consiguieron una (varias regiones tendrán balotaje en noviembre). También cambiaron a la derecha una treintena de alcaldías. Esta baja en los electos del oficialismo, fue una muestra del avance de la derecha y de la ultra derecha, pero no fueron cifras catastróficas para las expectativas de la coalición de gobierno.

Los resultados electorales y sus lecturas para el pacto de izquierdas
Por su parte las organizaciones políticas y sociales anticapitalistas, separadas del oficialismo, organizaron un pacto electoral para participar en estas elecciones de poder local. La base legal electoral del pacto, contó con solo 6 regiones del total de 16, en las que pudo levantar candidaturas. Los resultados generales del pacto conseguidos fueron a nivel de gobernaciones 464.219 votos, sin electos (PARTIDO HUMANISTA 262.079; PARTIDO IGUALDAD 88.767; PARTIDO POPULAR 27.050; INDEPENDIENTES 86.323). En el caso de las alcaldías tampoco hubo electos, 114.833 votos (PARTIDO HUMANISTA 26.247; PARTIDO IGUALDAD 5.088; PARTIDO POPULAR 8.236;
INDEPENDIENTES 75.262). Por las Consejerías regionales, el PH obtuvo 1 electo en Arica y el total nacional de votos fue 255.906 (PARTIDO HUMANISTA 54.553; PARTIDO IGUALDAD 28.680; PARTIDO POPULAR 16.777; INDEPENDIENTES 155.896). Y en concejalías comunales, dato que el mundo político entiende como el que muestra la fuerza electoral de los partidos, los resultados del pacto fueron 17 electos (8 humanistas) en un total nacional de 257.524 votos (PARTIDO HUMANISTA 74.255; PARTIDO IGUALDAD 15.383; PARTIDO POPULAR 17.367; INDEPENDIENTES 150.519). Estos datos requieren atender a que las candidaturas independientes fueron cupos otorgados por los distintos partidos, y lo otro es que, si se quieren ver los porcentajes, los datos oficiales los colocan con referencia al padrón total, lo que distorsiona.
Respecto a otro tipo de indicadores desde nuestra mirada, los resultados de Arica muestran las buenas posibilidades que abre el trabajo arraigado, con permanencia y con el perfilamiento de vocerías. Incluso en lugares de arraigos más puntuales como en La Reina, tomando la muestra en el local de votación aledaño al arraigo de larga data, nuestra candidata a concejalía consigue ganar en esas mesas electorales donde votan las vecinas y vecinos del arraigo. También se observan otros fenómenos como liderazgos políticos en distintos territorios comunales, que consiguen electos o buenas votaciones (dentro de nuestra escala). Se puede afirmar que la dirección política definida en conjunto en el PH que prioriza los arraigos, las coordinadoras temáticas, la red con los movimientos populares y la disputa del poder local, da señales positivas.

Fuera de nuestro pacto, el caso del electo independiente en la comuna más grande del país, Puente Alto, que desbancó a la derecha que gobernó por más de 20 años, en base a un trabajo con la base social, con una candidatura que
proviene del mundo popular, es un efecto demostración, al menos en lo referido a lo electoral, que ojalá se confirme en la gestión dando prioridad a las necesidades y a la participación de la gente. Otro caso similar se dio en la reelección del alcalde independiente de la comuna de Pudahuel, en cupo PC.

La democracia real es la herramienta para que el pueblo encarne el poder de su soberanía, permitiendo tomar decisiones importantes, sacándolas de la esfera de la elite, efectivizando la iniciativa legislativa popular y plebiscitaria,
la participación popular en la gestión de los servicios públicos, de abajo hacia arriba, definiendo la asignación del presupuesto público de inversión y el diseño de políticas públicas que respondan a las necesidades de las y los vecinos.
Asumir la DIRECCIÓN de democracia real y participativa es el desafío, creando la horizontalidad, relacionándose con respeto y valoración de las diferencias convergentes, un estilo que entiende, valora y promueve el proyecto colectivo, la inteligencia conjunta que surge de la deliberación de pares y afirmando la soberanía popular; con imágenes de un futuro, en manos de los mejores atributos de la gente sencilla, diversa, valiente, fuerte, solidaria, sabia, alegre, pacífica y noviolenta. El cambio existe con el protagonismo de la gente.

Saludamos felicitando a todas, todos y todes los que con su trabajo y su porfía levantaron, contra todo pronóstico, este pacto, que disputa el poder, abriendo una opción que discute los antivalores del capitalismo.

 

Redacción colaborativa: M. Angélica Alvear Montecinos; Guillermo Garcés Parada y César Anguita Sanhueza. Comisión de Opinión Pública