por Maribel Núñez

Las universidades nacionales de Argentina atraviesan un clima de tensión creciente tras el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario. Desde hace semanas, estudiantes y trabajadores universitarios han manifestado el desacuerdo con la decisión del gobierno, que bloquea la asignación de mayores recursos a las instituciones educativas.

Las partidas prespuestarias actuales mantienen a los trabajadores con salarios por debajo de la línea de pobreza, representan recortes en infraestructura, líneas de investigación y otros gastos de funcionamiento.

El conflicto escaló cuando la Cámara de Diputados no logró revertir el veto, lo que llevó a nuevas medidas de fuerza, como paros docentes y la toma de universidades en todo el país. A lo largo de todo el territorio nacional se han intensificado las protestas, y los gremios docentes han anunciado un paro nacional para el 17 de octubre.

Hasta el momento, se llevan adelante asambleas del movimiento estudiantil e interclaustros en 89 facultades donde se mantienen las medidas de fuerza a través de tomas, clases públicas y actividades artísticas y culturales que involucran tanto a la comunidad educativa como a toda la sociedad.

Mapa de las Asambleas Universitarias – Fuente: @noalveto

El gobierno, por su parte, ha defendido su postura afirmando que el sistema universitario presenta serias deficiencias, como la supuesta existencia de estudiantes «fantasma» que inflan las cifras de matriculación.

El presidente Javier Milei expresó sus críticas hacia las universidades públicas, insistiendo en su postura de que el sistema educativo gratuito es un subsidio “de los pobres hacia los ricos”.

Los estudiantes que participan en las tomas expresaron su preocupación por el futuro de la educación pública en el país. “En el mismo momento en que decidimos tomar la facultad también pensamos cómo queríamos que se de esta toma. Estuvimos de acuerdo en que es, primero, una medida de fuerza en respuesta al veto de la ley de financiamiento universitario para marcar un corte, una posición y decir que esta situación no se aguanta más, que nuestras universidades están realmente en crisis, que lo venimos manifestando desde principio de año y que entendemos que esta fue la medida que nos quedó en este momento para marcar una posición más contundente. Queríamos dejar bien en claro que si nosotros tomamos la facultad es porque queremos que siga abierta y pensamos todo un esquema de actividades para que les compañeres se puedan acercar, que sigamos formándonos, planteamos distintos conversatorios, charlas, cines debate, talleres, para seguir construyendo la universidad pública que queremos y el tipo de profesionales de la salud que queremos ser de acá en adelante» sostuvo Delfina Asensio Bethouart, Presidenta del Centro de Estudiantes de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Escalada de violencia y provocaciones

El 14 de octubre de 2024, la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) fue escenario de un grave incidente de violencia cuando un grupo vinculado al partido La Libertad Avanza atacó con gas pimienta a estudiantes durante una asamblea. El hecho ocurrió en un contexto de creciente tensión política en el país, y parece haber sido un acto premeditado con el objetivo de intimidar a los jóvenes que estaban participando de actividades académicas y de protesta en la universidad.

A su vez, en este contexto el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, comparó las tomas de universidades actuales con el activismo estudiantil de los años 70. Afirmó que el activismo de esa época «se convirtió en guerrilla subversiva y generó la represión», aludiendo a los movimientos estudiantiles que previos a la represión de la ultima dictadura cívico-militar argentina.

Durante los próximos días continuarán las medidas de fuerza por parte de los gremios docentes, no-docentes y el sector estudiantil a la espera de respuestas favorables por parte del gobierno.