El líder de la alianza terrorista Hayat Tahrir Al-Sham (HTS) está buscando reanudar el enfrentamiento militar con el ejército sirio en el este de Alepo, depositando sus esperanzas en el apoyo de Turquía.
Ante los recientes desarrollos políticos y militares en el norte de Siria, la alianza HTS, que lidera el grupo terrorista Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham) ha intensificado sus esfuerzos para no quedar rezagado y se ha inclinado hacia la obtención de la confianza de Turquía.
En este contexto, Abu Mohamad al-Golani, líder de este grupo, se reunió con oficiales de inteligencia turcos en el paso fronterizo de Bab al-Hawa. Durante la reunión, manifestó su disposición para intensificar los combates con el Ejército sirio en las áreas rurales de Alepo y Hama, solicitando a Ankara apoyo en los ataques contra las fuerzas sirias y sus aliados.
Este grupo, que intentó distanciarse de su pasado como rama de Al-Qaeda en Siria mediante el cambio de nombre de Frente Al-Nusra a Tahrir Al-Sham, busca obtener apoyo y respaldo de los países occidentales. Además, ha expresado su disposición a ampliar la batalla contra el Gobierno de Damasco hacia la carretera Alepo-Damasco, siempre que cuente con el apoyo de Turquía.
Recientemente, Abu Mohammad al-Golani se dirigió a los miembros de su grupo, y afirmó que pronto llegarían a Alepo. Sin embargo, esta declaración contrasta con la realidad, ya que, en diciembre de 2016, sus combatientes fueron derrotados por el Ejército sirio y sus aliados en la batalla de Alepo, conocida como “Amanecer de la Victoria”, y se vieron obligados a huir de esta ciudad, estableciéndose desde entonces en Idlib, donde formaron un gobierno autoproclamado.
La actividad de Tahrir Al-Sham tiene relevancia política en un momento en que la provincia de Idlib, bajo su control, ha sido escenario de protestas contra Al-Golani en los últimos meses. Además, las divisiones internas en la cúpula del grupo han resultado en la eliminación de algunos de sus principales miembros.
En el ámbito externo, con el acercamiento entre Turquía y Siria, este grupo ha sentido una amenaza y busca impedir cualquier acercamiento entre Damasco y Ankara. No obstante, parece que Turquía, debido a las consecuencias de su apoyo a estos terroristas durante la última década, está considerando cambiar de rumbo.
En este contexto, Mahmoud Barseh, un periodista sirio residente en Alepo, comentó a la agencia de noticias Tasnim que Al-Golani podría verse tentado a reactivar los frentes de combate, incluso sin el apoyo de Turquía, especialmente después de haber solicitado recientemente respaldo a la inteligencia turca.
En consecuencia, no se puede vincular la postura de Al-Golani exclusivamente a los deseos de Turquía, ya que él percibe el peligro tanto por ser marginado por Turquía como por el aumento de las protestas populares y su posible eliminación por facciones internas, así como por los enfrentamientos dentro de la provincia de Alepo.
Grupos terroristas que operan en Idlib
En Idlib, Damasco combate a una amplia gama de grupos terroristas que controlan el 70 por ciento de esta provincia. Entre estas bandas destacan las asociadas a Al-Qaeda, como el Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham) —que lidera la llamada alianza Hayat Tahrir Al-Sham (HTS)—, Huras Al-Din (Organización de Guardianes de Religión) y el denominado “Partido Islámico del Turkistán”.
El otro 30 por ciento de Idlib está bajo el control de grupos afiliados al movimiento egipcio Hermanos Musulmanes (HHMM) y a otras bandas armadas como Ahrar Al-Sham, Faylaq Al-Sham, el llamado Ejército Libre de Idlib, la 1.ª y 2.ª división costera de las llamadas brigadas turcomanas, que son aliadas del autodenominado Ejército Libre Sirio (ELS); el Ejército de Élite, la Brigada Libre de Siria, el Movimiento Nur Al-Din al-Zenki y Soqur Al-Sham, entre otros.
El avance del Ejército sirio ante los grupos terroristas como Frente Al-Nusra ha provocado una fisura entre estas bandas extremistas, de manera que están a punto de entrar en una guerra interna que puede sentenciar su existencia en el país árabe.
Un repaso a la crisis en Siria
Siria, como el resto del mundo árabe, se vio envuelta en protestas masivas en marzo de 2011, que se convirtieron en una guerra internacional. Pero ¿Por qué comenzó este conflicto armado y cuáles fueron las consecuencias que ha dejado esta guerra después de una década?
Unas pacíficas protestas contra la situación económica de Siria hace 10 años se convirtieron en una guerra civil a gran escala. Según el último balance, el conflicto ha dejado más de 400 000 muertos, infraestructura devastada, y millones de desplazados.
Con la insurrección de los llamados rebeldes, la violencia se intensificó rápidamente en el territorio sirio, y no pasó mucho tiempo para que el conflicto se convirtiera en más que una batalla entre sirios a favor o en contra del Gobierno de Damasco.
Las potencias extranjeras comenzaron a tomar partido en dicho combate. Empezaron a enviar dinero, armamento y combatientes, y a medida que el caos empeoraba, las organizaciones extremistas como Daesh y Frente Al-Nusra (rama siria de Al-Qaeda, actualmente denominada Frente Fath Al-Sham se involucraron también en busca de sus propios objetivos.
Los kurdos de Siria, que buscaban proclamar su independencia han añadido otra dimensión al conflicto.
La guerra en Siria cobró más importancia a nivel mundial cuando el 10 de septiembre de 2014, EE.UU. formó una coalición para luchar contra el terrorismo, todo sin la aprobación del Gobierno sirio. Si bien el objetivo principal de la coalición era bombardear blancos de Daesh, sus ataques no siempre fueron precisos, habiéndose cobrado la vida de centenares de civiles y atacado posiciones e infraestructuras gubernamentales.
El estratégico tablero de ajedrez de Asia Occidental se vio sacudido a finales de septiembre de 2015 con la repentina entrada en escena de modernos aviones de combate rusos, a petición de Damasco, en los ya complejos campos de batalla de Siria.
El apoyo de Rusia a Siria ha sido de tal relevancia que actualmente las fuerzas sirias y sus aliados han podido liberar, casi en su totalidad, el territorio sirio de manos de las agrupaciones extremistas, hasta el punto de que la presencia de los terroristas se limita a la provincia de Idlib.
Según lo expuesto, no parece que el fin de esta guerra vaya a suceder pronto, pero todos están de acuerdo en que se requiere una solución política.

El artículo original se puede leer aquí