El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibió este lunes a los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa en lo que podría ser su último encuentro oficial antes de dejar el cargo el próximo 30 de septiembre. La reunión se llevó a cabo en un clima tenso, marcado por el fuerte reclamo de las familias, quienes acusan al mandatario de encubrir a los militares presuntamente involucrados en el caso y de incumplir su promesa de resolver el misterio que rodea la desaparición de los jóvenes.

A un mes de que se cumplan diez años de la desaparición de los estudiantes, las familias y activistas organizaron una manifestación en la Ciudad de México para exigir justicia y verdad. La marcha, que partió del Ángel de la Independencia, fue encabezada por los padres de los estudiantes, quienes portaban carteles con los nombres y rostros de sus hijos, junto con la consigna que ha acompañado su lucha desde el principio: «¡Vivo se lo llevaron, vivo lo queremos!».

Estanislao Mendoza, padre de Miguel Ángel Mendoza Zacarías, expresó su decepción hacia López Obrador, recordando la promesa que el entonces candidato presidencial hizo en 2018 de encontrar a los jóvenes desaparecidos. «Estamos decepcionados de él. Antes, cuando empezó, había una lucecita de esperanza porque creíamos un poco en él», dijo Mendoza, quien acusó al Gobierno de proteger al Ejército, principal señalado en las investigaciones.

La reunión con López Obrador se realizó a puerta cerrada, en medio de las crecientes tensiones provocadas por la reciente publicación de una carta en la que el presidente defendió a las Fuerzas Armadas, señaladas por familiares y organizaciones de derechos humanos como responsables de encubrir lo sucedido la noche del 26 de septiembre de 2014. Las familias han expresado su frustración por la falta de avances significativos en la investigación, y aseguran que, a pesar de las promesas del mandatario, la verdad sigue siendo inaccesible.

María de Jesús Tlatempa, madre de José Eduardo Bartolo, también expresó su descontento antes del encuentro, declarando: «Vamos a ir mañana a darle las gracias por nada. Porque no hizo nada». La madre activista afirmó que tanto el Ejército como la Policía Ministerial conocen la verdad sobre lo que ocurrió, pero no han proporcionado la información necesaria para esclarecer el caso.

El caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa ha sido uno de los temas más polémicos durante la administración de López Obrador. A pesar de la creación de una Comisión de la Verdad y los esfuerzos prometidos, el caso sigue sin resolverse. El presidente, por su parte, ha pedido a la Fiscalía General de la República (FGR) que cite a declarar al exmandatario Enrique Peña Nieto si se encuentran elementos que lo vinculen con la desaparición de los estudiantes.

Las familias, sin embargo, siguen esperando respuestas. Con el décimo aniversario de la tragedia acercándose, la desesperación y el dolor de no saber qué sucedió con sus hijos persisten. «No dejaremos de luchar hasta saber qué realmente pasó con ellos», reiteró María de Jesús Tlatempa, reflejando el sentir de todos los padres que, una década después, continúan buscando justicia.

El tiempo corre, y la promesa de López Obrador de no fallarles a las familias de Ayotzinapa se desvanece con cada día que pasa sin que se revele la verdad completa de lo sucedido aquella fatídica noche. La incertidumbre y la desconfianza hacia el Estado siguen siendo protagonistas en una lucha que aún está lejos de terminar.

López Obrador ha afirmado que su compromiso es «no fallarles a las madres, a los padres de los jóvenes de Ayotzinapa, al pueblo de México. No vamos a traicionar la confianza de nuestro pueblo» y aseguró que será creada una Comisión de la Verdad, demandada desde hace años por los familiares de los estudiantes y, hasta hoy, sin concretarse.