El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, está pidiendo una “desescalada inmediata” de las tensiones después de que Israel y el grupo Hizbulá intercambiaran intensos ataques durante el fin de semana.
En la mañana del domingo, más de 100 aviones de combate israelíes bombardearon aproximadamente 40 objetivos en el Líbano.
En respuesta, Hizbulá lanzó cientos de drones y cohetes contra Israel.
Se reportaron tres muertes en el Líbano y una en Israel. Israel afirmó que sus ataques tenían un carácter preventivo y que la incursión se llevó a cabo para frenar un ataque inminente de Hizbulá. Sin embargo, el líder del grupo, Hassan Nasrallah, rechazó tal afirmación, diciendo: “Lo que ocurrió fue una agresión, no una acción preventiva. Y, si suponemos que fue una acción preventiva, esta no tuvo ningún efecto en nuestras operaciones militares actuales, ni en sus misiles ni en sus drones ni en sus combatientes”.