El presidente de Acción Humanista, indicó que “puede ser muy entretenido estar discutiendo sobre posibles nombres, estar atrapados por encuestas, pero me parece que en estos días a la mayoría de la ciudadanía lo que más le preocupa es que tengamos respuestas a demandas muy sentidas y pendientes” y recalcó que “debemos concentrar nuestra energía en avanzar en nuestros proyectos de transformaciones”. Respecto a otro debate instalado dentro del oficialismo, el también diputado sostuvo que está “fuera de lugar esta suerte de ‘venezualización’ de la política chilena”, más cuando “dificulta el trabajo colectivo” de sectores progresistas y de izquierda. Hirsch está optimista respecto a un triunfo en octubre de las colectividades políticas de su sector, y no dejó de señalar que “va a haber una medición entre las fuerzas que representan a Apruebo Dignidad, respecto de Socialismo Democrático. Eso, y no es secreto para nadie, tendrá incidencia en los procesos electorales posteriores, en las parlamentarias y las presidenciales del 2025”.

¿Es buena idea que se quiera posicionar o se esté posicionando Michelle Bachelet como la opción presidencial del progresismo y la izquierda?

Creo que una vez más el exceso de ansiedad hace que algunos quieran adelantar la carrera presidencial. Hoy debemos concentrar nuestra energía en avanzar en nuestros proyectos de transformaciones importantes que están esperando las chilenas y los chilenos. En estos momentos el tema fundamental es avanzar en la reforma de pensiones, en a reforma a la salud, en mejorar el plan de emergencia habitacional para cumplir con la demanda y las necesidades de miles de comité de vivienda a lo largo del país, entre varios otros objetivos. Adelantar la campaña presidencial no ayuda ni favorece a nadie, al menos en el oficialismo. Además, si miramos la experiencia de los últimos años, la definición de candidaturas ha sido bastante más cerca de la fecha de la elección. El mismo Presidente Gabriel Boric, a esta altura, en esta fecha del año previo a su elección, ni siquiera era precandidato, ni siquiera se le mencionaba, tal como lo recordó la presidenta Bachelet hace unos días. Es muy temprano posicionar nombres, sin duda irán surgiendo, iremos viendo. Eso no significa que la presidenta Bachelet no sea un gran aporte, es un gran nombre y perfectamente puede ser una candidata presidencial. Pero hoy nuestras prioridades deben ser otras y no estar viendo quién será la candidata o el candidato a la presidencia.

Pero a cada rato se está con el tema, y salen vocerías, salen encuestas, se arman debates, se lanzan nombres. ¿Entonces crees que hace ruido esto de las candidaturas presidenciales del oficialismo?

Hace ruido pero además es distractivo para el oficialismo especular hoy con candidaturas presidenciales. Puede ser muy entretenido estar discutiendo sobre los posibles nombres, estar atrapados por las encuestas, y lo que pasaría en primera vuelta o segunda vuelta, qué distancia hay entre unos y otros, o unas y otras. Uno entiende que al micro mundo donde circulan estos temas les entretiene y les fascina, pero me parece que en estos días a la inmensa mayoría de la ciudadanía lo que más le preocupa es que tengamos respuestas a demandas muy sentidas y pendientes, a situaciones tan catastróficas como las que vimos con los extendidos cortes de luz, o situaciones tan graves como la que afecta hoy a distintas regiones en materia de desastres naturales, de salud, de educación, de empleo, de vivienda y sobre todo de las bajas pensiones. No deberíamos confundirnos respecto a cuáles son las prioridades sobre las cuales debemos estar trabajando.

Hablando de prioridades en el oficialismo, el presidente del Partido por la Democracia, Jaime Quintana y el senador de ese partido, Ricardo Lagos Weber, junto a otros personeros del conglomerado Socialismo Democrático, pusieron sobre la mesa la opción de que seguir o no en alianza con el Partido Comunista, por la posición que mantiene el PC respecto a la elección presidencial en Venezuela.

En primer lugar, me parece totalmente fuera de lugar esta suerte de “venezualización” de la política chilena. Más todavía que se estén definiendo proyectos futuros, alianzas políticas importantes, en función de lo que sucede en otro país latinoamericano. Me hace dudar, francamente, respecto a cuáles son las intenciones reales que están detrás de esas posiciones y declaraciones que les hemos escuchado en particular a personeros del PPD pero también de otros partidos. Uno duda si es por preocupación respecto de Venezuela o si hay detrás una lamentable tendencia repetida en nuestro país de un anticomunismo enfermizo, en que se van buscando distintas excusas para expresar ese anticomunismo, ese síndrome que lamentablemente hemos visto desde hace muchísimos años en nuestro país.

¿Esas declaraciones ponen en peligro la configuración de alianzas del oficialismo en el futuro?

Ese tipo de ataques, declaraciones y descalificaciones, evidentemente producen un daño, evidentemente dificultan el trabajo colectivo, y se dificulta no por el proceso político o social en otros países, se dificulta cuando personeros de partidos empiezan a condicionar la participación o pertenencia a una alianza de otro partido. No es de las mejores actitudes que uno espera en una alianza diversa y democrática, donde se respetan las distintas visiones que se tienen.

Estas disputadas internas en la política chilena por lo que pasa o no pasa en Venezuela, ¿pueden tener un impacto en las elecciones municipales y de gobernadores, puede que se esté buscando restarle votación al PC?

A ver, en octubre la gente definirá su voto de acuerdo en quien confía para responder a las demandas de la vida cotidiana, sobre todo respecto a problemas en cada comuna y en cada región. Me parece que creer que la gente va a definir su voto en función de lo que se diga o se haga en otro país, es no entender lo que está pasando hoy con nuestras ciudadanas y nuestros ciudadanos. A la inmensa mayoría de chilenas y chilenos les importa bastante poco o nada si el señor Lagos Weber o el señor Quintana quieren hacer o no quieren hacer una alianza política con uno u otro partido. Por eso yo los llamaría a que pongan su mirada, su esfuerzo y su energía a trabajar en conjunto frente al tremendo desafío electoral que tenemos por delante.

Hay mucho debate legislativo, debate técnico, debate político en torno de reformas, sobre todo de pensiones. Pero la gente no ve avances. Y ni hablar del pacto fiscal, de reforma en salud, de otras materias. ¿Está más o menos el panorama, está dificultoso en la agenda legislativa?

Tenemos sobre la mesa reformas, proyectos de ley, que son tremendamente relevantes para la vida de las personas. Eso es lo que hay que tener en claro. Eso la oposición no lo siente. Y lamentablemente nos encontramos con un Congreso de mayoría de oposición de derecha que ha sido inmensamente bloqueadora ante las reformas, que ha impedido avanzar en ellas poniendo por delante intereses empresariales, de grupos económicos que esa oposición representa, por sobre las necesidades de las familias chilenas, de las y los pensionados, de los adultos mayores y de otros sectores de la sociedad. Lamentablemente veo que el proceso legislativo que enfrentamos es muy complejo, es muy difícil. Por eso me parece fundamental que el proceso legislativo sea acompañado de una expresión ciudadana. Soy un convencido de que la movilización ciudadana, la movilización no violenta, activa, visible, contribuye a que los proyectos tengan mayor posibilidad de avanzar tanto en la Cámara de Diputadas y Diputados como en el Senado. Le doy un rol fundamental a las organizaciones sociales, a las organizaciones populares, a los distintos sectores de la sociedad, para que las reformas avancen. Si vamos a dejar que los proyectos se resuelvan a puertas cerradas, sin debates colectivos, solamente al interior del Congreso, creo que las perspectivas no son las mejores.

Pero no se ve muy activo el movimiento social reclamando buenas reformas. De hecho lo que se avanza es más negociando con la derecha.

No, no se ve muy activo, es un momento complejo para el movimiento social. Yo diría que entre lo que implicaron los procesos constitucionales, entre las dificultades para avanzar en el nuevo sistema de pensiones y terminar con las AFP, entre el cambio de la agenda por la irrupción del tema de la seguridad, se conformaron factores que dificultan la mantención de una articulación efectiva y activa del movimiento social. Pero entiendo perfectamente que la historia tiene estos ciclos y que de ninguna manera debemos dejar de lado el papel del movimiento social, de organizaciones de la sociedad. Si uno revisa la historia, ha sido siempre el movimiento social organizado y movilizado el que ha logrado generar los cambios más importantes en el país y para las condiciones de vida de la gente.

De cara a las elecciones municipales y regionales de octubre próximo, ¿ustedes como Acción Humanista quedaron satisfechos, crees que entre los partidos de Socialismo Democrático, Apruebo Dignidad más la Democracia Cristiana el saldo fue positivo en la conformación de las listas?

Se hicieron todos los esfuerzos posibles para tener una configuración electoral lo más unitaria posible por parte del oficialismo y la Democracia Cristiana, y eso se logró parcialmente. Se logró un buen resultado colectivo en el pacto de alcaldes, donde tenemos candidaturas únicas en todas las comunas del país, en el caso de concejales es normal que haya varias listas porque somos muchos partidos que nos medimos en esa instancia, y en el caso de los candidatos a gobernadores lamentablemente las cosas no estuvieron a la altura de lo que uno hubiera esperado, creo que debimos haber recurrido al mecanismo de primarias para definir candidaturas, quedamos al debe en eso.

Hace unos meses los análisis le daban un triunfo seguro a la oposición en las municipales y las regionales. ¿Crees que eso se mantiene o que serán elecciones muy competitivas donde ambos sectores tienen posibilidades de alcanzar un éxito?

La derecha sacó cuentas alegres demasiado rápido. En el proceso de inscripción de candidaturas quedó claro que tienen un conflicto interno importante respecto a cómo definen los liderazgos del sector, quién tiene la hegemonía en el mundo de la derecha y de la extrema derecha, y eso se vio expresado en una fragmentación de candidaturas de la oposición. Mientras tanto, en el oficialismo más la DC, tuvimos una gran capacidad de trabajo unitario, con las dificultades y falencias que ya mencioné, pero en términos generales estuvo esa capacidad que se expresó en la inscripción de nuestras candidatas y candidatos. Todo eso, más el avance que se tuvo en proyectos importantes y las respuestas que ha dado el Gobierno a demandas y necesidades de la gente, me parecen que hacen de la elección de octubre un proceso mucho más competitivo del que se veía hace unos meses. Es imposible hoy predecir resultados con exactitud, pero evidentemente será un proceso más competitivo de lo que se creía. Si bien es posible que la derecha avance en algunos espacios, como gobernadores, lo cual no tiene nada de raro porque hoy tienen sólo uno en todo el país, no tengo duda de que tendremos una victoria por parte del oficialismo más la Democracia Cristiana en términos de número de alcaldes y gobernadores electos y de cantidad de población representada por nuestro sector.

¿Se considera la medición de fuerza electoral entre los partidos de Apruebo Dignidad y de Socialismo Democrático?

Sin duda eso estará presente. En los procesos electorales se miden muchas cuestiones, no sólo una, y va a existir una disputa legítima -espero que limpia, y que no inhibe el trabajo colectivo y conjunto en nuestro sector-, va a haber una medición entre las fuerzas que representan a Apruebo Dignidad, respecto de Socialismo Democrático. Eso, y no es secreto para nadie, tendrá incidencia en los procesos electorales posteriores, en las parlamentarias y las presidenciales del 2025.

 

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