Con fiestas, encuentros y debates públicos, este 20 de agosto se celebrará el triunfo de la consulta popular en favor de la defensa del Parque Nacional Yasuní y la reserva ecológica Chocó Andino. Transcurrido un año se cumple el plazo para que el Gobierno ecuatoriano finalice las actividades petroleras en este “santuario mundial de biodiversidad” declarado por la UNESCO como “Reserva de la Biósfera”.
En aquella histórica apuesta de la ciudadanía, cinco millones de ecuatorianos, el 59 % de votantes a nivel nacional, puso fin a la explotación petrolera en esta área natural protegida, ubicada en el norte de la Amazonía ecuatoriana. La consulta no solo propuso el cierre de los 225 pozos petroleros existentes, sino también su desmantelamiento y, en una tercera fase, la reparación de los daños. En aquella ocasión también el 68 % de sufragantes del Distrito Metropolitano de Quito votaron a favor de mantener la biodiversidad en la reserva ecológica Chocó Andino (ubicada 40 km de la capital ecuatoriana), y así poner fin a nuevas concesiones mineras. A nivel mundial se ha reconocido que las consultas de Ecuador han constituido un recurso democrático basado en la participación política activa de las organizaciones de los Pueblos indígenas y de la ciudadanía, a la vez que un ejemplo para alentar el diálogo social en alternativas económicas no extractivas.
Esperanza Martínez, integrante de Acción Ecológica, una de las organizaciones ambientalistas más reconocidas en Ecuador y protagonista de una larga lucha en el campo ecológico, medioambiental y anti extractivista, destaca que esta consulta marca un antes y un después en el mundo de los ecologistas, de los derechos y de quienes estamos luchando por otro mundo posible. Explica cómo esta experiencia es solo el inicio de un proceso de sanación largo, que puede ser demostrativa para el mundo, puesto que los conocimientos que allí se adquieran, se necesitarán en el futuro en muchos lugares, ya que la lucha contra el cambio climático lo requerirá. Propone pasos concretos para cumplir con la reparación del bosque y de las poblaciones aledañas, y cuenta cómo los pueblos indígenas están avanzando en esa dirección.
“Ecuador puede ser líder gracias al aprendizaje que está adquiriendo al intervenir y actuar en una zona sacrificada por el extractivismo”. Lanza una mirada esperanzadora al señalar que la sociedad ecuatoriana y muchas organizaciones a nivel mundial están muy atentos y con muchas ganas de proponer cosas para reparar el mundo y que esta puede ser una gran oportunidad de aprendizaje (El Yasuní como ejemplo postextractivista – Rosa Luxemburg).