El pasado 28 de julio arrancó en Colombia esta iniciativa, liderada por la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia. La Caravana se hace anualmente y tiene como fin principal visibilizar violaciones a los derechos humanos a lo largo y ancho del territorio nacional pero también, y más importante, evidenciar la vocación de paz y las acciones transformadoras que las comunidades llevan adelante. En este 2024 la Caravana ha priorizado tres regiones: Sur de Bolívar, Arauca y chocó.

El recorrido de la Caravana ha concluido ayer en el Sur De Bolívar y otros territorios cercanos, denunciando un aumento en el desplazamiento forzado y el asesinato del líder social Narciso Beleño. Además, reportan una notable ausencia de servicios públicos y el incumplimiento de los acuerdos previamente firmados por el gobierno nacional. La industria extractivista también representa una amenaza para territorios vitales como la ciénaga de San Lorenzo y la Serranía de San Lucas.

En el corregimiento de Micoahumado, ubicado en la Serranía de San Lucas, fue el primer destino de la misión humanitaria que ingresó al Sur de Bolívar el pasado 28 de julio. La comunidad recibió a los visitantes con actividades culturales que incluyeron tambores y bailes realizados por niños y niñas, así como trovas que representaron la resistencia y el deseo de permanencia de más de tres mil campesinos del municipio de Morales. Estas actividades reflejan la importancia del deporte, el baile y el grafiti en Micoahumado como formas de expresión y resistencia.

En la vereda Mina Vieja, municipio de Santa Rosa del Sur, la caravana se reunió con comunidades de varias veredas el 29 de julio. La Federación de Agromineros del Sur de Bolívar (Fedeagromisbol) organizó un acto de conmemoración en honor a Narciso Beleño, asesinado por paramilitares el 21 de abril de 2024. Además, se llevó a cabo un taller sobre violencias basadas en género, donde más de 80 mujeres defensoras del territorio compartieron sus experiencias y estrategias de resistencia en un contexto de crisis humanitaria.

Por su parte, el municipio de Simití fue el escenario de actividades organizadas en la vereda Paraíso, parte de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) y del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS). Durante la jornada, se debatió sobre la inversión pública en salud, vivienda, educación e infraestructura, así como sobre la importancia de la minería artesanal y la necesidad de su reconocimiento en el Código de Minas. Este reconocimiento podría proporcionar capacitación y apoyo, reduciendo las amenazas de la industria extractiva.

El corregimiento de San Lorenzo, caracterizado por sus 23 ciénagas, enfrenta desafíos debido al interés de la industria petrolera y la constante militarización. La comunidad ha implementado un reglamento ambiental para mantener el equilibrio del ecosistema. Durante la visita de la caravana, se identificaron los impactos económicos y sociales de la extracción de recursos naturales, así como la necesidad de proteger las formas organizativas del campesinado.

En Barrancabermeja se realizó un acto político y cultural para hacer un balance de la caravana. Se conmemoraron las vidas perdidas en la lucha por una vida digna y se presentó un informe preliminar sobre las denuncias y propuestas de las comunidades visitadas. Entre los temas destacados se encuentran la captación de agua, la generación de energía y las disputas por el control de recursos naturales. Además, se solicitó la mediación con la Alta Consejería para la Paz, el Ministerio de Defensa y la Fiscalía General de la Nación, con el objetivo de influir en la política de Paz Total del gobierno de Gustavo Petro. Las comunidades del Sur de Bolívar han declarado una emergencia humanitaria, pero continúan trabajando en proyectos de cultura, feminismo, salud, vivienda y educación. Proponen defender los bienes comunes, como el agua, para dignificar sus vidas y fomentar el desarrollo sostenible.

El pueblo colombiano sigue apostando por la paz y sabe que la paz no será posible sin justicia social, económica, climática y sin denunciar las violencias y sus raíces.