El 31 de julio de 2024, en Ny-Ålesund, Islas Svalbard, en pleno Círculo Polar Ártico, se creó el símbolo humano de paz más «septentrional» de la historia. Treinta personas, entre personal científico y logístico de 10 naciones diferentes, se reunieron a título personal para dar un mensaje de paz y no violencia desde las latitudes más lejanas.

Entre las naciones representadas se encontraban Italia, España, Países Bajos, Inglaterra, Francia, Corea del Sur, Costa Rica, Suecia, Noruega y Suiza. Ny-Ålesund representa la comunidad permanente más septentrional del planeta, a la que cada año acuden científicos para realizar investigaciones sobre el clima, los ecosistemas, la atmósfera y el espacio. Desde esta comunidad, por vocación multicultural y basada en la cooperación, se ha enviado una clara señal para decir que los seres humanos somos capaces de llevar la paz y la no violencia más lejos, incluso geográficamente, de lo que pueden alcanzar las guerras y la violencia.

El símbolo forma parte del recorrido de la Tercera Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, que partirá el 2 de octubre de Costa Rica para dar la vuelta al planeta, ¡incluyendo así el Ártico en la ruta!

La emoción y la gratitud resonaron con fuerza entre los participantes por lo conseguido y por haber tenido la oportunidad de dar una señal de paz y unidad en estos tiempos de violencia y conflicto. Inmediatamente después de la creación del símbolo, todos los presentes firmaron una bandera de la paz, con la intención de llevarla a Costa Rica para el acto inaugural de la Marcha Mundial del 2 de octubre del presente año.

Bandera que los partícipes planean llevar antes a la ceremonia de apertura de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz que se celebrará en México el próximo mes de septiembre, gracias a la colaboración de Rafael de La Rubia, impulsor de la Marcha Mundial y miembro de la Junta Académica del Secretariado Permanente de Premios Nobel de la Paz.

La esperanza de quienes crearon el símbolo, basado en el ejemplo de la comunidad científica de Ny-Ålesund, es demostrar que con la no violencia, la cooperación y la colaboración, valorando la diversidad personal y cultural, los seres humanos son capaces de lograr mucho más y llegar mucho más lejos que mediante la violencia y la competencia.

Un día, una «piel» de humanidad y solidaridad cubrirá el planeta, haciendo desaparecer las fronteras, las contradicciones y el sufrimiento. Las acciones y los pensamientos de los hombres y mujeres de paz y no violencia de hoy trazan las líneas a lo largo de las cuales se coserá de nuevo esa «piel». El acto simbólico de Ny-Ålesund marcó un punto importante en este proceso, trasladando al extremo norte el mapa de la paz y la no violencia realizado hasta la fecha por el Ser Humano.