La población del estado de Darfur del Norte en Sudán se enfrenta a una grave escasez de alimentos y suministros médicos, tras los intensos enfrentamientos que estallaron en mayo entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido en El Fasher, capital del estado de Darfur del Norte.

En la actualidad, unas 800.000 personas están atrapadas en El Fasher. La ayuda humanitaria no puede ingresar a la ciudad, lo que provoca una escasez extrema de alimentos, medicamentos y otros suministros.

Amna Alhadi, Residente de El Fasher, señaló: «No tenemos nada que comer ni beber. No tenemos pertenencias y mucha gente está enferma. No podemos hacer nada y vivimos en la miseria».

El conflicto en Darfur ha desplazado a más de 4 millones de personas en el último año. Muchos de estos desplazados residen en campos de refugiados, donde las condiciones son extremadamente difíciles. Están superpoblados y tienen instalaciones limitadas, enfrentan problemas como la acumulación de basura, mosquitos y escasez de alimentos y agua potable.

Yousri Ismail, Refugiada, dijo: «Algunas personas tienen comida de sobra, van a las casas de sus vecinos para compartir la comida con ellos, y otras se mueren de hambre porque no tienen comida».

El sistema de atención sanitaria en El Fasher está al borde del colapso, ya que la mayoría de las instalaciones médicas han dejado de funcionar. Los brotes de enfermedades infecciosas como el cólera y la diarrea han comenzado a propagarse en algunos de los campos de refugiados.

Afaf Issa, Trabajadora humanitaria local, exhortó: «Llamamos a ambos lados del conflicto a detener la guerra y abrir corredores humanitarios para que la ayuda pueda ingresar en los campamentos de desplazados para salvar al pueblo sudanés».

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