Tras una década del planteamiento chino de establecer una comunidad de futuro compartido entre China y América Latina, las relaciones entre el país asiático y la región han alcanzado una profundidad significativa, logrando avances concretos en múltiples áreas a través de la construcción conjunta de la Franja y la Ruta, afirmó el economista argentino Fernando Fazzolari.

El integrante de la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y el Comercio (Cacpic) conversó con Xinhua a propósito del 10° aniversario de la iniciativa presentada por el presidente chino, Xi Jinping, en julio de 2014 durante una reunión de líderes de China y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC) en Brasil, en la que ambas partes decidieron establecer una asociación de cooperación integral.

«Diez años es un tiempo muy breve, en particular en términos chinos; sin embargo, el mundo hoy vive tiempos sumamente acelerados y lo que consiguieron China y América Latina en diez años hoy día representaría un siglo en otras épocas, lo cual hace de esta iniciativa de comunidad de futuro compartido un fenómeno altamente promisorio», sostuvo el también especialista en Estudios de China Contemporánea por la Universidad Nacional de Lanús.

Para Fazzolari «la relación de China con América Latina ha sido fructífera en muchos aspectos, tanto materiales, tecnológicos, comerciales y de buena vecindad global» siendo la iniciativa de la Franja y la Ruta un proyecto de vasta trascendencia y relevancia para encaminar dicho objetivo.

«Podemos hablar de una trascendencia de la Franja y la Ruta, porque se establece sobre antiguos caminos ya transitados y que hicieron de China la principal economía del mundo en el pasado, objetivo que hoy se establece en un presente muy potente, que además de lo material se sustenta en un orden de carácter moral que es el de beneficio compartido y la búsqueda de un mundo saludable en donde no prospere la pobreza», comentó el economista.

Fazzolari agregó que la construcción conjunta de alto nivel de la Franja y la Ruta ha implicado más que proyectos económicos u obras de infraestructura llevados a cabo en la región, logrando afianzarse la vinculación cultural y política.

«En diez años se ha avanzado enormemente en conocer a China, que para los países latinoamericanos era un fenómeno lejano. El trabajo que se llevó a cabo en estos diez años nos ha acercado muchísimo a diferentes singularidades de la China contemporánea; hay institutos, intercambios, muchísimos encuentros de funcionarios, tanto del Gobierno central como de diferentes provincias, y se han establecido acuerdos entre provincias hermanas, entre otros», aseveró.

«En Argentina se verifican varias experiencias, algunas muy exitosas, en todo lo referido al área alimenticia, que requeriría una etapa más de integración entre lo extractivo y lo industrial; a este aspecto se le han agregado buenos intercambios en el caso de las energías limpias tanto eólicas como solares», dijo en referencia a los parques de energía verde con tecnología china que operan en las provincias de Chubut (sur) y Jujuy (noroeste).

Fazzolari comentó que entre los principales desafíos de los países latinoamericanos para encaminarse aún más hacia la construcción de una comunidad de futuro compartido con China, que necesariamente implica mayor bienestar social y soberanía política, se encuentra «superar la dependencia económica a los intereses del capital especulativo global y lograr regresar al desarrollo de áreas vinculadas a la producción y a la tecnología».

«Para ello, la región necesita socios comerciales industriales y tecnológicos, y no la suma de endeudamiento y sujeción a las voluntades de los entornos de la moneda dominante (el dólar)», expresó.

«Creo que va a haber muchos cambios y muy acelerados en el próximo decenio, por lo que la búsqueda de un mundo mejor, más justo, donde no exista la pobreza y que todo el mundo tenga oportunidad de vivir mejor es un motor moral y espiritual, y dependerá de los dirigentes de América Latina entenderlo como una necesidad y un camino para lograrlo desde la confluencia de intereses mutuamente beneficiantes», manifestó.

Fazzolari resaltó que para que los países latinoamericanos puedan afianzar aún más su cooperación con China bajo el respeto mutuo y el ganar-ganar, deben superar la dependencia del modelo rentístico financiero occidental y desarrollar sus territorios en beneficio mutuo.

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