Ha recibido ese repslado a pesar de toda la violencia racial, económica y sicológica con la que los grupos de poder económico han tratado de derrocarlo, a pesar de todo, sale victorioso con más del sesenta por ciento de la votación y con contundente mayoría parlamentaria.
Felicitamos a Evo, pero aquí no basta con felicitar a Evo. Aquí hay un pueblo que ha crecido, que está tomando el destino en sus manos y ha decidido seguir adelante. El pueblo boliviano sigue dándonos ejemplos, uno tras otro, de que la revolución de las estructuras sociales es posible si la lucha es con diálogo, con votos, con educación y sin violencia, más bien con no violencia.
En épocas difíciles como las que vivimos este pueblo ha sido capaz de llamar a una Asamblea Constituyente, de promulgar una nueva constitución basada en los Derechos Humanos, de renunciar a las guerras para resolver los conflictos con sus vecinos, de lograr la solidaridad de los gobiernos de Latinoamérica, de transformar sus sitema económico a favor de los trabajadores y de los más necesitados y hacerlo en el respeto, la tolerancia y el diálogo.
Felicitaciones pueblo de Bolivia, felicitaciones presidente Evo Morales.
El 22 de diciembre la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia llegará a la ciudad de La Paz, después de haber recorrido casi todo el mundo, explicando la necesidad urgente del desarme nuclear mundial, la necesidad del desarme proporcional del armamento convencional en las distintas regiones del planeta, pidiendo el retiro de tropas invasoras de los territorios ocupados actualmente, el retiro de las bases militares extranjeras de Latinoamérica, y la renuncia a la guerra como método para resolver los conflictos.
Invitamos al presidente Evo y al pueblo de Bolivia a unir su voz a la de la Marcha Mundial para que desde la histórica Plaza Murillo, este mensaje de Paz y No Violencia se escuche en el mundo entero. La Marcha Mundial que se inició en Nueva Zelanda, continuará luego su recorrido hacia Perú y Chile, para concluir el 2 de enero, a los pies del Monte Aconcagua, en Punta de Vacas, Argentina.