En su 30 aniversario el museo egipcio de Barcelona expone una reproducción del conocido papiro de Ani.

El papiro de Ani es una versión, quizás la más extensa y conocida, del “libro de la salida al día”, o también llamado “libro de los muertos de los antiguos egipcios”. Este es el nombre moderno que se le ha dado a un conjunto de textos egipcios que ayudaban a los difuntos a encontrar el camino adecuado en el más allá. Aunque se conoce como “libro de los muertos”, en realidad, se trata de una colección muy diversa de textos funerarios, que no conforman un único libro, y que consisten en hechizos, conjuros, himnos, letanías, oraciones, palabras de poder, ilustraciones etc. El título fue dado por los egiptólogos del siglo XIX y era el nombre con el que se conocían en el lugar, haciendo referencia a que se encontraban en los lugares de enterramiento, en los lugares de los muertos. En estos documentos, a veces dibujados en papiros, otras en sarcófagos y otras en las paredes de las tumbas, se describían con dibujos y texto los paisajes postmortem que la persona fallecida atravesaría.

El papiro de Ani es un rollo de casi 24 metros, encontrado en Luxor por el egiptólogo Ernest Wallis, de donde lo sustrajo y llevó al Museo Británico en 1888. Se calcula que fue escrito sobre el 1300 ane. Según el texto, Ani era un escriba y administrador de las ofrendas divinas, es decir un alto cargo. Su esposa Tutu, que también aparece en el papiro acompañándolo, es señora de la casa de las adoratrices de Amón. El papiro es un manual de los pasos que el alma del difunto, el “ka”, ha de seguir en el paisaje postmortem como sucede en otras tradiciones como en el “libro tibetano de los muertos” o el “Ars moriendi”.

Estas piezas contenían distintas composiciones o capítulos, presentados por un título que resumía el contenido, estaban formados por textos y viñetas, actualmente se conocen 194 capítulos. No existen dos libros idénticos, cada uno está formado por una selección de capítulos en función del presupuesto, las preferencias del cliente, el momento histórico, así el contenido y el orden resulta muy dispar. El papiro de Ani contiene un repertorio de 63 capítulos bellamente ilustrados, los capítulos más significativos son:

La procesión funeraria; un sacerdote porta el trineo con la momia de Ani, acompañado por una comitiva funeraria que se dirige a la tumba.

La confesión negativa; Ani niega delante de todos los jueces representantes de las provincias del estado egipcio, no haber cometido las infracciones de las normas morales formadas por 42 frases, se trata de normas como no haber matado, no haber engañado, no haber hecho nada contra los dioses, no haber robado etc.

El tribunal de la justicia; una vez pronunciada la confesión negativa, Ani y su esposa Tutu observan como Anubis pesa el corazón de Ani, en un plato de la balanza sitúa el corazón, mientras que, en el otro plato, sitúa una pluma de avestruz, símbolo de la diosa Maat. La balanza comprueba la veracidad de la declaración de Ani, su corazón ha de ser más ligero que la pluma. El dios Thot anota y anuncia el resultado final favorable a Ani. En caso contrario, Ammut, “la devoradora” aniquilaría el corazón de Ani para siempre. Un grupo de 11 grandes dioses, confirman las palabras de Thot y dan su consentimiento para que Ani sea conducido delante de Osiris.

Las puertas del mas allá; Ani y Tutu se enfrentan a las puertas que dan paso a diferentes lugares del más allá, en cada una de estas puertas hay un personaje al que Ani y Tutu han de dar el nombre para poder abrir esas puertas y acceder.

Diferentes fórmulas para transformase; algunos capítulos describen fórmulas para que el alma de Ani pueda transformase en pájaro, cocodrilo, serpiente, loto, garza etc., Estas metamorfosis pueden ayudar a Ani a seguir evolucionando en su viaje.

Los campos de Aaru; el difunto que había conseguido superar todas las pruebas llegaba al Aaru o el maravilloso reino de Osiris. Se describe como un campo eternamente fértil, un campo de juncos, similar al delta del Nilo, una zona rica en caza y pesca. Solamente los espíritus cuyos actos pasados pesaban menos que la pluma de Maat les era permitido comenzar un largo y peligroso viaje al Aaru, para disfrutar placenteramente por toda la eternidad.