Universidad Nacional de Tierra del Fuego, UNTDF
Tierra del Fuego, 11 de junio de 2024
El pasado viernes 7 de junio tomó estado público la decisión del Gobierno Nacional de cambiar la denominación del lago Acigami. Este lago, cuyo nombre originario yagan había sido borrado con el avance de la colonización estatal, recuperó su nombre en el año 2008. Como símbolo de las disputas fronterizas entre Argentina y Chile, Acigami —cuya superficie se extiende sobre ambos países— había sido rebautizado con los nombres Roca y Erráuriz, respectivamente, en alusión a los presidentes que protagonizaron el “Abrazo del Estrecho”, y fueron responsables del genocidio indígena en la Patagonia.
Desde la época colonial, se han instituido y reinstituido denominaciones toponímicas que procuraron y procuran borrar las huellas indígenas de los territorios. En Tierra del Fuego, los pueblos yagan, selk’nam, haush y kawesqar han sido víctimas de un tipo de colonialismo particularmente violento, que intentó eliminarlos física y simbólicamente en el contexto de disputas por la soberanía estatal. El genocidio fundacional implicó el asesinato de varones, mujeres, ancianos y niños, reclutamientos en campos de concentración, abusos sexuales, robo de niños, evangelización y todo tipo de vejaciones. El proceso genocida, que aún continúa, transformó los territorios y asimiló a los sobrevivientes en una ciudadanía indiferenciada, a quienes se les prohibió —con violencia— vincularse con sus familias y con la memoria de sus antepasados. Esta práctica, conocida como etnocidio, incluye distintas acciones, entre las cuales se encuentran la sentencia sobre la extinción de los pueblos originarios y la apropiación de sus conocimientos y de su historia, como si fueran parte del pasado de la nación. Dichas acciones reafirman el despojo territorial.
Hoy, nuevamente, asistimos a un acto de violencia por parte de un gobierno, que no solo niega la preexistencia de los pueblos originarios, sino también su existencia y los derechos reconocidos por el Estado argentino en el art. 75 inc. 17 de la Constitución Nacional, así como en otras normativas, entre las cuales se encuentra el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (que ha sido ratificado por nuestro país). Además de insistir en provocaciones y discursos racistas, en lugar de promover políticas públicas para garantizar tales derechos, confunde a los pueblos originarios y criminaliza particularmente al pueblo mapuche. El mensaje del vocero presidencial Adorni desconoce que el nombre Acigami proviene de la lengua yagan, y hasta se burla de su significado, al tiempo que otros referentes de LLA emitieron mensajes públicos que suponen —erróneamente— que dicho nombre fue una concesión de la gestión anterior de gobierno al pueblo mapuche.
La restitución de los nombres en lenguas indígenas a los lugares que guardan las memorias de sus ancestros es un acto de reparación histórica y, por lo tanto, es un acto de justicia. Se llama Acigami.
Cátedra Libre de Pueblos Originarios UNTDF
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