La evolución del ser humano, el proceso histórico, la libertad de opción, la compasión son algunos de los temas tratados en la monografía «El universo casual». Hablamos con su autor, Fulvio De Vita, italiano, investigador del Parque de Estudio y Reflexión Attigliano.
¿Cómo y cuándo surgió la idea de escribir esta monografía?
Hace algunos años empecé con la práctica intensa de meditación, sobre todo para entender mejor quién soy y el mundo en que vivo. Luego de un tiempo empezaron a aparecer sorpresas: me encontré descubriendo cosas nuevas sobre mí, sobre cómo funciono, mis límites y los de la especie humana a la que pertenezco. Sorpresa tras sorpresa, fui llegando a algunas intuiciones que alteraron profundamente la forma en que veo las cosas y que me abrieron fronteras inesperadas. A partir de ese momento empecé a estudiar, a escribir y a ordenar mejor la experiencia y llegué a pensar que mis intuiciones y estudios podrían servir a otros. Y así, en el 2013 publiqué «El universo casual.»
¿Este documento corresponde a tu área de formación? ¿Qué estudiaste? ¿Cuál es tu profesión?
De hecho siempre me he dedicado al estudio de las imágenes. Mi área profesional ha sido la moda, la gráfica y la producción de documentales, que aparentemente no tienen nada que ver con estos temas.
¿Cómo es que desarrollaste entonces estos intereses?
Creo que es porque a lo largo de mi vida siempre me he preguntado muchas cosas sobre las cuales no he encontrado ninguna respuesta y he experimentado muchas inquietudes: ¿quién soy? ¿a dónde voy? ¿qué sentido tiene mi vida y la de todos los seres humanos? ¿qué rol tenemos en la evolución? La búsqueda de respuestas me llevó a participar, durante las últimas décadas, en los grupos de estudio y las actividades relacionadas con el Nuevo Humanismo o Humanismo Universalista, fundado por Silo. Además del desarrollo social y cultural, su fuerte componente mística y existencial me proporcionaron herramientas para profundizar en esas preguntas que me formulaba.
¿Cómo sabes estas cosas, que para una persona común y corriente son tan difíciles y complicadas?
Supongo que depende de lo que uno se plantea como pregunta y del tiempo que dedica a buscar las respuestas. Cualquier persona, en algún momento de su vida, se hace preguntas sobre la libertad, sobre el sentido de la vida, etc… pero si no le dedicas suficiente tiempo a buscar las respuestas, será muy difícil que las encuentres.
¿Cómo se produjo la experiencia interna a la que te refieres?
Gracias a un trabajo de meditación diaria que sigue un método en base a pasos ordenados y un poco de disciplina interna; de hecho, incluso se llama Disciplina Mental. Buscaba algo que fuera más allá de la simple mecánica de conciencia necesidad-satisfacción, que de alguna manera nos aprisiona en el cuerpo, los sentidos y los objetos del mundo. Buscaba una visión más amplia, que me diera la posibilidad de ver mi vida y la de la humanidad desde una perspectiva abierta, capaz de dar sentido a todo esto.
¿Este tipo de experiencias, capaces de cambiar tanto a la gente, son parte de un proceso colectivo, de una época histórica?
Creo que el ser humano siempre se ha hecho preguntas. Desde que experimentó las primeras chispas de conciencia ha seguido buscando respuestas más profundas. De hecho, hay muchos ejemplos en la historia de personajes e incluso culturas enteras que han tratado de dar respuestas adecuadas a su momento histórico, respuestas que vinieran de una profundidad diferente, especialmente en tiempos de crisis.
En este momento, en el que cada cultura se está mundializando, nos enfrentamos a la necesidad histórica y personal de encontrar respuestas diferentes que permitan a la especie humana producir un nuevo salto evolutivo. Creo que este es un momento oportuno. Los viejos valores y las antiguas estructuras de creencias se están disolviendo y ya no ofrecen respuestas adecuadas, entonces surgen preguntas que requieren formulaciones novedosas. Hubo momentos en los que las respuestas se las buscaba en la existencia de dioses, mientras que en otros períodos de la historia la razón y la racionalidad jugaron un papel fundamental, en la convicción de que de esta manera se pueden encontrar las distintas soluciones. ¿Y ahora? ¿En qué momento de la evolución se encuentra el ser humano?
¿A dónde vamos? Estoy seguro de que estas preguntas se las comienza a hacer incluso el hombre común, sometido como está a intensas presiones en su vida cotidiana. Tengo la impresión de que actualmente se trata de una situación generalizada entre los seres humanos.
¿Hacia qué horizonte apuntan estas preguntas?
Básicamente tienen como objetivo ampliar la conciencia respecto de quiénes somos y hacia dónde estamos yendo, no como una cuestión intelectual o académica, sino como experiencia de una visión global de una conciencia en evolución, inmersa en un gran proceso de crecimiento.
Intenta explicarme en pocas, en poquísimas palabras, lo que quieres transmitir con tu monografía.
Básicamente traté de transmitir las enormes posibilidades que este tipo de experiencias hace posible. El hecho de darme cuenta de que soy básicamente libre, en el sentido de tener siempre abiertas ante mí enormes posibilidades y que tales oportunidades se encuentran en cada paso evolutivo que hemos dado y que todavía tenemos que dar, me produjo una gran conmoción interna. Cambió la forma en que veo el mundo, mi vida, a los otros, cambió todo.
Ese espacio de libertad y de oportunidad nos acompaña constantemente, es más, yo diría que somos justamente su expresión concreta. Sólo tienes que observar durante un cierto tiempo cómo nuestra conciencia se mueve incluso en la vida cotidiana, sin llegar a las preguntas más complejas: permanentemente se mueve buscando y eligiendo entre posibilidades diversas. Son muy pocos los momentos en los que no operamos eligiendo entre posibilidades. Pero el hecho importante es que en los momentos decisivos, tanto a nivel individual como social, el campo de posibilidades se abre enormemente y podemos tomar caminos impredecibles, diferentes, aparentemente fuera de cualquier esquema y determinismo, que a menudo conducen hacia grandes cambios positivos.
En mi breve escrito sostengo también que si adquiriésemos conciencia de ese espacio de libertad, no sólo como individuos, sino como especie humana, se modificaría sustancialmente la visión de nosotros mismos, de la historia, de nuestro futuro. Se produciría, quizá, un salto evolutivo de la especie sólo comparable al cambio desde los homínidas al hombre moderno. En este sentido digo que estamos en un momento histórico importante, en el que efectivamente existe la posibilidad de un gran cambio, un cambio fundamental.
¿Esta visión puede modificar la relación con los demás, con la sociedad y con el futuro?
Respecto a los demás, me han sucedido cosas interesantes. Lo primero fue comprender que, de acuerdo a esta visión de un ser humano que constantemente está lanzando sus intentos entre diferentes posibilidades que se le presentan, no hay «buenos» o «malos», sino solamente gente y pueblos que tratan de diversas maneras de ser más felices y de liberarse del dolor y el sufrimiento. Al no saber de antemano dónde conducen las opciones, ha sucedido a menudo que nos hemos equivocado de rumbo. Así que experimenté que se me produjo una gran reconciliación con el ser humano, con los demás y sobre todo conmigo mismo, con nuestros errores y nuestras monstruosidades.
Lo segundo es que esta manera de ver las cosas me ha llevado a una importante actitud de compasión: ver en los demás y en mí mismo, a pesar de todas las dificultades y errores, la grandeza de un impulso profundo y trascendente al crecimiento y a la búsqueda de la felicidad. Son pequeñas experiencias que te hacen sentir más vivo y más tranquilo, pero que también abren una gran esperanza para el futuro personal y de todos.
Por último, Pressenza te ha seguido en las presentaciones de tu monografía en Toledo y Barcelona, en los Parques de Estudio y Reflexión. ¿Cómo fue para ti la experiencia de presentar tu estudio en otros países, en el contexto de otras culturas?
Debo decir que al principio me sentía bastante intimidado, pero al encontrarme con tantas personas diferentes, de países y edades distintas, con sus particulares puntos de vista, pero igualmente interesados en explorar estas cuestiones y en dialogar, me resultó muy interesante y útil. Especialmente útil porque a través de mi exposición y de las preguntas que surgieron, pude profundizar en estos temas y formularme a la vez preguntas que tal vez había pasado por alto previamente.
A pesar de la dificultad de transmitir ciertas experiencias, creo que es muy útil intentar hacerlo y ofrecer la oportunidad de abrir el diálogo, intercambiar opiniones y experiencias. Estas situaciones me hacen pensar en los centros de irradiación del conocimiento que existían en la antigüedad, como lo fue, por ejemplo, la Biblioteca de Alejandría, en la que las personas de diferentes culturas y con distintas experiencias se reunían para profundizar, desarrollar y transmitir sus estudios.
El texto completo de la monografía se puede descargar desde: http://www.parcoattigliano.it/dw2/lib/exe/fetch.php?media=produzioni:maestri:fulvio_de_vita-20131106-l_universo_casuale.pdf