El toque de queda popular implica que los ciudadanos hondureños se queden en sus casas desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde del domingo.
Es para protestar contra el Golpe de Estado y para expresar el rechazo de la resistencia al proceso electoral que consideran ilegítimo.
Además, la medida tiene el objetivo de resguardar a los ciudadanos de las fuertes represiones que se esperan para el domingo.
El dirigente de la Resistencia, Rafael Alegría, manifestó que en Honduras «hay un ambiente de mucha violencia» y explicó que no creen que haya «condiciones para salir a las calles e ir a votar».
A la vez, dijo que no quieren que los golpistas sigan asesinando al pueblo.
Esta postura corresponde con la del presidente legítimo, Manuel Zelaya Rosales, quién llamó a los hondureños a no votar y dijo que buscará impugnar legalmente las elecciones porque sólo «confirman un Estado ilegal y no son una respuesta a los problemas de Honduras».
Por su parte, el coordinador del Frente, Juan Barahona, señaló que de este modo si hay bombas y otros atentados durante las elecciones serán de los militares y de la policía.
El comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH) denunció la semana pasada que los golpistas preparan un plan en el que soldados se disfrazarán y pasarán por miembros de un comando armado de la Resistencia. (PÚLSAR/TeleSur)