*Maisa Abu Ghazaleh para PNN* – Para el Conservatorio Nacional de Música Edward Said la música es el lenguaje de la gente y una de las señales de excelencia y crecimiento.
Los programas y proyectos del Conservatorio apuntan claramente a mejorar la vida musical de grupos de todas las edades y condiciones socio-económicas en las provincias de Palestina. Su objetivo es descubrir talentos, tanto en niños poco favorecidos como en aquellos con recursos.
El coordinador de medios de comunicación Ruba Anabtawi comentó que para alcanzar el mayor número posible de estudiantes, a partir de 1996 se lanzó un nuevo programa de música en las escuelas de los campos de refugiados y en las instituciones públicas y privadas fuera de ellos. Fue así que descubrieron a Ramzi Abu Radwan y a Ramadan Khattab en el Campo de Refugiados Amari. Ambos habían comenzado como alumnos talentosos y ahora son profesionales.
“Muchas personas pueden beneficiarse con esta experiencia. Asignamos a varios docentes la tarea de dar clases de violín y cello a alumnos de jardín en Jerusalén y de una escuela de niñas en Ramala, Al Bireh.”
Actualmente se aceptan alumnos desde seis a 16 años de edad en el centro para niños de Jericó, en los campos de refugiados de Belén y Ramala así como en el centro de Nablús.
En el año 2007 el Conservatorio sumó las comunidades del sur, Belén y Hebrón, donde pudieron estudiar 60 niños, a la vez que se formaban a 36 alumnos en el Campo de Refugiados Askar de Nablús. La mayor parte de los fondos para los programas educativos provienen de la Unión Europea.
En el año 2008 y 2009 se abrieron emplazamientos en Tubas donde se preparan 36 alumnos y alumnas, mientras que otro se está acondicionando en la Comunidad Na’lin al oeste de Ramala para enseñar a 18 niños. También fueron instruidos 60 alumnos en un curso intensivo de cuatro días durante el mes de julio de este año.
Anabtawi comentó a PNN que recientemente el Conservatorio comenzó a implementar un plan de educación que tiene como objetivo llegar a los niños de la Ciudad Vieja de Jerusalén y sus alrededores, cuyas circunstancias normalmente no les permitirían la oportunidad. Se ofrecen becas con el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional Española en Jerusalén. Además dijo que para asegurar el más alto nivel de éxito es esencial la cooperación con varias organizaciones juveniles dentro de la Ciudad Vieja, sus alrededores y las comunidades cercanas.
El Administrador para la Extensión Educativa de la Ribera Oeste, Mohamed Fadl mencionó que la idea de implementar el plan en el corazón de Jerusalén es parte del proceso de terminar con el aislamiento impuesto a la ciudad. “Es un desafío a todos los intentos de doblegar a la juventud en un lugar donde los ciudadanos se encuentran atrapados por las preocupaciones de una ocupación represiva sin fin” declaró Fadl, y agregó que “el programa es un espacio para que los niños caminen en un mundo musical y ejecuten melodías que resistan los muros del aislamiento”.
Norhan, de once años de edad, sueña con dominar el laúd. Esta niña de sexto grado es una de las alumnas que puede aprovechar el programa en la comunidad de Hebrón. Después de la escuela, dedica sus horas a estudiar música sin costo alguno. El violín, el laúd y la flauta están al alcance de sus manos.
La madre de Norhan expresó su agradecimiento al Conservatorio, pero no quiso que su hija participara en un curso de formación de verano en Belén que iba a culminar con una presentación en Italia, porque la situación política es demasiado peligrosa. Sin embargo, la familia manifestó que la experiencia es única y maravillosa.
*(Traducción: Sandra Cravero)*