Jordi Arcarons · Daniel Raventós · Lluís Torrens para sinpermiso

El debate público sobre la renta básica (RB) se ha incrementado notablemente a lo largo de 2014 y lo que llevamos de 2015. Y con esta revitalización de la RB, han (re)surgido propuestas o temas laterales como “trabajo garantizado”, “necesidad del pleno empleo”, “revitalización de las rentas mínimas de inserción” – y es especialmente chocante que se quieran revitalizar ahora las rentas mínimas de inserción que han mostrado abundantemente sus deficiencias y hay material acumulado al respecto (1)-, entre otros.

Con el incremento del debate público muchas personas han conocido por primera vez la propuesta de la RB. Se ha debatido (por estirar el significado de esta palabra) en algunas televisiones, y tertulianos atacados con pocas excepciones por diversos grados de carcamalismo se han lanzado con saña contra la propuesta. Tanto las derechas como las izquierdas se han visto en la necesidad de intervenir y de exponer su parecer sobre la RB.

También en Viento Sur (núm. 138, febrero 2015), Mikel de la Fuente escribía un artículo poco afortunado en el que no vamos a detenernos para poder dedicar algún espacio a cuestiones que consideramos más interesantes y porque ya fue cumplidamente respondido por Iñaki Uribarri en Sin Permiso (2).

Las mujeres quedarían recluidas en el hogar, se necesitaría una revolución para llevarla a cabo, significaría un ataque al Estado de bienestar, no se puede financiar…

La RB ha sido objeto de críticas de todo tipo tanto de personas provenientes de la derecha como de la izquierda políticas: la gente no trabajaría (asalariadamente), las mujeres quedarían recluidas en el hogar (sic), produciría un inmenso efecto llamada, acabaría con la iniciativa individual, se necesitaría una revolución para llevarla a cabo (¡resic!), significaría un ataque al Estado de bienestar (¡¡reresic!!)… Pero si alguna crítica ha sido especialmente recurrente ha sido que no es posible su financiación. Sobre las otras críticas citadas se ha escrito tanto en tantos idiomas que es innecesario volver a referirnos a alguna de ellas. Sobre la financiación, en cambio, no hay muchos materiales. Por esta razón vamos a intentar explicar lo que estamos haciendo los autores de estas líneas en un estudio que esperamos publicar en forma de libro, para exponer todos los detalles estadísticos y técnicos, pero que ya avanzamos en un artículo en Sin Permiso (3). Recordaremos tan solo algunos aspectos fundamentales de la investigación.

La base del estudio son casi 2.000.000 de declaraciones de IRPF, aportadas por el Instituto de Estudios Fiscales, del conjunto del Reino de España, excepto de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra por tener un régimen fiscal diferente al resto. No es necesario añadir que si hacemos esta excepción es para homogeneizar los datos y los cálculos. Al fin y al cabo es posible perfectamente realizar una propuesta de financiación también en ambas comunidades. En realidad ya hicimos uno para el caso de Guipúzcoa hace tres años al tener no una muestra sino la totalidad de las declaraciones de esta provincia vasca.

Esta muestra tiene las siguientes características:

1) Se trata de una muestra individualizada y estratificada de declaraciones del IRPF  y de perceptores de rentas del trabajo por encima de 10.000 euros no declarantes identificados en las declaraciones 190 de las entidades retenedoras por trabajo del conjunto del Reino de España con las excepciones mencionadas, de forma que con los casi dos millones de registros que contiene permite elevar los resultados a los más de 19 millones de personas que efectuaron su declaración de IRPF en 2010 y a 2,7 millones de personas incluidas adicionalmente en el 190.

2) Contiene las principales variables y magnitudes que permiten una imputación prácticamente exhaustiva de los rendimientos económicos que deben declararse en el impuesto: trabajo, capital mobiliario, inmobiliario, actividades económicas, ganancias y pérdidas patrimoniales. Lo que permite obtener, por agregación, una correcta aproximación a la renta del declarante.

3) Permite identificar las características socio-familiares de los declarantes: edad, estado civil, descendientes y ascendientes; elevando a más de 34 millones de personas, la población analizada. (La otra parte de la población hasta llegar al total de habitantes es la comprendida, obviamente, por la población al margen del IRPF).

4) La referencia temporal es el año 2010, año de plena crisis económica.

 

Pretendíamos que en nuestra propuesta de financiación se cumplieran tres criterios que han sido respetados como más adelante se detallará:

1) Que la reforma se autofinanciase, lo que quiere decir que se respetaba la recaudación anterior y la reforma era neutra en este sentido. Más específicamente aún: la reforma debería incluir lo que ya se financia actualmente (sanidad, educación… y todas las demás partidas de gasto público) y además la RB que se propone.
2) Que su impacto distributivo resultase muy progresivo. Dicho de otra manera: que más del 50 por ciento de la población con menos ingresos ganase renta neta respecto a la situación actual. Es decir, que la mayoría de la población resultase beneficiada con la reforma en términos muy concretos: ganaba dinero.

3) Que los tipos impositivos reales o efectivos después de la reforma (es decir, una vez tenemos presente no solamente los nuevos tipos nominales, sino también el efecto de la RB) no fueran muy altos.

 

Las características de la RB que queríamos financiar eran las siguientes:

1) La cantidad de RB es igual o superior al umbral de la pobreza.

2) La RB no está sujeta a la imposición del IRPF.

3) La RB sustituye toda prestación pública monetaria de cantidad inferior. Dicho con otras palabras: quien recibe una prestación pública monetaria inferior a la RB gana la diferencia entre ambas. Ejemplo: quien recibe una pensión de 500, y si la RB es de 625, recibe 625. Gana 125.

4) En caso de ser superior a la RB, ésta debe ser complementada hasta su totalidad. Quien recibe una prestación pública monetaria superior a la RB deberá recibirá además de la misma la parte monetaria restante hasta la cantidad de prestación pública. Ejemplo: quien recibe una pensión de 900 euros, y si la RB es de 625, recibe 900 (625 + 275).

 

La cantidad de RB para los mayores de 18 años sería de 7.471 euros anuales (623 euros mensuales). Esta cantidad corresponde al umbral de la pobreza del Reino de España sin tener en cuenta Navarra y la CAV, en el año 2010, año del que se han obtenido todos los datos, es decir, en un año en que la crisis y las políticas económicas puestas en funcionamiento con el supuesto más que discutible de combatirla estaban en sus puntos culminantes. Para los menores de edad las cantidades que estamos contemplando es de un 20 o un 30% de la RB para los adultos. Un sistema de cálculo alternativo de la RB podría seguir el concepto de umbral de pobreza por hogar de la OCDE.

 

La financiación de una RB es perfectamente posible para el Reino de España

Los resultados principales de la reforma pueden ser resumidos de la siguiente manera:

La financiación de una RB de 7.471 euros anuales es perfectamente posible para todas las personas adultas que residen en el Reino de España. Un tipo único del 49%, junto a las reformas apuntadas, permite financiar la RB a 43,7 millones de personas. El tipo único despierta, como es normal, frecuentes reacciones adversas entre las personas de izquierdas interesadas en temas fiscales. Aclaremos, pues, este punto que algunos han aprovechado para hacer demagogia poco sutil. Un tipo único sin más es altamente regresivo. Evidente. Pero un tipo único combinado con una RB, no solamente es fiscalmente progresivo, sino altísimamente progresivo y, en todo caso, mucho más que el actual IRPF. Si la RB representa una parte porcentualmente importante de la totalidad de ingresos recibidos, el tipo efectivo se distancia mucho del nominal. Si, por el contrario, la RB representa solamente un porcentaje minúsculo de la totalidad de los ingresos percibidos, el tipo efectivo y el nominal serán parecidos. En el primer caso estamos hablando de población con niveles de renta globales muy bajos, en el segundo de muy altos. Así, por ejemplo, este 49% se convierte en un -209% (como más adelante se detalla) para la primera decila más pobre de declarantes: es decir, reciben más por RB de lo que deben pagar por IRPF. Aun así, nuestras simulaciones permiten introducir hasta tres tramos de imposición que mantengan la capacidad de financiación de la RB. Pero mientras la RB a tipo único reduce el coeficiente de Gini de los declarantes en 11,5 puntos porcentuales y lo sitúa a niveles nórdicos, la introducción de los tres tramos lo rebaja adicionalmente en menos de 1,5 puntos.

Para la financiación de esta RB, además de lo recaudado hasta ahora, es decir, sin tocar ni un euro de ninguna otra partida actual (sanidad y educación públicas no se tocarían, insisto para que quede meridianamente claro) excepto las prestaciones monetarias que fueran redundantes con la RB, el dinero provendría de la reforma mencionada del IRPF con un tipo único del 49% y el ahorro de las prestaciones monetarias públicas que serían suprimidas con la reforma propuesta.

La gran mayoría de la población declarante actual en el IRPF y no declarante saldría ganando respecto a la situación actual. Aproximadamente un 80% de la población. Solamente las decilas superiores, las más ricas, perdería con la reforma propuesta. Quien realmente ganaría más de forma proporcional sería quien no tiene nada absolutamente: 7.471 euros anuales de RB que no deberían pagar IRPF. Así que la reforma propuesta significa una gran redistribución de la renta de los sectores más ricos al resto de la población. Es decir, lo contrario de lo que se ha producido a lo largo de las últimas décadas, especialmente en los últimos años.

Más concretamente: las cantidades transferidas de los perdedores ricos en el cómputo neto a los ganadores suman unos 34.000 millones de euros, menos de la mitad en términos de PIB de nuestro diferencial en ingresos fiscales con el promedio de la UE.

En esta propuesta de financiación no se ha contemplado la posibilidad de introducir nuevos impuestos o modificar los existentes, tampoco el gran fraude fiscal que realizan los ricos. Con un único objetivo: evitar la crítica fácil de que se estaba contando con dinero hipotético. No es que los autores de esta propuesta no seamos firmes partidarios de una lucha sin concesiones contra el gran fraude fiscal, pero lo que queremos demostrar es que incluso sin estos posibles y deseables refuerzos fiscales, la financiación de la RB es posible. No es necesario añadir por obvio que un éxito en la lucha contra el fraude comportaría muchas más posibilidades de aportar más fondos para la financiación de la RB y para reforzar servicios que deben ser incrementados como la sanidad y la educación públicas. Aún hay margen para ello y para reducir el déficit.

Veamos con ayuda de un cuadro más detalladamente quien gana y quien pierde con la financiación de la RB.

En el cuadro la población declarante está dividida por decilas, si bien en la decila más rica hemos introducido una subdivisión del 5% y del 2% más ricos. Solamente a efectos más ilustrativos y detallados.

La decila más pobre de declarantes, actualmente (lo que llamamos cuota ex -ante) tiene un tipo real del 0,15%, la segunda del 0,35%, etc. Como puede apreciarse, estas decilas tendrían con nuestra propuesta (cuota ex -post) unos tipos negativos del -209,2 y del -59,4%, respectivamente. ¿Por qué negativos? Porque serían perceptores netos, puesto que el signo negativo indica transferencia.

El actual IRPF es muy poco progresivo. Hay algunos datos contundentes. El índice de Gini antes del IRPF se sitúa en el 0,4114. Después de la declaración del IRPF solamente se reduce a 0,3664. Muy poca cosa. Con la propuesta de financiación de la RB que se propone, el citado índice bajaría hasta 0,2502. Es decir, se produciría una gran redistribución progresiva de la renta.

Críticas de alguna izquierda “moderna”, de un cierto feminismo y… de la extrema derecha económica de la escuela austríaca

Una discusión surgida con posterioridad al proyecto de financiación esbozado más arriba es la motivada porque, según algunos autores, esta propuesta «perjudica a las clases medias». Esto es fácil e inmediato de responder: el problema es el IRPF tal como lo tenemos hoy en día y el tremendo fraude fiscal que constata este impuesto. Tomando como ciertos los datos que ofrece la muestra del Instituto de Estudios Fiscales resulta que pierden las dos decilas superiores, las dos decilas más ricas. Que un declarante cuyos rendimientos totales consignados en el IRPF superen los 42.000 euros forme parte del 10% de las personas declarantes más ricas y que una persona declarante que supere los 55.000 euros esté ya en el grupo del 5% más rico… es un problema no del modelo de financiación sino del enorme fraude fiscal que hacen las personas más ricas. Un problema al que tendrá que hacer frente no ya un proyecto de financiación de la RB, sino cualquier reforma fiscal que quiera hacerse en beneficio de la mayoría de la población no rica. Si nuestra propuesta de financiación hace perder a las dos decilas más ricas según los resultados actuales con el fraude mencionado, poca duda puede haber de que si las personas más ricas estuvieran bien detectadas por el IRPF, o existiera un verdadero impuesto sobre la riqueza o sobre sucesiones bien diseñado, la financiación sería más fácil, el tipo único sería más bajo y algunos sectores “medios” que ahora salen perdiendo en nuestro modelo con los datos vigentes, pasarían a formar parte de los ganadores. Todo eso es elemental. Y atención, algunas opiniones que consideran que nuestra propuesta “perjudica a las clases medias”, pretenden hacer sugerencias más “moderadas” y alejadas de la RB… con un resultado contrario al pretendido: las mencionadas “clases medias” resultan más perjudicadas. Si leemos el documento “Un plan de garantía de rentas” de Podemos, resulta que según nuestros cálculos (ellos no realizan cálculo alguno al respecto quizás por pudor) quien sale perjudicado es el 50% de la población, algo mucho menos interesante que nuestro 20% más rico. Es el problema de plantear su financiación mediante la modificación de ciertas desgravaciones y bonificaciones del actual IRPF… sin acompañarlas de una RB. Ellos sabrán lo que pretenden, pero lo que cuesta de entender es que se critique nuestra propuesta de financiación porque “perjudica a las clases medias”.

Claro que el documento “Un plan de garantía de rentas” es “radical” (luego volvemos sobre la palabrita) comparado con lo que propuso Podemos para las autonómicas: “El programa del cambio”. En la página 19 punto 6 (“plan de garantía de renta”) puede leerse hasta dónde se ha caído. Estamos calculando que en esta propuesta Podemos se queda más corto que la del partido del orden de recambio, Ciudadanos. Al menos para los que tienen trabajo asalariado. Algo francamente preocupante para Podemos y una muestra de hasta donde puede llevar la obsesión por no parecer “radical”.

Y a eso vamos. Hay quien ha considerado la RB una medida “radical”. Algunas personas de Podemos con las que hemos tenido ocasión de intercambiar opiniones a lo largo de los últimos meses así lo han expresado. ¿Radical? ¿Radical garantizar la existencia material de toda la población? Quien está realizando propuestas que se llevan a cabo y que merecen el calificativo de radicales son los gobiernos de muchos Estados: están destrozando las condiciones de vida y trabajo de la inmensa mayoría de la población para beneficio de una ínfima minoría rica.  El 1% de la población tiene lo que el 99% necesita, en palabras de un libro de Stiglitz. ¡Eso sí que es radical! Pero ¿garantizar la existencia material a toda la población, radical? Nos comentan que hace poco más de un año, la RB era percibido entre muchos miembros de Podemos como algo de “sentido común”. Y, después de 13 ó 14 meses, la RB ¿ha dejado de ser una propuesta de “sentido común” para algunos dirigentes y se ha transformado en “radical”? ¡Qué raro!

Sobre el trabajo garantizado que propone Izquierda Unida, una propuesta de economistas por otra parte muy interesantes fundamentalmente de EEUU cuya economía no ha superado en los últimos 70 años el 10% de desempleo (en el Reino de España en los últimos 37 años solamente ha bajado del 10% en tres años), poco hay que añadir a lo que decíamos en un artículo dedicado a comentar esta propuesta (4). Para resumir: se trata de una propuesta mucho menos efectiva que la RB. Y si quiere aproximarse en efectividad es mucho más cara. La RB es una propuesta inmediata para contrarrestar los efectos en las condiciones de vida y trabajo que está sufriendo la población no rica, el trabajo garantizado es algo mucho más a largo plazo. El trabajo garantizado tiene muchas deficiencias técnicas (si es con salario digno es tremendamente costosa; hicimos llegar a sus defensores los cálculos que nadie nos desmintió: a 10 euros brutos por hora, como inicialmente se proponía por algunos de sus defensores, el coste neto para el Estado era de 233.421.934.360 euros); sociales (si es con un salario menos que digno, 5 o 6 euros la hora, tiene más posibilidades de financiación, pero no es deseable), y filosófico-políticas (una concepción de la libertad muy pobre y una antropología filosófica descabelladamente mezquina: se debe trabajar y con una RB “la gente no haría nada” o “se dedicaría a actividades indeseables”…) o lo que es inaudito porque es contradictorio con las otras aseveraciones de los defensores del TG: la gente no querría hacer trabajos duros mal pagados (¡ojalá la RB sirviera para esto!). (5)

Mención menor merece quien ha dejado escrito que financiar una RB con un tipo único es una “propuesta liberal donde las haya”. Algo más arriba ya hemos especificado que un tipo único combinado con una RB exenta de IRPF es altísimamente progresivo. Repetimos: “si juntas el tipo único con una RB es mucho más progresivo que el actual IRPF en donde hay un mínimo que es cero y los tipos sobre los rendimientos del capital son inferiores. (…) RB + IRPF a tipo único de neoliberal, nada, si no que se lo pregunten a los neoliberales.” (6)

Curiosamente también hay quien ha dejado escrito que la RB no debe ser apoyada porque no acabaría, o no ayudaría a combatir o alguna variante con la “división sexual del trabajo”. A veces es difícil mantener la paciencia. Intentémoslo. La RB no está diseñada para hacer frente a todos y cada uno de los problemas que tengamos en la cabeza combatir. Por ejemplo, las fiestas mayores de los pueblos sirven para actividades como pasarlo bien, o beber más de la cuenta, o ingerir más alimentos de lo que una dieta sana aconseja, o ligar más que en otros momentos del año, o dar a conocer más el pueblo a gente de fuera del lugar… pero no para acabar con el desempleo, la división sexual del trabajo o la difteria. Otro ejemplo, el subsidio de desempleo sirve para que las personas que se han quedado sin trabajo remunerado puedan seguir disponiendo de unos ingresos durante un tiempo mientras buscan otra ocupación, pero no para acabar con la capacidad de las transnacionales para modificar las condiciones de existencia material de millones de personas, o para disfrutar de una educación de más calidad. Otro ejemplo, la sanidad pública (si se invierte lo necesario en ella) está diseñada para ofrecer a toda la población, independientemente de sus ingresos, asistencia sanitaria, pero no para acabar con la división sexual del trabajo, ni con los paraísos fiscales, ni con los programas de televisión basura. Otro ejemplo, las guarderías sirven, si son gratuitas y de calidad, para posibilitar a los padres, especialmente a las madres, la asistencia a determinados trabajos remunerados y pueden ser muy útiles para los propios niños y niñas, pero no sirven para mejorar la investigación científica básica, ni para disminuir la contaminación de la atmósfera, ni para cambiar determinados hábitos alimentarios. En breve, no se puede criticar a determinadas propuestas porque no acaban con todos los problemas sociales que alguien puede legítimamente pensar que deben combatirse. Con la RB ocurre lo mismo, hay problemas sociales para la que es muy eficaz, hay otros para los que no ha estado diseñada. Es muy poco interesante el deporte de “cargarse” la RB por problemas que no está diseñada para combatir. Hemos insistido en más de una ocasión que la RB no es una política económica. La RB formaría parte de una política económica en beneficio de la inmensa mayoría de la población no estrictamente rica, pero una política económica es algo mucho más amplio. Hay problemas sociales como la división sexual del trabajo, la indiferencia de gran parte de la población al conocimiento científico, la capacidad de algunos grandes poderes privados para imponer su concepción particular del bien al resto de la sociedad, la corrupción de los corruptos y de quienes los compran, la evasión y elusión fiscales… que deben ser tratados de forma específica. Con instrumentos adecuados.

Juan Ramón Rallo ofrece algunas críticas de nuestro proyecto de financiación diferentes. Estas críticas son una curiosidad intelectual porque están realizadas, a diferencias de las anteriores, desde la extrema derecha económica de la escuela austríaca. Básicamente su argumento se resume así: un aumento de los tipos impositivos no sólo son un robo (como todos los impuestos que no sirvan para financiar la policía, el ejército y algún servicio público básico más) sino que reduce la base imponible del impuesto y hace que la recaudación disminuya y lo sustenta en el comportamiento de la elasticidad de la base imponible del impuesto, que él considera muy sensible al aumento de los tipos impositivos.(7) Tampoco Rallo parece haber leído, o no le interesa hablar sobre ello, los artículos sobre la evidencia empírica de que en el Reino de España los incrementos de impuestos no es que tengan una baja elasticidad negativa sobre la actividad económica… es que dan una elasticidad positiva (más impuestos más PIB y por supuesto más recaudación). La explicación es que mayores impuestos sobre los más ricos permiten mayor gasto público (como la RB) y esto genera un impacto positivo sobre la actividad económica (de la que los ricos también se benefician) que genera mayores ingresos y compensan posibles desincentivos.  En resumen, lo que desgraciadamente hemos experimentado, que las secuencias políticas de desfiscalización PSOE-PP-PSOE-PP (hasta llegar al último esperpento de esta semana de la “rebaja” del IRPF realizado por el ya moribundo gobierno del PP) nos han llevado a ser una economía low cost mucho menos bien parapetada para las crisis. Ya hemos dicho que en en nuestra simulación, nosotros ni siquiera tenemos en cuenta el efecto positivo sobre la actividad económica y por tanto sobre la recaudación fiscal que tendría nuestra RB, teniendo en cuenta que la propensión a consumir de los ganadores (el 80% más pobre de la población) es superior a la de los ricos. Así que un fuerte estado del bienestar, financiado con impuestos, con un sistema de rentas sociales no desincentivadoras del trabajo, como la RB, consigue tasas de actividad y empleo mucho más altas y por supuesto un grado de equidad y bienestar mucho más elevado, además de una economía más resiliente y adaptada a los cambios permanentes de un mundo global porque así lo está su ciudadanía, más formada y más libre gracias a una potente red de seguridad. Algo que Rallo no alcanza a comprender, pero que la realidad de los países nórdicos visualiza. (8)

Para finalizar, la RB no es solamente una medida contra la pobreza, es una propuesta que pretende ser parte integrante de una política económica diferente que quiere dotar de la existencia material imprescindible a la población para hacer posible la libertad efectiva de todos los miembros de la sociedad. Característica «subversiva» que ha captado perfectamente la derecha toda y por ello la ha considerado tan peligrosa cuando se ha discutido por dos veces en el parlamento central del Reino de España. Y esta característica de la RB, la de consistir en un buen medio para incrementar la libertad de la ciudadanía no rica, las rentas mínimas o las rentas garantizadas solamente la contemplan, y parcialmente, para una fracción de la población. Pondré aunque solamente sea un ejemplo para hacer más evidente lo que quiero decir: el poder de negociación de la clase trabajadora se incrementaría. O dicho de otra manera, la principal herramienta de que dispone el capital para disciplinar a la clase obrera es la existencia de una población laboral excedente. Esta población excedente es en la actualidad de proporciones inmensas. Con una RB esta «principal herramienta», este poder disciplinador, quedaría enormemente debilitada. No es poca cosa.

 

Notas:

(1) Pauline Domingo y Muriel Pucci: “Impact du non-recours sur l’efficacité du RSA”, Economie et Statistique, n. 467-468, 2014. Accesible en http://www.insee.fr/fr/ffc/docs_ffc/ES467E.pdf

(2)  Iñaki Uribarri: “La RB y la seguridad social”, Sin Permiso, 3-5-2015: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7958

(3) Jordi Arcarons et alii: “Un modelo de financiación de la Renta Básica para el conjunto del Reino de España: sí, se puede y es racional”, Sin Permiso, 7-12-2014: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7535

(4) Jordi Arcarons et alii: “¿Siete argumentos en contra de la RB? No exactamente”, Sin Permiso, 24-8-2014:   http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7244

(5) Daniel Raventós: “Un largo camino en la defensa racional de la Renta Básica”, Sin Permiso, 30-11-14: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7534

(6) Lluís Torrens: “Algunas confusiones sobre las propuestas de renta básica”, Sin Permiso, 28-6-2015:

http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=8105

(7) Jon Gruber and Emmanuel Saez: “The elasticity of taxable income: evidence and implications”, Journal of Public Economics 84 (2002): http://piketty.pse.ens.fr/files/GruberSaez2002.pdf

(8) Cuando dispongamos de algún tiempo para distraer, dedicaremos un artículo específico a esta y a otras críticas de Rallo contra la RB. Especialmente a los comentarios de tipo económico, los de filosofía política tienen poco interés.

 

(Este artículo es una versión notablemente modificada de la que se publicó en Viento Sur, n. 140)

Jordi Arcarons es catedrático de Economía Aplicada de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona. Es miembro de la Red Renta Básica.
Daniel Raventós
es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de sinpermiso y presidente de la Red Renta Básica. Es miembro del comité científico de ATTAC. Su último libro es ¿Qué es la Renta Básica? Preguntas (y respuestas) más frecuentes (El Viejo Topo, 2012).

Lluís Torrens es economista, profesor asociado de la Escuela Superior de Negocios Internacionales-Universitat Pompeu Fabra, gerente del Public-Private Sector Research Center del IESE. Colabora con iniciatives pel decreixement que impulsa un nuevo modelo económico sostenible y estacionario.

El artículo original se puede leer aquí