Respondiendo a un debate parlamentario sobre la situación de la minería en el país, el ministro de Minas Dawood Shah Sabah, admitió que piedras preciosas, oro y otros minerales preciados son fácilmente robados y sacados del país, y que si la política del gobierno no cambia en este sector, Afganistán se encontrará frente a nuevas dificultades.
“Tenemos la responsabilidad de implementar reglas y medidas para reducir el saqueo de las minas”, dijo el ministro, admitiendo la mala gestión de los recursos y las políticas gubernamentales inadecuadas. Hasta ahora se han firmado 339 contratos mineros con diferentes empresas, pero la presencia de diversos grupos armados presenta serios interrogantes sobre la seguridad de las actividades mineras. A esto se suman los rumores de que ya también hay células del llamado ‘Estado Islámico’ que actúan en el país. “Las minas de Afganistán pueden ser una buena fuente económica para este grupo”, dijo Sabah.
Para muchos observadores, Afganistán sigue siendo un paraíso para la extracción clandestina de minerales y para el contrabando de piedras preciosas y otros minerales preciosos. Ante la falta de controles eficaces, de programación y de control gubernamental, buena parte de estos recursos son contrabandeados con mucha facilidad a países vecinos de Asia y a Europa.
La industria minera con frecuencia es presentada en Afganistán como una panacea para los problemas socio-económicos del país,m pero el gobierno no es capaz de administrar este sector y aprovechar a pleno sus potenciales beneficios. El gobierno de Kabul, al no lograr acumular suficientes ingresos a causa de una economía debilitada por décadas de conflictos armados y por la fuerte corrupción existente, ha dependido durante mucho tiempo de ayudas extranjeras.
Saba manifestó estar empeñado en crear un sistema responsable para recaudar los ingresos del sector minero y del petróleo, pero reconoció que su ministerio sufre problemas. Entre los proyectos del ministro está la creación de un consejo de administradores para supervisar y brindar seguridad a la industria minera.
Afganistán es rico en recursos naturales como hierro, cobre, litio, oro y esmeraldas –sólo por citar algunos– pero sigue siendo incapaz de atraer inversiones y tecnología adecuadas para explotar estos recursos.