El acuerdo se firmó en 2011, tras detectarse que subcontratas de la dueña de Zara en Sao Paulo tenían a inmigrantes peruanos y bolivianos en condiciones precarias.
Por ahora, el Ministerio de Trabajo brasileño ha multado con unos 250.000 euros a la multinacional por excluir a inmigrantes de sus proveedores.
Inditex se enfrenta a una multa de hasta 25 millones de reales brasileños (unos 7,3 millones de euros) por el incumplimiento de un acuerdo que firmó con el Ministerio de Trabajo de Brasil en 2011 por el que se comprometía a mejorar las condiciones laborales en sus subcontratas, tras el estallido de un escándalo de esclavitud laboral en ese país.
Según la ONG Reporter Brasil, la empresa «incumplió reiteradamente» las obligaciones del acuerdo suscrito con las autoridades locales tras ese escándalo. «No detectó ni corrigió los graves problemas que seguían produciéndose en su red, como el trabajo infantil y las jornadas excesivas». La inspección de trabajo brasileña ha detectado que, desde julio de 2012, más de 7.000 trabajadores de esas subcontratas se han visto perjudicados por algún tipo de irregularidad laboral que la empresa se había comprometido a eliminar. En más de un tercio de los proveedores fiscalizados se detectaron jornadas excesivas, irregulares o fraudulentas, incluso superiores a las 16 horas diarias.
Además, en lugar de mejorar las condiciones de sus suministradores, Inditex habría aprovechado para «excluir a los talleres de costura que emplean inmigrantes, independientemente de si cumplían o no la ley» y «eliminar riesgos para su imagen».
El resultado, según la ONG, fue «la pérdida del empleo para diversos inmigrantes que vieron cómo las empresas para las que trabajaban cerraban tras cortar su relación con Zara». Así, si en julio de 2012 había 35 talleres pertenecientes a inmigrantes que producían ropas para Zara en Brasil, ahora no hay ninguno. El Ministerio de Trabajo brasileño ha detectado que 31 suministradores de Zara, «en parte pertenecientes a propietarios también extranjeros, vieron comprometida su salud financiera cuando dejaron de abastecer al grupo. Muchos habrían interrumpido su producción sin saldar sus deudas con los trabajadores», según Reporter Brasil.
El ministerio brasileño ha detectado irregularidades en 83 inspecciones realizadas entre agosto de 2014 y el pasado abril en decenas de proveedores de la multinacional y de momento ha impuesto a la empresa dos multas que suman 840.000 reales (unos 250.000 euros), que Inditex ha recurrido, por considerar que ha discriminado a trabajadores y empresarios inmigrantes al excluirles de su cadena de suministradores en el país.
«En los últimos tres años, Zara Brasil trabajó con ahínco para evitar nuevos casos de trabajo esclavo en la confección de sus prendas. ¿Cómo? Eliminando empresas con inmigrantes latinoamericanos de su red de suministradores. Como ellos son las principales víctimas del trabajo esclavo en el sector, deshacerse de ellos parece haber sido la solución más fácil para proteger su imagen de marca», resume Reporter Brasil.
Inditex ha asegurado a la revista brasileña Exame que las acusaciones de las autoridades son infudadas. Dice que, de las 67 empresas investigadas por el Ministerio de Trabajo de Brasil, cinco nunca han sido suministradoras de Zara, y subraya que «únicamente el 15% de la producción de las empresas citadas en el informe» de las autoridades brasileñas se destina a Zara y el 85% se destina a otras marcas.
Las inspecciones del Ministerio fueron realizadas tras el acuerdo que Inditex firmó en 2011 con este órgano, tras descubrirse que 15 inmigrantes peruanos y bolivianos trabajaban en condiciones precarias en talleres de Sao Paulo que suministraban ropa a Zara Brasil. Inditex se comprometió tras el escándalo a someterse a esas auditorías y anunció inversiones para beneficiar a la comunidad latinoamericana de Sao Paulo, entre ellas, la donación de 6 millones para la creación de un centro de integración de inmigrantes.