Camilo Rengifo Marín, economista, docente universitario colombiano y analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE) realiza un análisis acerca del actual contexto político de Colombia, en el que no se descarta la posibilidad de un golpe de Estado «blando», como ha sucedido en los últimos años en países como Perú y Brasil.

El presidente colombiano Gustavo Petro calificó como el inicio de un golpe de Estado “blando” la maniobra del Consejo Nacional Electoral (CNE) que busca imputarle cargos al mandatario por presuntas irregularidades en la financiación de la campaña del 2022. El mandatario calificó la acción de inconstitucional.

Por: Camilo Rengifo Marín

En su participación en el ‘Gobierno en los barrios populares’ en el Pozón, Cartagena, el presidente señaló que «Tenemos que tener claridad que era muy difícil que en un país como Colombia se aceptaran las reglas del juego democrático». Petro aprovechó para referirse a la situación y asegurar que la ponencia presentada en el CNE por Benjamín Ortiz (Liberal) y Álvaro Hernán Prada (Centro Democrático) hace parte de un golpe blando en su contra, de una estrategia para desestabilizar su Gobierno y causar su caída.

En las redes sociales, Petro dejó en claro que “Ningún gasto en testigos electorales que hagan partidos en cuidar los votos ya depositados es un acto de campaña, al contrario es un derecho y una obligación ciudadana. La campaña, por ley, termina antes del día de las elecciones”

Si la oposición había demostrado una buena convocatoria con una marcha en Bogotá el 21 de abril, Petro demostró el primero de mayo su capacidad para movilizar a decenas de miles de personas a favor de su ambiciosa agenda reformista y de sus consignas más radicales: aceptó el reto el primer de mayo y la calle, el pueblo le respondió. Y aprovechó para proponer una Asamblea Constituyente como el camino para un “acuerdo nacional”, bajo sus términos y condiciones.

El 1 de mayo el presidente describió las fases de un eventual juicio político en su contra, motivado por las investigaciones de las irregularidades de la financiación de su campaña. Y se lanzó contra varios expresidentes, como Julio César Turbay, a quien señaló de “capo de la mafia”. “No les gusta que no me llame Ospina, Pastrana o Santos. No pertenezco a esa oligarquía, esa seudoaristocracia indolente vestida de esclavistas, que piensan que el país no debe cambiar”, dijo.

Y planteó su propuesta: “Un acuerdo nacional no es un papel del cual se burlen después. Se escribe con letras constituyentes”, dijo.  Uno de los principales temores de la oposición es que Petro busque quedarse en el poder después del 2026. “El poder constituyente no es para que me reelijan. Yo no soy como Uribe. No soy adicto al poder”, calmó el presidente.

Antecedentes

Petro comparó este caso con lo ocurrido con las elecciones de 1970 y con el genocidio de la Unión Patriótica (entre 1985 y 1993 fueron asesinados 1.163 integrantes y desaparecidos otros 123 por los gobiernos derechista). «No son capaces de aceptar la democracia y la constitución de 1991», aseveró, desconociendo la procedencia constitucional del CNE.

La noche del 19 abril de 1970 las emisoras daban por ganador al general Rojas Pinilla, por una diferencia cercana a los 113.000 votos. El presidente Carlos Lleras Restrepo decretó el toque de queda y a la mañana siguiente la ecuación electoral había cambiado: Pastrana tenía una ventaja de 2.617 votos sobre el general, que con los escrutinios completos llegaron a ser 63.557 de diferencia.

Golpe blando

«Quieren determinar que el presidente a pesar de ser elegido democráticamente debe salir porque 4-5 corruptos de la política así lo quieren», aseveró Petro, que agregó: «Es profundamente inconstitucional y es el inicio de un golpe de Estado en Colombia. Lo que nos toca es ver cómo vamos a responder. Indudablemente depende del pueblo».

Primero de mayo multitudinario en Bogotá

Petro aseguró que el «pueblo» tenía que decidir su dejaba «burlar el voto popular o no». «Hemos llegado a este momento, decían es que Petro habla carreta, paranoico, como el pastorcito mentiroso que anuncia y anuncia, bueno ya comenzó el golpe», aseveró, tras señalar que el pueblo puede tomar la decisión de quedarse en la casa o salir a la calle a defender su mandato: «No pueden volver, no podemos dejar que vuelvan con un golpe de Estado».

Petro dio dos órdenes. Una es que ningún uniformado «debe levantar un fusil» contra la población que se manifieste. La segunda es que se realicen movilizaciones que «superen las del 1de mayo». «Si se atreven a violar la constitución, millones de colombianos deben salir a las calles hasta que se restablezca el orden constitucional», agregó.

 

Fuente: Question Digital. La derecha sigue su ofensiva contra Petro: ¿el inicio del golpe blando? – Question Digital