A la culminación de su intervención en la Jornada Latinoamericana y Caribeña de Integración de los Pueblos, que tuvo lugar en Foz de Iguazú del 22 al 24 de Febrero, conversamos brevemente con el ministro de Derechos Humanos y de Ciudadanía del Brasil, Silvio Luiz de Almeida.
Pressenza: ¿Cómo entronca la cuestión de los Derechos Humanos con el proyecto de integración de los pueblos de América Latina y el Caribe?
Una cosa que me parece importante comentar es que hemos construido nuestras políticas de derechos humanos en América Latina mirando principalmente las atrocidades dictatoriales cometidas en la posguerra, en la Guerra Fría. Es importante pensar todavía en la justicia en esta transición y todo eso, pero también tenemos que analizar las otras tragedias de América Latina que hicieron posible la existencia de regímenes autoritarios.
En otras palabras, vivimos en un subcontinente atravesado por la desigualdad económica, el racismo y el autoritarismo. No tenemos una tradición de una cultura democrática, una cultura de contrato social. Entonces, en ese sentido tenemos que asumir esto como un proyecto para cada uno de nuestros países, pero también como un proyecto para América Latina.
Pressenza: Tenemos un presidente que, ayer, canceló en Argentina el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), que es una de las principales instituciones de inclusión y derechos humanos en Argentina. Entiendo que usted no puede opinar sobre esto, pero ¿cómo es posible que todavía exista este tipo de mentalidad en nuestra América, donde nuestros pueblos sufren tanto?
No puedo hablar del caso específico, pero sí del caso en general. Esta es la cuestión: la implementación de las agendas neoliberales, de la destrucción de derechos, exigen la convocatoria al fascismo.
No puedes destruir derechos, no puedes situar a las personas en una vida miserable, si no estás dispuesto a matar a la gente que no se somete a esas condiciones intrínsecas al mundo neoliberal.
Así que eso es lo que puedo decir. En otras palabras, atacando a las minorías, atacando a las mujeres, atacando a la gente que tiene que hacer un esfuerzo extra, atacando a los trabajadores, a las personas con discapacidad, de alguna manera estás abriendo espacio para la completa dominación del capital con su extrema violencia.
Pressenza: Por último, señor Ministro, ¿tenemos que cambiar algo en nosotros mismos para que los Derechos Humanos puedan afianzarse?
Claro, por supuesto. Así que cuando hablamos de cambiar las condiciones materiales, es porque entiendo que nuestra subjetividad es material.
Hay algo más, por eso hablé del futuro. Hablar de futuro es hablar de una palabra olvidada para nosotros, que es muy importante. ¿Conoces la palabra? Ideología. Necesitamos volver a hablar de eso, necesitamos empezar a luchar por el corazón de la gente. La ideología, como dice un autor. como práctica material.
Porque así la gente se une. Verás, yo conversé eso junto con la gente del MST¹. Cada evento del MST comienza con una mística. ¿Por qué? Porque es para mostrar que tenemos un impulso, que es material pero también espiritual, que estamos unidos en nuestro sueño, en nuestra meta, en nuestras emociones.
Así que es una elección de reorientación ideológica, de sentimiento. Porque el neoliberalismo es un proyecto para reorientar a la gente moral, subjetiva y emocionalmente. Así que la opción es empezar a hacer esto alrededor de la gente para mostrarles que, mira, es mejor ser solidario, porque esto no es natural. Así que es una lucha política pero también ideológica.
Pressenza: Gracias, Ministro.
(1) En referencia al Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil.
La entrevista la realizó Javier Tolcachier, Pressenza, en colaboración con Fernan Silva, MST (cámara) en el marco de la cobertura colaborativa de medios populares de la Jornada Latinoamericana y Caribeña de Integración de los Pueblos