Javier Belda.-
A medida que los BRICS se expandieron hacia Medio Oriente, EEUU promovió un nuevo mapa político en Latinoamérica. De manera que lo que se preveía, hace menos de un año, como una fácil incorporación de varios países americanos a los BRICS, comenzó a ser una posibilidad cada vez más remota.
En Argentina fue impulsado a presidente de la nación el fascista esperpéntico –y por si fuera poco, sionista– Milei. En Perú, ya se había consumado el golpe de estado suave (con unas decenas de muertos) que encarceló al presidente Pedro Castillo y colocó al mando a Dina Boluarte, cuya implicación personal en la industria extractiva garantizaba su sumisión a los intereses estadounidenses. Ecuador, totalmente controlado por las mafias criminales, Panamá, etc. En fin, un remake en el continente de la “doctrina del shock” (Naomi Klein dixit).
Tío Sam estaba de vuelta en el patio trasero. Esto puso en guardia a países más neutros como Chile o México, cuya dependencia del dólar es muy fuerte, por lo que dejaron de insinuar públicamente su acercamiento a los BRICS; incluso la B se anda tambaleando.
En conclusión; si bien los BRICS dieron un gran golpe de efecto geopolítico, durante el año pasado, en Medio Oriente y África, el imperialismo ejerció su dominio en Latinoamérica en un corto lapso de tiempo.
Pero el clan Israel-EEUU-Reino Unido-Canadá no estaban en absoluto dispuestos a soltar su dominio sobre Medio Oriente. Tras el atentado del 7 de octubre, se inició el asedio total de Palestina, que entre otras cosas, desbarata el plan chino de “la Franja y la Ruta” en la región.
En simultáneo, se han generado otros focos bélicos latentes en los países vecinos. Con ello se ha consolidado un rápido giro hacia el imperialismo belicista de siempre, con el complejo militar industrial a toda máquina.
Una máquina a pleno rendimiento es algo inestable y difícil de controlar
Cuando se justifica la aniquilación de toda Palestina como una venganza por el atentado del 7 de octubre, resulta a todas luces una desproporción mayúscula.
Además hay datos claros que apuntan a la teoría del atentado de falsa bandera. Fueron publicadas las aportaciones económicas de Israel a Hamás en la prensa estadounidense. Como hecho anecdótico, también se publicó la aparición del líder de Hamas, Khaled Mashal en la portada de Forbes (aunque luego se tachó de noticia falsa). De lo que no hay duda es de la fortuna de 5 mil millones de dólares de Khaled.
Lo que no pudo ser desmentido fueron los documentos del departamento de inteligencia israelí que se filtraron a la prensa, en los que se preveía la deportación de 2 millones de palestinos de Gaza, lo cual ocurrió finalmente, confirmando la planificación del genocidio.
Por si estos datos fueran poco, resultó también imposible ocultar la participación activa del ejército sionista con helicópteros Apache y tanques en los disparos contra los concurrentes al festival musical. De modo que se elevó el número de víctimas civiles del atentado, ¿en previsión de que Hamás se conformara con menos?
Ante estos hechos parece evidente que el atentado del 7 de octubre fue una justificación macabra organizada por ellos mismos, dirigida a encender el odio de los sionistas dentro y fuera de Israel, con una sed de sangre insaciable. Este nuevo escenario dejó en el olvido las manifestaciones masivas en Tel Aviv para hacer caer al fascista y corrupto Netanyahu y su equipo de gobierno.
En este punto es donde viene a cuento la expresión “pasarse de frenada”, dado que la masacre sobre el pueblo palestino ha sido y es tan escandalosa que resulta imposible la inhibición.
Todavía hay esperanza para el planeta
Todo presidente de una nación es un individuo que también tiene una conciencia. Para muchos de ellos, especialmente los occidentales, no pasa nada con dejar la conciencia a un lado, pero no para todos.
Cuando las redes sociales se inundan de niños desmembrados, de fosas comunes, de hambruna, de destrucción de hospitales, escuelas, mezquitas, viviendas, infraestructuras… resulta imposible no verlo y optar por apartar la mirada.
Entonces las poblaciones de todo el mundo reclaman a los gobernantes una respuesta. Pero el presidente de una nación, ya no está en condiciones de reclamar a nadie, sino de actuar él ante el gran clamor de millones de voces. En ese momento entra en juego la conciencia en el gran escenario histórico mundial.
Normalmente los problemas de conciencia no son un factor que el imperialismo suela tener en cuenta, no obstante, en un momento dado, es justo eso lo que puede producir un nuevo giro de la situación geopolítica, por encima de ningún otro factor.
El pasado miércoles Brasil anunció el fin de todos los vínculos diplomáticos con Israel y expulsó al embajador de Israel en Brasil. Luis Ignacio Da Silva, comparó el accionar del gobierno israelí en Gaza con el Holocausto nazi.
A esta declaración se sumaron después Luis Arce, de Bolivia, Nicolás Maduro, de Venezuela, Gustavo Petro, de Colombia, Gabriel Boric, de Chile, con calificativos inequívocos sobre la brutalidad inhumana de Netanyahu y el genocidio sobre la población palestina.
En el tercer día de audiencias de la Corte Internacional de Justicia, muchos otros países se expresaron en los mismos términos en contra de Israel y a favor del derecho de los palestinos a tener un estado propio y defenderse de la agresión israelí. [1] [2]
Estas son las declaraciones nacionales, pero detrás hay millones de voces que se manifiestan diariamente en todo el mundo.
¿Serán estas manifestaciones las señales de un cambio de ciclo?
El sionismo esta ebrio de tanta sangre derramada y ya se está tambaleando, pero cada minuto cuenta para la población palestina, que se consume día día en una hambruna de magnitud inimaginable.
1: El Sur Global se opone a la ocupación israelí de Palestina en la CIJ
2: China respalda el derecho de los palestinos a la “lucha armada” contra la ocupación israelí