Entre saltos de agua, bosques nativos y chacras agropecuarias, productores de la zona centro de Misiones se unieron en red con una característica en común: transición ecológica y el anhelo de que la juventud permanezca en la ruralidad. La unión logró la puesta en marcha de una biofábrica única en el país y avanzan con otros emprendimientos de soberanía alimentaria.
La Cámara de Representantes de Misiones sancionó en julio de 2020 la ley que convirtió a Salto Encantado en el municipio número 77 de la provincia. El pueblo, que alberga el Parque Provincial Salto Encantado —uno de los mayores atractivos turísticos de la tierra colorada— y pertenecía al municipio de Aristóbulo del Valle, se caracteriza tanto por sus beldades naturales, como por la predominancia de la agricultura y los emprendimientos productivos. Entre remanentes de montes nativos, se entreveran yerbales, chacras familiares, ganadería y aserraderos, constituyendo el entramado económico y cultural propio de la región.
Salto Encantado emerge, además, como un mojón importante dentro del mapa de la agroecología en la provincia. Lo hace de la mano de una experiencia que empezó a gestarse poco antes del inicio de la pandemia de Covid-19 y supo organizar proyectos dispersos y constituirlos en un solo núcleo: Somos Red.
Al hablar de agroecología en Misiones se debe considerar la existencia de un Sistema Único de Certificación Participativa, herramienta creada por la Ley de Fomento a la Producción Agroecológica, que básicamente establece estándares y otorga un sello oficial a la producción agroecológica. Pero más allá de este sistema, en la provincia convergen múltiples prácticas y experiencias agroecológicas que buscan constituirse como una alternativa sustentable ante los modelos de producción hegemónicos.
“Podemos decir que Somos Red es una forma de dar respuesta al monocultivo, a la contaminación, promoviendo la transición agroecológica, la diversificación productiva y la soberanía alimentaria. Desde el territorio, con participación comunitaria, innovación técnica y articulación multisectorial”, define Fernando Puzzo, docente y coordinador de Somos Red.
Recuperar el bosque nativo sobre las áreas de monocultivo
Si bien tiene su base e incluso su origen en Salto Encantado, el despliegue territorial de Somos Red se expande hasta otros municipios de la zona centro de la provincia. La red está conformada por la Asociación Mujeres Soñadoras, Cooperativa Nueva Esperanza, Asociación Ampliando Pueblos, Jóvenes Promotores Ambientales de San Pedro y Salto Encantado, y por numerosas familias productoras, investigadores y docentes.
Claudia Kozaczek, productora de Salto Encantado, es una de las fundadoras de Mujeres Soñadoras, que comenzó a organizarse hace 20 años. “En nuestras chacras, cada una producía mermeladas a partir de la cosecha de frutos nativos. Decidimos juntarnos y ver cómo podíamos mejorar, vender más. Comenzamos a ir casa por casa, para organizarnos”, recuerda Claudia. Hoy, son 50 productoras.
“Nosotras recuperamos las recetas de nuestras abuelas, y encontramos en la cocina una manera de solventarnos económicamente. Las mermeladas que hacemos son a base de frutas autóctonas, como la jaboticaba, guaviroba, caraguatá, ubajay, cerella, pitanga, kinoto, jacaratia, mbocay”, enumera Claudia.
La producción que lleva adelante Mujeres Soñadoras recupera el valor del bosque nativo. En vez de promover la generación de riqueza a partir de la extracción de árboles, se sustenta en la recolección de frutos utilizando apenas 20 por ciento de lo que el árbol produce: el otro 80 por ciento permanece como alimento para la fauna del lugar. “Al organizarnos, logramos conseguir un terreno en comodato donde elaboramos nuestras dos líneas de mermelada, artesanales y de máxima calidad” cuenta Claudia.
Dentro de Somos Red, la Asociación Civil Mujeres Soñadoras pudo conocer nuevas perspectivas agroecológicas e incorporar prácticas como el uso de las semillas restantes del proceso de elaboración de mermeladas para generar nuevos ejemplares vegetales y así “enriquecer áreas degradadas e intentar trasladar el bosque nativo a los sectores de monocultivos de yerba, caminos y potreros”.
Biofábrica Reverdecer, abono para la transición agroecológica
Cada organización y cada familia integrada a Somos Red conserva su esencia y sus modelos de gestión, pero, a la vez, encuentra en el espacio colectivo una manera certera de profundizar mecanismos y prácticas agroecológicas, que marcan la senda de un hacer más justo y sustentable para productores y consumidores. “En esta zona hay muchas chacras, pero muy poca producción agroecológica. Por eso, la presencia de Somos Red apuesta a que el colono conozca y tenga herramientas para incorporar la agroecología, y verificar en su propia experiencia los beneficios”, señala Marcos, integrante de Jóvenes Promotores Ambientales de Salto Encantado.
En esa búsqueda de acercar a las familias productoras al universo agroecológico, una de las mayores apuestas de Somos Red fue la apertura –en Salto Encantado– de la Biofábrica Reverdecer, donde se elabora abono orgánico para los productores de la zona. «Contamos con la primera volteadora autopropulsada del país para elaborar, mensualmente, más de 50.000 kilos de bocashi, un tipo de abono orgánico fermentado, que contribuye de forma sustancial en la transición agroecológica que tanto anhelamos», cuenta Marianela Scharschinger, productora integrantes de la red.
“El bocashi es un abono que se puede usar para todo tipo de cultivos, siempre en proporciones adecuadas. La red brinda capacitaciones y acompañamientos a los productores, para que puedan reemplazar con este bionsumo, el uso de agrotóxicos. Eso es fundamental para nosotros. Que el producto que entregamos al productor incluya siempre el asesoramiento técnico», valora Marianela.
Somos Red, economía circular, articulación y arraigo
Puzzo, el coordinador de la red, inscribe la experiencia de la biofábrica dentro del concepto de “economía circular”, dado que los principales insumos para la elaboración del abono surgen de los residuos naturales que los propios productores acercan. “En vez que los residuos terminen generando un impacto ambiental negativo, logramos que resuelvan problemáticas, en este caso, la del abono para la producción. Eso es lo que llamamos economía circular», explica Puzzo y agrega que la planta podría ampliarse, en articulación con el municipio, para procesar residuos orgánicos domiciliarios y generar una solución que, además, genere trabajo.
Otro aspecto clave de la plataforma Somos Red tiene que ver con la juventud. «A través de la agroecología, de la investigación y de hacer que las chacras sean sustentables, también buscamos que los jóvenes permanezcan en el campo. Es una apuesta al arraigo». Para esto, Somos Red encuentra en la articulación virtuosa con otras instituciones, tanto del Estado como del sector privado, una de sus fortalezas a la hora de acceder a proyectos de financiamiento, que beneficien a los productores y extiendan la misión agroecológica de la organización.
“Tratamos de gestionar diferentes proyectos para poder mejorar desde la infraestructura hasta el registro de productos. También para comprar insumos, materiales y otras herramientas que hacen falta a toda la red de productores. Con ese financiamiento, aparte de mejorar lo que se tiene, se comienza con nuevos proyectos, con nuevos emprendimientos, algunos ya muy estratégicos en la provincia”, asegura el coordinador de Somos Red.
Entre esos emprendimientos, además de la mencionada biofábrica, se encuentran los viveros de especies nativas, un centro de investigación y la cría de mosca soldado (Hermetia Inlucens) para la producción de harina, en busca de crear proteínas agroecológicas para el consumo animal. También proyectos de apicultura sustentable basada en crianza de abejas nativas, producción de cosméticos naturales, yerbales agroecológicos, hongos comestibles, entre otros. “Estamos convencidos que el camino es la agroecología porque eso significa dignidad, solidaridad, soberanía, arraigo, viabilidad de la vida y paz social” aseguran desde Somos Red.