El día 2 de diciembre fue presentada la novela Amor en la villa del mar Blanco, con la presencia de su autor, Ali Salem (1970, Sáhara Occidental) en la librería Sin tarima de Madrid.

Ali Salem es colaborador de Pressenza y forma parte de la llamada Generación de la Amistad junto a otros poetas y escritores como Bahia Mahmud Awah, quien hizo los honores de abrir la presentación. Intervinieron en el acto también la escritora y periodista Concha Moya Fernández y el profesor de la UAM, Juan Carlos Gimeno Martín, ambos profundamente comprometidos con la cultura y la causa del pueblo saharaui.

Se trata de la primera novela escrita por un saharaui en castellano, un hito en la literatura de este pueblo, con el que España mantiene una deuda histórica al negarle su derecho a la autodeterminación.

Había leído el libro y he de reconocer que pocas veces una novela ha exigido de mí tan alta atención y me ha mantenido con tanto interés por cada detalle.

Quería conocer a Ali Salem. Lo sentía un amigo y, si bien nuestra relación venía de lejos, únicamente nos habíamos comunicado por teléfono y a través de la publicación de sus artículos y poemas en nuestra Agencia. Con tal curiosidad llegué a la presentación; al vernos, nos dimos un abrazo como si nos hubiéramos visto decenas de veces.

Siempre lo imaginé como una persona pausada en su expresión oral, y me encontré con un hombre apasionado en el tono, la géstica y una postura corporal que no le deja estar apoyado en la silla cuando habla de su obra. Todo él se entrega al relato que ha construido y que quiere compartir como literato y activista de la lucha de su pueblo.

Muestra la misma pasión que ha puesto en la primera novela escrita en castellano por un saharaui. Se trataba de un reto, que asumió con determinación y un hacer impecable.

En la novela llama la atención el tratamiento del lenguaje. El autor se ha documentado, ha cuidado cada expresión, cada palabra, y se ha ocupado de sumar un pequeño glosario de términos en hassanía y euskera que facilitan la comprensión y suman a la reconstrucción de una lengua que ahora se está escribiendo.

En Amor en la villa del mar Blanco, el autor nos va contando la historia de fatalidad, exilio y nostalgia del pueblo saharaui a través de tres generaciones de la familia Omar Uld Musa; su encuentro con los pueblos del mar, con quienes -superando el temor- conviven y aprenden su lengua, para terminar desterrados en los campamentos de refugiados o lejos, en las tierras frías del norte de España.

Ali Salem se recrea en la descripción del paisaje, en las costumbres de su pueblo, en una cultura cargada de fuerte espiritualidad que se expresa en cada gesto cotidiano, especialmente a través de los poemas que el anciano y guía espiritual de la familia recita en momentos clave de la novela, personaje en el que nuestro autor se reconoce.

La literatura no puede dejar de lado el contexto en el que nace ni las vicisitudes personales de quien la escribe, como intencionadamente muestra Salem, y que se manifiestan -en este caso- en un compromiso inquebrantable con su pueblo y su cultura, y la lucha para rescatarla y recrearla.

Los gobiernos al servicio del poder y ayudados por las armas desplazan y separan a los pueblos, pero estos siempre se vuelven a reencontrar siguiendo las huellas del amor; en este caso a través de las figuras de Sidi y Naiara, nietos de quienes entablaron una amistad que traspasó espacios y tiempos y que unió el desierto saharaui con las tierras frías de Euskadi.

Amor en la villa del mar Blanco es un libro imprescindible en la literatura saharaui y representa un escalón más en el ingente trabajo que escritores, profesores y activistas llevan a cabo para mantener  y revitalizar la lengua hassanía y la cultura de este pueblo.

 

* Amor en la villa del mar Blanco, Ali Salem, Editorial Libros.com / 2023